domingo, 29 de julio de 2012

CAPITULO 46.



- Ay, pobrecita, está toda lastimada...- la voz la despertó.
- Sh... Déjenme dormir...- se dio vuelta.- Ay...- se dio vuelta para volver a quedar apoyada del lado derecho.
- Lali... ¿Cómo te sentís?- entornó los ojos.
- Hola, tía.- ella estaba parada a su lado, a los pies de la cama Peter.
- Hola, mi amor...- le sonrió.
- ¿Cómo estás, querés comer? - quiso saber Peter.
- No, tengo ganas de vomitar.- una mano la puso en el estómago, otra en la cabeza.
- No comés nada hace horas, La.- le recordó, intentó sentarse y él la ayudó.
- No quiero nada... ¿Qué hacés acá, tía?
- ¿Cómo que hago acá? Peter me llamó y vine lo más rápido que pude...
- ¿Y tu trabajo?
- Camilo me va a cubrir por el resto del día... vos no te preocupes por nada ¿Si? - asintió.- Qué golpazo, linda... cuando Peter me llamó casi me muero del susto.
- Si, yo también me asusté.- explicó, bostezando dificultosamente por el cuello que la apretaba.
- Hora de los antisépticos...- entró Cristóbal.
- ¿No tienen enfermeras que se encarguen de éstos trabajos?- consultó Peter.
- Trabajamos unipersonalmente con los pacientes. Las enfermeras no saben como es cada paciente... una enfermera no sabría que Espósito es muy histérica... Con permiso, eh.- sacó la venda de alrededor de su cadera.- Mmm... está un poco hinchado ésto.
- Ay mi amor, qué golpe...- Emilia se impresionó con el enorme hematoma negro en su cadera.
- Como ya estás acostumbrada a que te dé malas noticias, lamento informarte que te voy a tener que inyectar Cortisona. - avisó, abriendo un cajón.
- ¿No le están dando muchas drogas? ¿No le va a hacer mal ésto cuando salga del hospital?- Peter se preocupaba demasiado.
- No, sino no se lo daría.- obvió, y su novio se encargó de mirarlo mal. Se tapó la cara mientras la inyectaban, Emilia puso cara de dolor.
- ¿No vas a gritar, nada?- la miró su tía y Cristóbal rió.
- Es un pinchazo, no la exageren cagones.- todos se rieron.
- ¿Qué has echo en el tiempo que no estuve acá? ¿Cuánto comiste, cuánto dormiste?
- Dormí, todo. Comí, nada. Tengo un revoltijo espantoso en el estómago, siento que si como voy a devolver todo.
- No, no, eso está muy mal... Tenés que comer, sino ahí sí te pueden hacer mal los medicamentos. Comé, y comé bastante, ya que estás... sos muy flaca y por más que comas, esos abdominales no se te van a ir, bailarina.
- Voy a buscar de comer...- Emilia salió volando de la habitación.
- Vuelvo en un rato a ver tu progreso, y espero que hayas comido más y dormido menos. Nos vemos.- salió.
- Sos tan valiente...- se sentó a su lado y apoyó la espalda en el respaldo.- Yo detesto las agujas.
- No hacen nada.- se acomodó mejor. - ¿Qué hora es?
- Nueve y media.- miró el reloj de pulsera.
- Pitt... te quiero pedir algo, pero no sé si está bien.- él juntó las cejas.- Si vos no querés o te parece que está mal, decíme.
- Dale ¿Qué?
- Quiero pedirte que te quedes acá hoy.
- Em... mirá, yo ya había dicho que me iba a quedar, pero Emilia dijo que no, que se tenía que quedar ella porque era tu responsable y no sé que más.- suspira.- Yo preferí dejarla que se quede. No sé, me dijo que se sentía muy culpable, porque no tiene tiempo de prestarte atención y eso.
- No entiendo porque todos insisten en echarse la culpa. La culpa fue mía, que me resbalé como una tarada y caí mal.
- Volví...- Emilia entró con una bandeja.- Comida para vos.- la puso en sus piernas.
- Mirá que me caí, no estoy embarazada ni nada por el estilo...- mira la comida, pensando en como haría para comerse todo aquéllo.
- Cristóbal dijo que tenías que comerte todo eso.
- ¿Disculpá? ¿Cristóbal con toda esa confianza?- se rió.
- Calláte, si sabés que estoy para otra cosa.- le golpeó el brazo y ella se quejó.- Ay, perdón.
- ¿Así que te vas a quedar acá hoy? - ella asintió con una sonrisa.- ¿No te van a decir nada en tu trabajo?
- Ya te dije que no tenés que preocuparte por eso. Camilo va a cubrirme mientras lo necesita, y ya encontraré una forma de retribuírselo después.
- Si, me imagino...

Pasó otra hora con los dos, mientras comía. Al terminar, y realmente sintiéndose mucho mejor, Emilia fue a buscar algunas cosas para pasar la noche, según ella había un sillón "que va a quedar con la marca de mi cuerpo". Al volver, fue a buscar la cena, y a Peter se le hizo muy difícil despedirse de ella, le pidió que cualquier cosa lo llamara y es más, se encargó de dejar el celular en la diminuta mesa de luz.
Cristóbal fue una vez más a la habitación y bajó las dosis de todas las drogas, después de darle una nueva inyección de Cortisona. Sin más que hacer, y con mucho cansancio, se durmió.
....................

Se despertó y tuvo que apretar los dientes fuerte para no gritar. El dolor le estaba consumiendo el cuerpo, entero; excepto el brazo en el que tenía el yeso. Le dolía absolutamente todo: la cabeza, el estómago, el cuello, los hombros, las piernas... sobre todo la cabeza.
Emilia dormía bastante cómoda en un sillón mediano, no quería despertarla, ya era suficiente con todas las dificultades que le estaba causando.

- Hola, perdonáme ¿Te desperté? Es que no puedo dormir, estoy preocupado por vos.
- No, ya estaba despierta...
- ¿Te pasa algo que ponés esa voz?
- No me banco el dolor, es insoportable. - apretó los ojos fuerte.
- ¿Querés que vaya?
- No, no... quedáte en tu casa mejor.
- Te juro que me dá mucha impotencia no poder ayudarte de alguna forma.
- Si me ayudás... tu voz me calma, enserio. El dolor es porque el doctor me bajó las drogas... ya que tanto te preocupaba que me estén drogando tanto, te cuento. Lo que más me molesta es el dolor de cabeza. Dormí ¿Si? Mañana te quiero fresquito para mí.
- Okay, voy a intentar.
- Olé lavanda, tu mamá me dijo que es bueno para dormir.
- Es cierto. Mañana temprano voy ¿Si?
- ¿Y el cole?
- No, mañana no voy, quiero estar con vos. No me voy a poder concentrar estando tan preocupado.
- No puedo decirte que no me alegra la idea de que estés al lado mío todo el día.- confesó.- Dale, dormí. Te amo, Peter.
- Cualquier cosa, llámame. Te amo.

