- No le cuentes lo que pasó a Ricardo ¿Si?
- ¿Por? - lo miró.
- Te va a querer para atestiguar.- desaprobó.
- ¿Eso ayudaría? Porque si ayuda...
- No, La. No te metas.
- Pero...
Dije que no. - Okay.- miró la pantalla del celular.
- No te enojes.
- No estoy enojada.
- Si. Cuando te enojás me ignorás.
- Al revés. Te ignoro para intentar no enojarme.
- Bueno. Ya que me ignorás, te puedo avisar. La semana que viene, estoy tres días en Brasil, dos en Italia y uno en Francia. Más los viajes vas a estar 10 días sin verme. Después la otra semana voy un día a Japón y tres a Rusia... sumale seis días.
- ¿Y?
- Dieciséis días sin verme ¿Y vas a gastar uno de los tres días antes de que me vaya ignorándome? - se miró las uñas.
- ¿te pensás que porque te voy a extrañar no puedo ignorarte?
- Poder como poder, podés. No deberías, digo.
- Me lo largás así al pasar, cuando estoy enojada como para que no me ponga mal ¿No?
- Ah, entonces estás enojada.
- Basta, no me confundas.- le pegó en el pecho.- ¿Enserio te vas dieciséis días?
- si. Igual entre Francia y Japón tengo un día...- se mordió él labio y suspiró.
- Las chicas me dijeron que en Julio desaparecías y no hice caso. Tendría que haberlas escuchado.
- ¿Y cómo lo hubieras solucionado?
- Dejándote.- él levantó las cejas.- Na, no sé. Pero al menos tendría la idea. Diecisiéis días es un montón de tiempo, Pitt.
- Ya sé.
- Igual Manu va, así que sabés que no te voy a engañar.
- No pienso en que me vayas a engañar. No sé, no desconfío de eso. - él sonrió.
- Y yo tampoco desconfío, porque estás con Diego que es buena onda.
- Hola, chicos...- entraron Ricardo y el abogado.- Apa ¿Y esa cara Lali?
- Esta cara es porque me vas a sacar a Peter por 16 días.
- Lamento decirte que son 19.
- ¿Qué? - lo miró Pitt.
- Se nos sumó una campaña en Australia. Sos mi modelo más cotizado.- sonrió. - ¿Vos querés ir, Lali? No hay drama.
- No puedo, trabajo. Y aparte es un mundo de plata.
Al
volver al juicio, el juez llamó a los abogados al estrado y habló
con ellos en voz baja. Luego cada abogado volvió a su asiento.
- ¿Y? - quiso saber Ricardo.
- Estamos perdiendo... Si ellos presentan un testigo, como dicen que van a hacer, no nos quedan muchas chances. Dice que lo pedís es exagerado, porque los fotógrafos pueden tener el medio público como vía de trabajo y vos se la queres eliminar. Cree que con la órden de restricción debería alcanzarte.
Pasó
una supuesta novia del padre de Peter. Dijo que él estaba muy mal,
en una depresión por la distancia con su hijo. Que incluso de noche
tenía sueños y se despertaba gritando el nombre de Peter. Mariana
se empezó a enojar, la mentira era demasiado grande.
- … Una mañana le llevé una carta de su padre. La rompió frente a mí sin leerla... Me dijo que yo era la zorra que había separado a sus padres.- falso llanto.
- Bueno ¡Basta! - se paró y todos se giraron a mirarla.- ¿¡No se da cuenta de que está mintiendo?! - explotó.
- Señorita, a lugar, por favor.
- Me voy a lugar... pero después quiero testificar. Y tengo mucho para decir.- Peter se giró y la miró.
- Lali, no.
- Si, Peter. Yo tengo la prueba que se necesita ¿Por qué no revisan las cámaras de seguridad de la última hora? La del pasillo, sé que hay una. Y vos...- miró a la mujer sentada en la silla del frente.- No sos la novia. Lo que sea que te haya pagado para que mientas, lo triplico para que digas la verdad.- la mujer vaciló.
- ¿Algo que decir?- miró a la testigo.
- … Terminó mi declaración.- se bajó de la silla y salió del juzgado.
- Señorita ¿Quiere testificar? - la miró.
- Si.- caminé por el pasillo.
- Lali, no por favor.- Peter se paró interponiéndose en mi camino.
- No, por favor vos. Si sé cosas ¿Por qué no las voy a decir?
- Porque no es tu pelea.
- Si es tu pelea, es la mía, Pitt.
- Te dejo. Se terminó, se termina nuestra relación.- la miró serio.
- … Aun así. Dejáme pasar.- pidió con el corazón estrujado. Se sentó en la silla del estrado.
Explicó
todo lo que sabía, lo que había pasado. Media hora esperando el
video de la cámara de seguridad, Peter miraba a Mariana con una
seriedad que le daba ganas de explotar en llanto. Hasta que llegó el
video, y ahí no quedaron dudas, el audio era demasiado contundente.
Salió
sola con el abogado y un seguridad. Eugenia la esperaba para llevarla
a casa, Peter y Ricardo se quedaron dando declaraciones.
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