CAPITULO 87.

El segundo día, Mariana opta por no ir al colegio. Aprovecha que no hay nadie en la casa en todo el día y se tira en la que había sido durante medio año, su cama. Se tira ahí y llora, solamente eso. Necesita sacar todo lo que no pudo sacar el día anterior, llorar hasta quedarse sin lágrimas. 
A la hora del almuerzo, llegan Eugenia y Rocío. Ellas les cuenta lo que pasa, sin cambiar de posición y llorando todavía. Las dos amigas se ponen mal y quieren consolarla, pero obvio que no saben como. Solo la acarician – una la espalda, la otra el pelo – y no dicen nada, la dejan llorar. Y agradece eso. Poder llorar en silencio a pesar de no estar sola. Sin que le hagan preguntas, sin que le reprochen. 
Mariana tiene una caja entre sus manos. Esa caja está abierta y hace música, mientras una calesita gira en su interior. Es el regalo que Pedro le hizo cuando cumplió dieciocho años y la quiere tener junto a ella en ese momento. Quiere que la música repetitiva le llene la cabeza hasta que no pueda pensar, y que los ojos solo sigan el trayecto de la calesita dorada, y que no suban para encontrarse con su propia mirada en el espejo. Está avergonzada de si misma, se siente asquerosa, estúpida... humillada, dolida. No solo por lo que hizo, sino por lo que Pedro le dijo después... la besó y le dio asco. Ya está. Ahí había terminado todo. 

- … Ya está, La. Peter lo va a pensar y te va a entender. Necesita tiempo, nada más.
- No entiendo porque todo el mundo piensa que el tiempo puede arreglar las cosas. El tiempo no arregla nada, arrasa. Si yo sigo más tiempo alejada de Pedro, se rompe algo entre nosotros que no se va a poder arreglar. Y va a ser así, porque Peter no me quiere volver a ver.- llora abrazada a su almohada, y mirando la calesita. 
- No es así, amiga... Él está dolido ahora, pero te quiere ver... Te veía todos los días y ahora de la nada no ¿Te pensás que está bien él, así, lejos de vos?
- Fue él quien me pidió que me fuera... Que lo dejara solo.- recuerda y llora. La almohada está empapada. 
- Lali, basta. Peter y vos se aman, no importa lo que pase, van a seguir juntos. Pueden estar un tiempo separados, pero van a volver. Porque están destinados a estar juntos, van a terminar juntos.- Eugenia es terca. Cuando se le mete algo entre las cejas, nada la hace cambiar de parecer.
- No entendés ¿No? - se sienta y la mira.- Le rompí el corazón a Peter, Eugenia. Él confiaba en mí más que en nadie y yo por una estupidez arruiné todo, ¿Cómo puedo esperar que vuelva a confiar en mí? No entendés... El día que engañes a Benjamín lo vas a entender... ¿Un consejo de amiga? No lo hagas nunca porque te vas a sentirte la peor persona del mundo por dañar a la persona que más quisiste y querés en toda tu vida. - avisa y se vuelve a tirar sobre la almohada para seguir llorando. 
- Ay, La. No llores más. Si estás tan segura de que no vas a volver con Pitt, lo que dudo... entonces tenés que superarlo. Si seguís llorando es porque estar separada de él te duele. Pero sabés que van a volver. No seas tonta.
- No. Ya está, lo perdí, Rochi. Se terminó todo, Peter no me quiere ver más, me odia, lo lastimé. Lo perdí, ya está. 
- Chicas ¿Me dejan a solas con Lali? - Mariana se sienta como si tuviese un resorte en la espalda y mira a la figura que está parada en la puerta. No puede creérselo. Tampoco puede creer lo rápido que Eugenia y Rocío desaparecen, es un solo segundo hasta que siente que se cierra la puerta principal.
- Peter...- y se seca los ojos, cierra la cajita y la pone en su espalda. Se siente humillada de que él la vea así. Se vuelve a secar los ojos con el puño de su blusa gris, como si no fuera evidente que hace horas está llorando.- ¿Qué hacés acá? 
- Quería verte, hablar con vos. 
- ¿Estás hace mucho ahí?
- Bastante.- es honesto.- Hoy no te vi, en el cole.
- No fui... No me sentía bien. Y no creo que vaya por el resto del año. Voy a dar las materias libres porque no soporto ir.- no soporta ir, y verlo a él. Pero eso no lo dice.
- No exageres.- se sienta en el borde de la cama y traza con su índice los dibujos floreados. Se quedan unos cuantos minutos en silencio. Ninguno de los dos sabe que decir, en realidad.- ¿Sentís algo por Gastón? - levanta la cabeza y la mira.
- No.
- Pará. Pensálo antes de responderme, porque si vos lo seguiste, si vos le seguiste el beso... por algo fue, Lali. ¿Sentís algo por Gastón? - volvió a preguntar. Mariana deja que pasen unos segundos para que él crea que está pensando. Pero en realidad no tiene nada que pensar. No puede sentir cosas por nadie más cuando Pedro ocupa su corazón totalmente. 
- No. 
- ¿Y por qué lo hiciste, entonces? ¿Por qué le seguiste el beso? - pregunta con dolor.
- No lo sé. No sé porque, no sé.- es que la duda también la está matando a ella.- No logro explicarme a mí misma porque lo hice... Gastón es la persona más detestable que conozco. Nunca en mi vida odié a nadie porque es un sentimiento muy fuerte... pero justo ahora estoy empezando a odiarlo a él.- Pedro se mueve unos cuantos centímetros en la cama y la mira más de cerca.
- ¿Me lo jurás? ¿Me jurás que no sentís nada por Gastón? - pide.
- Te lo juro. 
- … Sos la persona que más amé en mi vida. Y ahora sos la persona que más me lastimó. - confiesa con un hilo de voz.- Jamás en la vida pensé que ibas a estar en esa categoría. 
- Perdonáme.- pide ella, ahora.- Yo tampoco pensé que iba a estar en ese lugar, y tampoco quiero estarlo. 
- Juráme que no vas a estar nunca más con Gastón, jurámelo.
- Te lo juro, te lo juro. Ayer se lo dejé bastante claro igual.- Gastón va caminando y de la nada le aparece un golpe. Su cara es para el retrato de la sorpresa. 
- Perdón... por lo que te dije.- juega con un hilito que se desprendió del acolchado.- Nunca me podrían dar asco tus besos.- mira su boca y luego sus ojos.- Lo dije porque estaba muy dolido y te quería hacer doler a vos también.  
- Lo entiendo. Perdonáme vos a mí.- no cree haberlo dicho las veces suficientes como para merecérselo. 
Él acaricia un costado de su pelo y junta su nariz con la de ella, acariciándola. La besa, y Mariana siente un placer infinito. No sabe cuanto tiempo está besándolo, sabe que es mucho, pero estaría mucho más. El beso va pasando por diferentes facetas: dulce, amargo, con desesperación, con calentura. Es él, quien la vuelve a dejar de besar a ella. Se gira y le da la espalda, apretando los ojos muy fuerte.