Y el resto de la noche solo podía moverse tratando de encontrar una posición que la hiciera dormirse, pero no halló ninguna. A eso de las nueve Emi se despertó... con todo el dolor del mundo le dijo que se sentía bien, y por eso la rubia anunció que se daría una vuelta por la productora para asegurarse de que estuviera todo en órden.

- ¿Cómo está mi paciente más histérica?- entró Cristóbal, radiante como una lechuga. Como lo envidiaba.
- Bien.
- Qué raro... ¿No me vas a hacer ninguna crítica? - la miró con sospecha.
- No pude dormir casi nada. Estoy muy adolorida, doc. Menos el yeso, me duele todo. Sobre todo la cabeza.
- ¿Por qué no me avisaste antes? Lo que más tenés que hacer es descansar. Debe de ser porque te bajé la dosis de opioides... Te lo voy a subir devuelta, pero poquito, cosa de que el cuerpo se acostumbre... cuando salgas del hospital no vas a poder inyectarte todas éstas cosas.- apretó unos botones.- Okay. ¿Algún problema con la muñeca?
- No.
- Lo único que podemos hacer por el momento es vigilar la cadera. El cuello ortopédico lo vas a tener que llevar hasta que vengas dentro de una semana.- sacó las vendas.
- ¿Enserio?- bufa.
- Si. Buenas noticias, desinflamó.- sonrió.- Ahora el color va a desaparecer gradualmente, aunque voy a anotar para darte un antinflamatorio por si cuando estás en tu casa pasa algo. No vas a necesitar más cortisona, así que eso es una buena noticia.
- Al fin algo positivo.
- Esa es la actitud. ¿Querés que te traiga algo de comer? Raro que estés sola, ayer nadie se despegó de vos ni un segundo.
- No, no quiero comer. Voy a intentar dormir un rato.- se giró para el lado derecho.
- ¿Te hago una recomendación? Dormíte boca arriba, es más fácil.- se acomodó como él le dijo.
- Gracias.- le sonrió.
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domingo, 22 de julio de 2012

CAPITULO 45.



- ¿Vamos yendo al tomógrafo?- entró el médico más jóven.
- Si... - el hombre la levantó en brazos, y la dejó en una silla de ruedas.
- Ay, ay...- se tocó la cadera.
- No te preocupes... eso es lo que se va a ir más rápido.- empezó a caminar por el pasillo.

Adentro del tomógrafo le empezó a faltar el aire, por más que los médicos le decían que se quedara tranquila, y ella no eras claustrofóbica. Al salir, "Cristóbal" se quedó mirando una placa con otro señor, y el más grande la llevó a otro lugar.

- ¿A dónde vamos, señor?- lo mira.
- Vamos a ponerte el yeso... Me podés decir Roberto, no soy tan jóven como mi hermano pero tampoco estoy tan viejo.- se rió, ella también aunque después se agarró la cadera, le dolía.

Entraron en otra sala y la esperaba una enfermera.

- Bueno, lo que sigue te va a doler un poco, Lali.- lo mira asustada, después de que se sentara en una silla alta que alcanzara la mesa.- Te lo digo para que te prepares psicológicamente, así duele menos.- sonrió.
- ¿Qué me van a hacer?
- Como sabés, tenés tres fracturas, dos en el escalafoide y uno en el semilunar. Y mirá, acá está la placa... - se la mostró.- Los huesos se movieron en la rotura, y hay que acomodarlos con algunos movimientos antes de poner el yeso, sino no van a unirse otra vez.
- Ah, okay.- puso la mano re confiada. Roberto la miró raro y puso sus manos alrededor de su muñeca. Hizo un movimiento como para torcerlo y no pudo no gritar.

Y siguió haciendo movimientos y la estaba matando, no podía dejar de gritar de dolor, y no podía dejar de llorar.

- Basta, basta, por favor pare...- corre la mano y le duele más.
- Faltan solo dos movimientos ¿Si? Dos movimientos, una placa para ver que se hayan acomodado y te prometo que te pongo el yeso, no va a doler más.- le habló con voz dulce.
- Me duele, me duele mucho basta por favor...
- Vení, pasá por acá...- escucha la voz del otro médico a sus espaldas, mientras llorabas.
- Mi amor, mi amor estoy acá ¿Si?- se paró a su lado con la voz totalmente quebrada. Levanta los ojos y Peter estaba ahí, tenía cara de dolor y lloraba apenas. Se abrazó a su cintura y entrelazó sus dedos con la mano que estaba sana, desdoblándola, ya que ella la tenía encogida en un puño.
- Cristóbal, ya sabés que no se puede.
- Dejáte de joder, Robert ¿No ves que la chica está sufriendo? Necesita una contención personal, no un médico viejo diciéndole que ya va a pasar.- le dolía demasiado pero sino, se hubiera reído.
- Okay.- suspiró cansado.- Dos más ¿Si? Son solo dos más. - asintió, apenas pudiendo respirar, el llanto no se lo permitía.

El primer movimiento le dolió tanto que soltó la mano de Pedro y tapó su cara. El médico aprovechó su dolor e hizo el segundo.

- Ya está, ya está.
- No le mientas, Robert.- levanta la cabeza y lo mira.- Probablemente ya esté, pero sino vamos a tener que seguir ¿Si?- Cristóbal explicó y ella asintió, llorando. - Amigo, te tenemos que pedir que esperes afuera, la radiación te puede hacer mal.- ahora hablaba con Peter. Él la miró, no quería dejarla ahí.
- Pe... Peter andá y... y llamá a Emi, avisále de todo ésto, por favor... Pero decíle que estoy bien ¿Si? Andá.- solicita llorando y él salió, llorando también.

Le hicieron la placa. La miraron unos segundos.

- Malas noticias...- la miró Cristóbal y ella se asusto.- Ná, chiste. Ya están acomodados, la peor parte ya pasó. Ahora te vamos a poner el yeso...
- ¿Me estás jodiendo?- lo mira asustada ¿Cómo le podía hacer ese chiste?
- ¿Por qué no le explicás la tomografía mientras le ponemos el yeso? Así se distrae un poco.
- ¿Me va a doler?
- Poquito.- le restó importancia.
- Bueno, hacéme un lugarcito...- se sentó junto a su silla.
- Disculpáme ¿Vos sos un médico diplomado?
- Si ¿Por qué, no parezco? - se rió.
- No. Los médicos no hacen chistes ni rompen reglas.
- Yo soy de la nueva generación. Me gradué con honores hace solo dos años, y me parece que el humor cura a las personas mucho más rápido.
- ¿Por qué no te hiciste comediante, en vez de médico?
- Ey, qué mala...- se rió.- Bueno, mirá, ésta es tu tomografía.- le mostró la placa.- Flor de cabezota, eh... Un poco más y los rayos no la atraviesan.- lo mira mal y él se rió.- Ésto negrito que vez acá, en la izquierda de la cabeza, es un derrame.
- ¿Es muy grave?
- No, es agudo.
- ¿Podés parar de hacer chistes?- solicita.
- Okay, okay.- se volvió a reír.- No, no se preocupe paciente Espósito, no es grave. Como ves es muy chiquitito, así que probablemente en un mes ya se haya reducido lo suficiente como para no afectarte... Pero mientras tanto, vas a estar un poco descoordinada, se te va a hacer difícil caminar.
- ¿Cómo descoordinada? ¿¡Cómo descoordinada?! ¡No puedo perder la coordinación, sino no puedo bailar!
- Un mes de licencia médica en el trabajo... ¿Querés ir al colegio?
- ¿Qué?
- ¿Querés ir, o no? Digo, si me decís que no querés ir y te hacés responsable después, te extendió el certificado médico al colegio por un mes... Sino te lo doy por una semana, mínimo.
- Dámelo por una semana... No voy a soportar quedarme encerrada en mi casa. - suspira.- ¿Enserio no voy a poder bailar?
- Por un mes, lo mejor va a ser que no.
- Es que no entiende, no puedo estar sin bailar, es mi vida.- se entristece, ahora las lágrimas no solo eran de dolor.
- ¿Tan importante es?- asiente.- Bueno, hagamos así. Una semana después de que salgas, vos tenés que volver para ver si te extiendo el certificado médico del colegio y para ver tu evolución. Yo te voy a revisar, bien, va a ser exhaustivo, y te voy a hacer preguntas que vas a tener que responder con la verdad, como una declaración jurada. Si yo veo que estás mejorando, voy a intentar hacer que dure menos de un mes ¿Si? Pero no te prometo nada, todo depende de tu mejoramiento.- asiente.
- Gracias... ¿Una semana despues de que salga? ¿Me voy a tener que quedar acá?
- Si. Lo mejor es que por el derrame te quedes acá y además hay que aplicarte más antisépticos en la cadera para que no te agarres ninguna bacteria... Ponéle que con mi ayuda, saldrás pasado mañana, a menos que al embolado de mi hermano se le ocurra dejarte acá.
- Okay... gracias.- suspira.
- Listo.- sonrió Roberto y le mostró el yeso. Era corto, y muy frío.
- ¿Viste? Te di charla y ni te enteraste, tan malo no soy.- se levantó de su asiento.- Ahora, a la silla otra vez... - la quiso levantar.
- ¿No puedo caminar?
- Lo mejor por el momento va a ser que no... por el derrame.- asintió y él la dejó en la silla, la empezó a llevar.

Salió de aquélla sala. En unos asientos de enfrente estaba Pedro sentado, y lloraba en el hombro de su madre. ¿Qué hacía Luz allí? Ni idea.

- Mi amor, mi amor ¿Cómo estás?- se arrodilló a su lado.
- Bien, un poco mareada... - aprieta el cuello ortopédico, para asegurarse de que siguiera fijo y no fuera a ladear la cabeza. Quería recuperarse bien.
- ¿Va a estar bien, doctor? - Luz se paró junto a Peter, y le sonrió.
- Si... va a tener que quedarse en observación por unos días, pero si todo sale como es esperado, va a estar bien.
- Peter, ¿Quién cubre éstos gastos? El tomógrafo, los rayos equis... No puedo con ésto.
- Lali, vos no te tenés que preocupar por esas cosas, corazón.- avisó Luz, mientras volvían a marchar. Miró a Peter, suplicando que le respondiera.
- Tu trabajo... éste hospital es el que cubre a todos los que trabajan en Ideas, por eso estás acá. Tan malos no son, te mandaron al mejor hospital de la ciudad. - quiso sonreír pero no le salió.
- ¿Llamaste a Emilia?
- Si. Si, y viene para acá. No te preocupes por nada ¿Si? Por nada...- Cristóbal hizo delicada fuerza, y la ubicó en la camilla.- Voy a estar acá, y voy a encargarme de que todo salga bien. No te preocupes, mi amor. - dejó un beso en su frente, en su boca se hacía más difícil por el cuello.- ¿Qué necesitás?
- Quiero dormir... estoy muy cansada.- explica.
- No, no, no... Por al menos los siguientes cuarenta y cinco minutos no podés dormir, por la tomografía y el derrame, las dos cosas.- anunció Cristóbal que apretaba botones en la pantalla.
- ¿Me vas a dar alguna buena noticia, vos?- lo mira mal y él se rió.
- Si. La buena noticia es que podés comer lo que se te antoje, y que el seguro de tu trabajo cubre todo el morfi, así que podés comer a tu antojo.- señaló.
- Hablando de morfi... ¿No le parece que es muy fuerte que le pongan morfina, doctor?
- Si, la acabo de cambiar por Oxicodona, que es otra droga opioide, y la antagonicé con Naloxona. En el tomógrafo noté que estaba respirando mal y eso es un síntoma de la morfina, así que la cambio por ésta. Eso sí, ésta es potencialmente adictiva, así que cualquier signo de adicción a ésto, hay que hacerlo avisar. - anunció. Ella estaba de ojos medios cerrados, estaba muy cansada.- Aguante Espósito.
- No soporto cuarenta y cinco minutos sin dormir, doc.- anuncia.
- Si, vas a ver que aguantas... - se rió.- Vuelvo más tarde a avisarte que podés dormirte. Vigilen que no camine, y mucho menos se te ocurra sacarte el cuello ortopédico...- señaló, y salió de la habitación.
- Qué lindo médico ¿No?- Luz miró por donde se había marchado.
- Es muy atento... yo pensé que no se había dado cuenta de que estaba respirando mal en el tomógrafo.- cuenta.- ¿Hablaste con Diego, le dijiste que no era su culpa? Me preocupa, Peter.
- No te preocupes por nada, basta. Descansá. Má ¿Por qué no vas a hacer eso que te pedí?- ella asintió y se levantó del pequeño sillón junto a la cama.
- ¿Necesitás algo, Lali?
- No, voy a estar bien.
- Entonces nos vemos más tarde. Que te mejores, chiquita.- dejó un beso en su frente, y salió.
- ¿Qué va a hacer?
- Tramitar tu consideración del colegio.
- ¿Qué?
- No podés seguir así, Lali. Cansada, accidentándote y teniendo faltas en el colegio... va a ser mejor así. Si llegás a perder el año, no te lo vas a perdonar.- suspira.- ¿No vas a decir nada?
- Estoy muy cansada, Pitt. Y tengo náuseas, solo quiero dormir. - se recuesta en la cama, y él la ayudó.
- En un ratito te vas a poder dormir, no te preocupes. - se sentó en el borde de la cama.
-¿Y la prensa, Pitt? ¿Estuvo muy pesada con vos?
- Un poco, nada importante... No presté mucha atención a si me persiguieron para acá, estaba echo un loco cuando me avisaron... por eso mejor que mi madre se llevó el auto. - ella estaba de ojos cerrados.- Dale, mi amor. No cierres los ojos.
- No entiendo... yo dormí y me desperté, había pasado por rayos X, me habían entablillado la mano y clavado agujas ¿Por qué ahora no puedo dormir? No me hizo nada, y quiero dormir...
- No sé por qué, pero el doctor dijo que no, así que no te duermas.
- ¿Cuánto falta?
- 42 minutos.
- ¿Todavía?
- Lali...- se rió.
- Me hicieron la tomografía hace como 20 minutos, faltan 22.- obvía.
- Voy a ir a averiguar con el médico ¿Si?- asintió.