- Entendés que yo no puedo volver con vos ¿No? Lo entendiste, le dijiste a las chicas que lo entendías.- se para y la mira desde lejos.
- ¿Qué?
- Yo no puedo estar más con vos, Lali. No puedo vivir con esta desconfianza. Perdonáme, pero no puedo. 
- Te acabo de jurar que no siento nada por Gastón y que no voy a estar con él nunca más.- le recuerda. No puede entender como, después de besarla así, la deja.
- Ya sé, pero no me alcanza. No puedo, Lali. No puedo. - a Mariana le tiembla el mentón. - Disculpáme.- la mira de ojos húmedos.- No puedo.- repite. Ella se queda callada. Es que no hay nada que pueda decir... Ya no se puede decir más nada.- … Se terminó. - Lali asiente y llora en silencio. 
- Mañana voy a buscar mis cosas a tu casa y te devuelvo todo lo que tenga de vos.
- Tomáte tu tiempo. Y no hace falta que me devuelvas nada.  Son regalos, los regalos no se devuelven.
- No quiero nada.- y empieza a llorar más fuerte.- No quiero nada tuyo. - siente que va a estallar de dolor. 
- … Está bien, como quieras.
- No, no está bien.- y llega ese momento en el que quiere pelear.- No está bien, nada está bien. Se terminó ¿Entendés? Se terminó ¿Cómo podés decir que algo está bien? 
- Era un decir.
- Bueno pero no lo digas. Porque nada está bien. Ni lo va a estar por mucho tiempo. 
- No dejes de ir al colegio... si me dejas pedirte una última cosa. - ella lo mira.- Si de verte todos los días a toda hora, paso a no verte nunca va a hacerse muy difícil. Además, tenemos muchas cosas en común, los amigos, por ejemplo. No quiero que ellos la pasen mal por esto y quiero... de a poco, acostumbrarme a verte y tratar de que ya no me duela.
- No me vas a dejar de ver... Voy a ver a tu mamá. Luz me importa más allá de nosotros. La voy a ir a ver mañana, también.- avisa. 
- Mi madre no está... Se fue, y por un tiempito puede que no vuelva. 
- ¿A dónde?
- A Uruguay. Necesitaba relajarse y salir de todo este quilombo. - Mariana asiente y llora, en silencio pero con esa sensación de que el pecho le está por explotar. Ahora siente que la pérdida es doble. No solo se termina todo con Pedro, sino que Luz, no la quiere ver. Sabe que es eso. Luz se fue – si es que se fue – por ella. 
- ¿Te puedo pedir algo yo, ahora? - solicita.
- Si. ¿Qué?
- Andáte. - él asiente varias veces. 
- … Chau, Lali.- saca las llaves del departamento que ella le había dado hace mucho tiempo y las tira sobre el sillón.
- Chau. 
Peter sale del cuarto y no puede caminar demasiado. Necesita detenerse y llorar para sacarse eso que tiene en el pecho y lo está ahogando. Todo aquéllo era demasiado para él en aquél momento. Se sostiene del sillón y llora sin hacer ruido. Llora y siente como ella si llora casi gritando. Sale de la casa en sigilo porque no puede escucharla más. No puede saber que ella está llorando de esa forma por él. No puede pensar en que acaba de dejarla. 

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ESTOY UN POCO COMPLICADA. SE ME ROMPIÓ LA NOTEBOOK Y NO TENGO CASI NADA DE CAPITULOS, ALGUNOS LOS VOY ENCONTRANDO DESPARRAMADOS POR PEN DRIVES. PACIENCIA, YA QUEDA POCO DE ESTA HISTORIA. 

- Querés "Promesa Rota I" y/o "Promesa Rota II"? Mandáme un e-mail a CamilaAmaral95@hotmail.com y te lo mando. 

- Querés que te avise cuando suba novela? Twitteame a @CamiAmaral7