- ¡Lali, Lali! - una voz gritó cerca de ella.
- ¿Qué pasa?- consulta de mal humor.
- Te dormiste, mi amor. Faltan cinco minutos todavía, el doctor me hizo la cuenta exacta.
- Quiero dormir, dejáme dormir...- llorisquea.
- Mi amor, te juro que quiero dejarte descansar, pero no quiero que te pase nada ¿Okay? Son cinco minutos, en cinco minutitos te dormís.- cerró la puerta, se acostó a su lado y dificultosamente apoyó la cabeza en su pecho. Con el cuello todo era más difícil.
- ¿Te enteraste de que no puedo bailar por un mes?- se le humedecieron los ojos por el recuerdo.
- Si, hablé con el médico, el que es más grande y me explicó todo... vas a ver que se va a pasar rápido, La.
- Te juro que no voy a aguantar sin bailar. El no cantar me la banco, pero no puedo no bailar. No soporto nada de ésto, un mes sin bailar, una semana encerrada en mi casa, tres días metida acá, anda a saber cuanto con la cadera vendada y éste yeso de mierda...- se secó los ojos y rozó su mejilla con el yeso, se congeló.- Estás feliz ¿No? De que no voy a bailar y todo...
- Por supuesto que no.- obvió.- Te dije que la única cosa que me hace mal es verte mal a vos... ¿Te pensás que me gusta todo ésto?
- Ay, perdonáme, perdonáme... ya sé que estoy insoportable pero te juro, no aguanto nada de ésto, me quiero ir a casa. Además ¿Mirá si cuando se me termina la licencia médica, pusieron a una mejor que yo y no me quieren dar el trabajo? Te juro que si me dejan sin bailar me muero, Pitt.
- No te van a dejar sin bailar, no van a encontrar a una bailarina mejor, porque vos sos la mejor bailarina que conozco.
- No mientas.
- No estoy mintiendo. Sos la mejor, nadie te va a cambiar.- suspiró.
- ¿Qué te pasa?
- Nada, me da mucha impresión verte así, toda frágil, con agujas y todo...- se encogió de hombros. - Pero no te preocupes. Ahora si, descansá.- miró su reloj.
- Pitt, cuando...
- Si. Cuando te despiertes voy a estar acá, no te preocupes.
- Gracias.
- Por nada. Te amo.

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miércoles, 18 de julio de 2012

CAPITULO 44.



Cuando se volvió a despertar, seguía en una camilla, pero en una habitación. Una enfermera a su lado chequeaba unas pantallas, dos médicos estaban parados en la puerta y charlaban.

- ¿Qué me pasó?- los mira, ellos a ella.
- ¿Te acordás de algo?
- Si, me caí…tengo que tener algún hueso quebrado, juro que lo escuché.- anuncia.
- Si… te fracturaste el escafoides y el semilunar, son dos huesos de la muñeca.- y se mira por inercia, tenía la mano entablillada.- No muevas mucho, en un rato te vamos a poner el yeso. Caíste con la mano doblada y todo el peso recayó en la muñeca, debe de haber sido un dolor muy fuerte.
- Si… pero ya no me duele.
- No. Te suministramos morfina y unos antisépticos para bajar la hinchazón…- explicaron, y vio una pequeña aguja clavada en su muñeca. Qué impresión.
- ¿Tengo algo más?
- Una fisura en el Ilio, un hueso de la cadera. Y la contusión en la cabeza fue muy fuerte, por eso te pusimos el cuello ortopédico, para evitar movimientos ante posibles derrames cerebrales, mientras esperamos a que el tomógrafo esté listo y podamos ver.- lleva la mano sana al cuello y siente algo allí; ni siquiera lo había notado.
- Apenas siento el cuerpo…
- Es normal. La morfina te adormece un poco. – los dos se giraron al escuchar movimiento en el pasillo.
- ¡Mi amor! ¡Mi amor! – dos manos abrieron las puertas dobles, vio la cara asustada de Peter, pero los dos médicos lo hicieron hacia atrás.- ¡Déjenme pasar! ¡Déjenme pasar!- los empujaba, furioso. - ¡Quiero entrar! ¡Mi amor!- gritó de nuevo y ella lo miraba anonadada, no podía reaccionar de otra forma.
- Señor, tranquilícese, no lo podemos dejar estar en contacto con un paciente en ese estado.
- ¡Déjenme pasar! ¿Qué tiene, está bien?- los miró nervioso.
- Depende de lo que entiendas por bien…- habló el médico más jóven. No podía tener más de 30 años.
- ¡¿Qué tiene?!
- Una fractura doble en el escalafoides, una fractura en el semilunar, una fisura en el Ilio…
- ¿Qué le pasó en el cuello? ¿¡Qué le pasó?!
- No le pasó nada, se lo pusimos porque el golpe en la cabeza fue fuertísimo y puede tener un derrame cerebral.
- ¿¡Cómo que puede?! ¿¡Por qué no la están revisando!? ¿¡Saben lo grave que es un derrame cerebral?!
- Estamos esperando al tomógrafo jóven, ¿Por qué no se calma, si quiere entrar a verla? Recién se despierta y está confusa, necesitamos que esté clara para ver qué otras lesiones puede tener.- él respiró hondo, pasó por entre los médicos y entró, con ellos detrás.
- Mi amor… Mi amor ¿Estás bien?- la miró con los ojos un poco obnubilados. Quiso asentir pero el cuello ortopédico no la dejaba.
- Si, estoy un poco mareada y me duele la cabeza…- frunció los ojos porque le dolía mucho.- Pero estoy bien.
- ¿Qué te pasó?
- ¿Es muy fuerte el dolor de cabeza?- la miró el doctor jóven.
- Si, bastante. – los dos doctores se miraron entre sí.
- ¿Qué pasa? – los miró Peter.
- Tenemos que comprobarlo con el tomógrafo… pero probablemente tengas un derrame isquémico.
- ¿Qué es eso?
- Es por un golpe fuerte que comprime al cerebro, todavía no sabemos que área se puede haber afectado… aunque seguro fue del lado izquierdo, porque todas las fracturas fueron de ese lado. – Peter miró su mano entablillada.
- ¿Y qué consecuencias tiene? ¿Qué le va a pasar? ¿Es solo dolores de cabeza y mareos?- los miró.
- Y… digamos que es el derrame menos grave ¿No? Si es de ese lado, podés tener dificultades para caminar y perder el equilibrio y coordinación. Pero no nos adelantemos, en unos minutos va a estar disponible el tomógrafo. Después de eso te vamos a llevar a enyesar el brazo, y vamos a vendarte la cadera para unir las dos partes fisuradas del Ilio. – Peter miró la cadera y vio un moretón gigante, que ella tampoco había visto.- Se nota que el golpe fue fuerte, estabas totalmente inconsciente cuando te llevamos a la sala de rayos X. - Peter se agarró la cabeza, y miró mal al doctor.
- ¿Por qué no vamos a ver si está el tomógrafo, Cristóbal? - el más grande golpeó la espalda del más chico, y los dos salieron.
- ¿Cómo te hiciste todo ésto? ¿Qué pasó?
- Me caí practicando.- los dos se quedaron en silencio.- ¿No me vas a decir "te lo dije"?
- Estoy demasiado asustado como para decir eso... Estoy intentando sacarme de la cabeza que te podrías haber matado.- apretó los ojos fuerte y los volvió a abrir.
- ¿Cómo te enteraste?
- Diego me llamó.
- ¿Diego?
- Si. Agarró tu celular del bolso y buscó mi número, soy al único que conoce relacionado con vos.- explicó.- Estaba muerto de miedo, me dijo que fue su culpa.
- ¿Eso te dijo?- y frunció el ceño por el dolor de cabeza.
- Si. Que él te dijo que te treparas, e insistió a pesar de que dijiste que había que esperar al coach. Está re asustado afuera del hospital... Intenté decirle que se calmara pero me dijo... "Vos no la escuchaste gritar, no sentiste el ruido de los huesos quebrándose." Tengo esa imágen en la cabeza y te juro que me está matando.
- Estoy bien... Decile, decile a Diego que estoy bien.
- Ya se fue... - respiró hondo.- ¿Cómo estás?
- Bien.
- Decime no sé ¿Qué te duele? ¿Puedo hacer algo?
- Me duele la cabeza, la muñeca y la cadera, nada más, no es grave... tengo morfina igual.
- ¿Morfina? ¿Vos sabés lo fuerte que es esa droga, Lali? ¿Cómo te van a poner morfina?
- Los médicos saben lo que hacen... calmáte.- solicita.
- Ese médico era muy jóven... te apuesto que ni siquiera tiene el diploma, te apuesto.
- Peter, calmáte...- suspira.- Necesito que averigues en que hospital estoy, quien me trajo... todo ésto debe de costar una fortuna, yo no lo puedo pagar. - niega.
- No te preocupes, yo lo voy a pagar.
- No, Peter. Te estoy diciendo que vayas, y averigues.
- No me quiero ir de acá, dejáme un rato, por favor.
- Dale Pitt, por favor.- solicita.

domingo, 15 de julio de 2012

CAPITULO 43.



Ya sé que es medio tarde pero puedo ir a tu casa? - el mensaje le llegó pasadas las doce de la noche. Respondió afirmativa y esperó. Le mandó un mensaje avisando que estaba en la puerta para no despertar a Emilia, le abrió el portero eléctrico.
Lo espera sentada en el pasillo. Él llegó en el ascensor y se sentó a su lado. Se quedaron en silencio unos minutos.

- No sé que me pasa, pero te juro que con vos no puedo controlar los celos.- finalmente, habló. Ella se quedó en silencio. La miró.- Ey, mi amor, estás llorando ¿Qué pasa?- estaba abrazada a sus rodillas, y lloraba.
- Me hace mucho mal pelearme con vos, Peter, te juro. Tener silencios incómodos, no saber como hablarte, no saber como mirarte... te juro que me angustia.
- A-A mí también me hace mal... pero a mí no me sale llorar, no sé... me pongo furioso conmigo, pero no puedo llorar. - lo mira.
- No se supone que me digas eso... ¡Abrazáme, Peter!- lo mira molesta.
- P-perdón…- la abrazó.- Te juro que no sé que me pasa, es tan diferente ésta relación a cualquier otra que no sé como actuar y me porto como un imbécil, pero te juro que lo que menos quiero es hacerte mal.
- Yo... no… estoy muy estresada con todo y estoy un poco sensible, perdonáme.- se secó los ojos.
- Nunca pidas perdón por llorar.- él se encargó de limpiar sus mejillas.
- ¿Te podés quedar hoy? No estoy bien, te necesito.
- Por supuesto.- dejó un beso en su frente.- Claro. Vamos.- la ayudó a levantarse y entraron en la casa, para dormirse juntos.

………
Giró el cuerpo y abrió los ojos. Peter estaba boca arriba y miraba el techo.

- ¿No dormiste?
- No, no sé… no puedo.
- ¿En que estás pensando?
- Ricardo le inició una demanda a mi padre por daños y perjuicios.- entrelazó sus dedos con los suyos.- Me lo contó cuando estaba en España…
- ¿Por qué no me dijiste antes?- se sentó para mirarlo desde arriba.
- No sé… supongo que no te quería preocupar…- suspiró.- Se supone que se va a definir todo en un solo juicio, y no quiero pensar en lo que va a decir la prensa… “El hijo de puta de Peter Lanzani, demanda a su propio padre.”
- No digas eso…- se recostó en su brazo, abrazándolo.- La gente no sabe nada, no sabe lo que hizo él.
- Lali… vos vas a estar metida en el medio… No sé si es lo mejor que estés conmigo ahora.- confesó.
- Ya no me importa. Si no se enteran mejor… Pero si tengo que salir a defenderte… no tengas dudas de que lo voy a hacer.
- Es mi viejo, Lali. No sé, me da bronca que esto tenga que ser así… Se supone que un padre quiere lo mejor para vos ¿Qué falló conmigo?
- No sé.- lo mira.
- Por eso no me gusta hablar sobre tener hijos… Tengo miedo de ser un mal padre cuando crezca.
- Eso no tiene nada que ver, Peter. Vos y tu viejo son dos personas distintas, no tienen porque cometer los mismos errores.
- El futuro me aterra. No tengo certezas de nada, no sé que voy a estudiar, si voy a ser bueno con la familia… no sé nada.
- No tenemos siempre la respuesta a todo. Y sobre el futuro, nadie sabe nada. No te martirices.
- ¿No te da miedo estar conmigo? Yo no estaría con alguien tan complicado.- ella se rió.
- No, no tengo miedo. Sos la única persona, por ahora, que me hace sentir de ésta forma. Por eso estoy con vos… porque me hacés amarte.
- Te amo.- sonrió mordiéndose el labio.
- Yo también.- besó su boca.- Te amo, te amo.
- Yo también… Yo también.- llevó sus manos a los bordes de la remera larga que usaba para dormir. Estaba solo con el culotte, no dormía con corpiño. Él estaba solo de boxers, así que fue muy sencillo deshacerse de esas prendas y unirse.

Era una necesidad, la necesidad de amarse sin límites y repetir te amo una infinidad de veces, hasta que pareciera suficiente… pero nunca lo parecía.

…………

- ¡BUEN DÍA!- se colgó en la espalda de Agus al llegar.
- Qué raro, no tendrías que estar de buen humor ¿no te enteraste?- Euge le pasó una revista, de esas que compraba todas las semanas.- Página 21.
- Al que se lo ha visto bien acompañado es al modelo de Piñeiro, Peter Lanzani. Después de negar tener una relación ante la aparición de un video, nuevas fotos fueron tomadas en diversas situaciones, en las que se lo veía a los besos y abrazos con una chica muy parecida a la del video. ¿Nuevo Romance?- leyó Peter en voz alta. Al lado había una foto, dividida en tres: una era de ellos besándose en la puerta del edificio, otra a los abrazos, y una última solo de ella, saliendo en el auto de la casa de Agustín.
- Bueno, por lo menos no le dedicaron tanto espacio ¿No? La gente no le va a prestar tanta atención.- volvió a mirar las fotos, sí que se veían lindas.
- ¿Cómo están con lo de la demanda, Pitt?- Rocío apoyó una mano en el hombro de su amigo. Ella la miró y se sintió molesta; a ella se lo había contado antes. Pero no diría nada, no era el momento.
- ¿Cómo sabés?- frunció el ceño. Le salió solo. Miró a Pitt, él se encogió de hombros.
- Me contó mi productor, que conoce a Ricardo.- explicó.- Para lo que sí vas a tener que aprontarte vos Lali, es para la prensa… si no querés que te encuentren, vas a tener que ser muy cuidadosa. Cuando salió el rumor mío y de Peter, no sé si te acordás, que los primeros días desde que volviste, habían varias camionetas grandotas estacionadas enfrente, esas eran de prensa. Yo ya las tengo re fichadas, y no dudes de que van a haber hoy también.- la miró conmocionada.
- Hoy mejor nos vamos por separado. – miró a Pedro y él asintió.- ¿Te vas a quedar en casa?
- Si, si me dejás…
- Bueno, tomá, para que no te olvides.- saca las llaves de la mochila.- Tratá de llegar un ratito antes que yo, así no nos ven llegar juntos.- explica.
- Okay.- guardó las llaves en su bolsillo.
- Y…- ahora caminaban hacia el aula.- Voy a irme unos minutos antes, así no diferencian tanto si soy yo o no ¿No? Soy una cara común.
- ¿Vos no serás una famosa reprimida, no? Tenés todo calculado.
- No. Cuando estoy bajo amenaza me pongo así.- se rió y entró.- Y hoy me siento con Rochi, por las dudas.- avisa.
- ¿Y eso? No hay cámaras acá adentro, Lali.- se rió.
- Lo mismo decíamos, que podíamos estar adentro del colegio y así empezó todo ¿No?- recuerda.
- Tenés razón. Mejor por separado.


A la salida el remis ya la estaba esperando. Trató de salir lo más natural posible, cosa de no parecer nerviosa. Había solo dos camionetas, y eso era bueno. Le indicó la dirección, y el hombre encendió la marcha.
Llegó a los estudios más temprano de lo normal, así que almorzó allí. Estiró y todavía estaba sola en el salón con los dos caños. Era raro el ambiente, sin nadie. Hasta que llegó Diego.

- Hola bonita ¿Cómo estás?- dejó un beso en su mejilla y tiró el bolso contra la pared. Tenía musculosa y pantalón remangado gris, zapatillas de baile negras y el pelo mojado. Estiró y trepó el caño, tenía mucha destreza.- ¿No vas a empezar?
- Se supone que no podemos usarlos antes de que llegue un coach ¿No?
- ¿Qué puede pasar? Más de que nos feliciten por empezar antes, no pasa.- se rió.
- Si, tenés razón.- se rió, trepándose..

Para qué. Los primeros minutos jugó con Diego, se movían por los caños y practicaban posturas Pero claro, todo no podía salir bien, y en una de ellas se resbaló, el caño dejó de estar a su alcance y cayó al piso.

Sintió el ruido de algo que se quiebra, la mano izquierda le empezó a quemar ferzomente; luego sintió el propio grito desgarrado de su voz por el dolor, el golpe de Diego saltando al suelo y luego su cara. Tranquila, tranquila, voy a buscar a alguien, le dijo, y luego lo escuchó salir del lugar gritando por auxilio.
Las cosas se pusieron un poco borrosas, no podía abrir los ojos, el dolor no se lo permitía. Cuando volvió a abrirlos, además de Diego estaban el productor, la coach de ese horario y dos paramédicos.

Después todo pasó rápido; su cuerpo se movía porque la llevaba una camilla, luego el techo de una ambulancia que sonaba y hacía un ruido molesto… y después, alguien le puso algo en la nariz que le dio mucho sueño.
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jueves, 12 de julio de 2012

CAPITULO 42.



Y claro, ese día había llegado fusilada a su hogar. El twitter de Pedro había actualizado hace ya varias horas, justo entre los ensayos de baile y las grabaciones de demos. "Shooting nocturno en Marbella. En unas horas vuelo para volver con mi hermosa Argentina(L)" pero ni siquiera había tenido tiempo a responderle. Se dio una ducha y se metió en la cama, muerta. A las tres horas – una y veinte- la despertó el celular con el tqitt de Pedro "Abordandooo, feliz de volver. Gracias a la gente de España, me trataron genial. Ahora con mi Argentinaaa(L)" Lo leyó con una sonrisa, pero cortita. Dio vuelta el celular y se volvió a dormir, el cansancio era extremo.

Vas al aeropuerto conmigo? De: Luz. El mensaje la despertó a las diez. Mierda, se había dormido. ¿Qué le pasaba?

Me dormí y no fui al colegio :( Puedo esperarlo en tu casa? No quiero correr riesgos de prensa.

Si. Dejo las llaves metidas en la maceta de la entrada, no te tardes que me da miedo y avisame cuando llegues, si? Yo ya salgo. Un beso.

Le costó horrores levantarse; le dolía todo el cuerpo, el movimiento la estaba matando. Se dio una ducha para despertarse; caminó a las seis cuadras, se compró algo para desayunar en el almacén de los chinos y continuó el camino por una cuadra más, para llegar a la casa de su novio.
Entró, todo estaba calmo. Se sentó en el sillón más largo y prendió la tele. Los programas de aquélla hora eran deprimentes, puro chimento.


- Voy a comprar helado.- sonrió Luz frenando en la puerta de su hogar.
- Si, si.
- ¿Qué te pasa?
- Que estoy ansioso, quiero ir al colegio a ver a Lali.- explicó.
- Ah, bueno. Cuidado, eh.- él bajó, sacó la maleta y subió los escalones. Abrió la puerta, subió a su cuarto. La dejó y bajó a la cocina.

Y salía de la cocina, comiendo una manzana, cuando la vio allí. Estaba dormida, acurrucada en el sofá y abrazada a un almohadón decorativo.

- Ey…- abrió los ojos y se encontró con la cara de su novio muy cercana a la suya. Tenía una gran sonrisa y ojos tiernos.
- Hola…- sonrió sentándose.- Hola, hola…- se apegó a sus labios, efusiva.
- Hola…- la levantó del sillón y la apegó a su cuerpo.
- Te extrañé, te extrañé mucho…- lo abraza.
- Yo también mi amor, fue el peor viaje de todos porque te extrañaba mucho, te juro.- su voz estaba ahogada por su cabello.
- Te quise esperar, pero me dormí…- lo mira.- Estás quemadito, estás lindo…- acaricia su mejilla.
- ¿Qué hacés acá? Yo ya iba a salir para el colegio a verte…
- Me dormí y no fui al cole, tu mamá me dijo si quería ir pero mejor te esperaba acá.- deja un beso en su labio inferior.
- ¿Cómo estás? Te veo cansada, mi amor.
- Estoy cansado. Te juro que fue un caos, no te vayas más…- solicita, pero su mirada lo dijo todo.- ¿Q-qué? ¿Te vas?
- En dos semanas… tengo que ir a Italia y a Francia, pero son dos días.
- ¡No Peter! Por favor…
- Ya sé, no quiero ir, pero me tengo que ir.- se muerde el labio.- Pero falta, no pensemos en eso ¿Si? Recién nos volvimos a ver.
- Si. Contáme, no sé ¿Cómo te fue?
- Bien… estuvo copado, yo que sé. Te traje regalos. ¿Vos, cómo estuviste?
- A mil. Estoy muerta, te juro que ya no aguanto el ritmo de los ensayos, los demos, estudiar, juntarme con ustedes… siento que ya no me da el cuerpo.
- ¿Y por qué no te certificás?
- Porque no quiero dejar de bailar, y si me certifico en una cosa me certifica todo…
- ¿Y una consideración del colegio? Los únicos días que te corren falta es cuando hay prueba, y te mandan material virtual… es como si fuera semi – presencial.
- No me lo van a dar, no soy famosa.- obvía.
- No es por fama, es por trabajo. En el colegio casi ninguno trabaja, entonces se encargan de los que si lo hacen. Ahora lo re agilizaron al trámite, cuando yo lo hice tardó como un año.
- No sé, después lo pienso. Ahora quiero estar con vos un rato.- él se recostó en el sillón y ella queda sobre él, con la cabeza en su pecho.- ¿Clara, cómo anda? – él se mordió el labio y sonrió.
- Está bien… de novia con un futbolista que nos acompañó todo el día.- la miró con un te lo dije en sus ojos.- Le mostré una foto tuya, y me dijo que tenía buen gusto.- sonrió orgulloso.
- ¿Qué foto le mostraste?
- La que tengo de fondo de pantalla.- [ HYPERLINK "https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1XoeZwPzzlP_agDjOtpW08rvrz5jA7B98Se4FMuQPJRlwhDUdk4enIdCdfR0keYOGmuvt7vYT-Yncuskwn6tMvGa9-sSibgT4fBwMBO01olimELSViTFNqeoXr70gBHs-FdVnt43Os_Ys/s400/lali5.jpg" https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1XoeZwPzzlP_agDjOtpW08rvrz5jA7B98Se4FMuQPJRlwhDUdk4enIdCdfR0keYOGmuvt7vYT-Yncuskwn6tMvGa9-sSibgT4fBwMBO01olimELSViTFNqeoXr70gBHs-FdVnt43Os_Ys/s400/lali5.jpg]
- Ah, la más espantosa.- lo mira mal.
- ¿No tendrías que aprontarte para ir tranquila a tu ensayo?
- Tengo que esperar a que me llame el productor. Gastón se esguinzó el tobillo entrenando caño y hay que ver si le consiguen remplazo.
- ¿Caño? ¿Lo vas a hacer?- la miró molesto.
- Si. Igual, para tu felicidad, recién empezamos el entrenamiento de fuerza, y si ponen remplazo el toqueteo va con otro.
- Prefiero a Gastón, por lo menos lo conozco.- obvió.- Aparte, no sé, me parece super peligroso, hay que tener mucha fuerza.
- Para mí sorpresa tengo más fuerza en los brazos de la que pensaba. Aprendí a trepar fácil y no me cuesta mucho. Lo que estoy entrenando es mantenerme en el aire con las piernas, me cuesta muchísimo.- él estaba serio.- ¿Qué te pasa?
- ¿Te acordas esa cosa que te agarró en la panza, que querías matar unas chicas?
- Si.
- Bueno, ahora te entiendo. Tengo ésta cosa en el estómago…- y se tocó.- Instinto asesino. Te imaginó en un caño con otro tipo y no sé, me quiero matar.
- Cuando quieras te hago un show de caño privado, si querés.- lo miró y él se mordió el labio.
- ¿Qué tal… ahora? – apoyó sus manos en su cadera y las subió, para que la remera empezara a levantarse, y acercó su boca a la suya.
- ¡Llegué! – Peter bufó y ellla sonrió, burlona.
- Y ahora, vamos a comer helado.- avisa, viendo a Luz entrar con una bolsa de helado.
- ¿Y? ¿Ya se te pasó la ansiedad, loquito?- se rió su madre, trayendo cucharitas de la cocina.
- Si me hubieras dado por lo menos media hora a solas, si se me hubiera pasado, má.- ella lo mira de ojos enormes y como para matarlo.
- No te preocupes, Lali.- Luz se murió de risa.- Con Peter no hay ningún tipo de secretos ni taboos… puede contarme de éstas cosas sin que me sienta incómoda, logró eso.- se encogió de hombros.- ¿Y Clara, cómo está?
- De novia con un jugador de fútbol del Atlético de Madrid.- relató y miró a su novia de reojo.
- ¿Celosa de Clarita?- quiso saber Luz mientras le pasaba la cuchara.
- No, nada que ver.- ironizó Peter.
- Ah, es un amor de chica, Clara. Quiere mucho a Peter, pero por suerte como amiga nada más. Siempre le gustaron los chicos más grandes.
- ¿La conociste?
- Si, fui a un viaje a España con Pitt. Antes lo acompañaba, pero ahora ya no estoy para esas cosas.
- Pero si sos re jóven… ¿Cuántos años tenés?
- Estoy por cumplir 40.
- Wow… ¿Lo tuviste con 23 años? Súper jóven.
- Si… siempre quise tener hijos de jóven, para compartir la vitalidad. Cuando me enteré estaba muerta de miedo, pero parece que me salieron bien las cosas.- sonrió.
- Si, muy bien te salió.- y pasa el brazo por el cuello de Pitt.- ¿Cuál es la receta para traer a semejante lindura al mundo? – consulta y los dos se rieron fuerte.- Compartí el secreto, ché. Yo quiero tener hijos lindos también cuando sea grande.
- Y… si los tenés con mi hijo, te van a salir hermosos seguro, son los dos preciosos… Y van a tener una abuela muy regalona, si es que llego a verlos.
- Ay ¡No digas eso! Yo a los 25 ya pienso tener a mi primer hijo, vos vas a tener 47, por supuesto que vas a llegar. Y creo que vas a llegar a bisabuela también. Esa actitud tan calma que tienen los dos los va a hacer vivir mucho. - Peter se puso serio.
- ¿Podemos cambiar de tema, chicas? No me gusta pensar en esas cosas de la muerte.- avisó.
- ¿O no querés pensar en la parte de tener hijos?- consultó Luz, y los tres se rieron.
......................
Termina el ensayo del caño: le habían puesto un suplente archi mejorado, y por eso, ahora ensayaba la primer coreografía. Era perfecta. Estaba subida en mitad del caño acomodándose el pelo, cuando a través del ventanal que daba al pasillo vió a Peter, apoyado contra la pared.

- ¿Terminamos, fabi?
- Si, corazón. Gracias chicos, estoy muy contenta con el resultado.- sonrió, le dio un beso y salió al pasillo, con su corpiño y zapatillas deportivas, más calza por la rodilla.
- Hola... ¿No te ibas a quedar durmiendo porque estabas cansado?- deja un beso en su boca.
- Si, pero me desperté y quise venir...- se rascó el cuello con nerviosismo.- ¿Ese es el suplente? - miró otra vez por el ventanal.
- Tiene buen lomo...- torció su boca hacia abajo, como restándole importancia.
- ¡Diego, vení!- lo llama porque él se iba hacia el otro lado.
- ¿Qué pasa? - se giró con una sonrisa y caminó hacia a ustedes.
- Él es mi novio, Peter.- se lo presenta. Se dieron un gentil apretón de manos.
- Linda novia ligaste, amigo...- se rió.
- Si, linda.- y la apretó por la cintura para pegarse a la suya, aunque estabas toda transpirada.
- Nos vemos arriba, Lali.- señaló el techo y se fue.
- ¿Qué me dice amigo? No soy el amigo, y no te tiene porque estar fichando.- la miró molesto y ella desató la carcajada.- ¡No me resulta gracioso! ¡Claro, se cree que porque tiene cara bonita puede venir a decir lo que se le antoja! ¡No es así!- y ella no podía parar de reírse.- ¿Cuándo vuelve Gastón?
- No sé, tiene para tres días por lo menos.
- No te rías ¿Sabés? Porque ésto no me está gustando, enserio.- se cruzó de brazos molesto.- Lali, estabas sentada arriba del tobul de él ¿tá? me molesta enserio, no me hace gracia.
- Mi amor...- y volvió a largar la carcajada.- Diego es homosexual.- explica, él la miró.
- Si, claro. Esa la mandan la mitad de los hombres para ver minas en bolas y tenerlas apoyadas en el bulto, Lali. No es homosexual ese pibe.
- ¿Cómo sábes?- se cruza de brazos.
- Vos ¿Cómo sabés que es homosexual?
- Porque me lo dijo el productor, para que no me sorprendiera ni nada.
- Si, claro. ¿Sabés qué Lali? Me voy a mi casa, no me siento bien.- suspiró.
- Sos un tarado, ¿No ves que nada te sirve? Cuando estaba Gastón, te molestaba, ahora está Diego, te molesta ¿No te das cuenta que es trabajo? ¿Tan poco confías en mí?
- En vos confío, en ellos no. Y es más, estoy esperando a que vuelva Gastón, porque éste, no me gusta nada.
- Está bien ¿Sabés que? Andá a tu casa mejor, Peter. Chau.- agarra el bolso del piso y transita el pasillo al baño. Se ducha, se cambia, y fue a buscar su merienda a la cafetería. Ahora estaba de mal humor. 

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