domingo, 31 de marzo de 2013

CAPITULO 92.




Mariana pasada días sumamente agitados. El miércoles ensaya hasta las 2 de la madrugada. Al otro día  no va al colegio, y ensaya desde las 10 de la mañana hasta las ocho de la tarde. Después empieza a aprontarse para bailar porque escucharon su petitorio y la dejaron bailar el jueves. Pero baila última y se va de allí a las dos de la mañana. No le fue demasiado bien en el ritmo que digamos. No tuvo mucho ensayo. 
Obvio que a las doce, en una tanda, llama a su amiga Rochi para ser una de las primeras en desearle unos felices 18. También le twittea “Feliz cumple a una de las mejores amigas que tengo @rochi_ig te adoro, rubia!” Y cuando bailó, también se lo deseo por televisión. 
Llegó a su casa tan tarde que prefirió quedarse durmiendo y no fue al colegio. Se levantó a las doce del mediodía, comió algo y se puso a organizar su agenda, con los ensayos de la próxima semana, las pruebas que tenía y las cosas que tenía que hacer además. 
A la una, sale de la casa para irse de compras. Tiene que buscar el regalo de su amiga Rochi, aunque ya lo tiene pensado lo tiene que encontrar. Además, necesita indumentaria para la fiesta y también para el bautismo. Consigue todo recorriéndose los comercios del centro, y ya que está, se compra algo para ir a cenar con sus amigas aquélla noche. Unas leggings, unas botas de taco y una remera medio floja al cuerpo.
Llega a su casa y son casi las cinco de la tarde. Estaba muy despejada, hace tiempo que necesitaba hacer eso. Se cambia y sale para el ensayo. Ya tiene que preparar el próximo ritmo. Ensaya tres horas. Llega a su casa poco antes de las nueve, y como ya se bañó solo tiene que cambiarse http://www.diariofemenino.com/images/galeria/9000/9413_amaia-salamanca-con-look-rockero-en-fiesta-pre-boda-de-rafa-medina-y-laura-vecino.jpg  
Se plancha el pelo y se maquilla solo un poco. Espera en el living, pero ni siquiera prende la televisión. Últimamente no sacaba nada bueno de ella, solo puras acusaciones de Pedro. Le llega el mensaje de Eugenia avisando que está en la puerta y baja. Se tira sobre el cuerpo de su amiga rubia cumpleañera, le desea un feliz cumple por cuarta vez y le sincha las orejas dieciocho veces. Recién después planta un beso en la mejilla de María, Candela y Euge. 
Cenan en un restaurante pipicucu - según Cande. Rocío se siente feliz cuando unas chicas se le acercan y le dan unos regalos. Tenía una carrera que había establecido muy lentamente y ahora estaba dando frutos. Salen de comer y Eugenia las deja a las dos en la casa de la rubia. Vivía sola, sus padres vivían en Córdoba pero ella se había mudado a la capital para poder seguir con su carrera artística.
Se ponen los pijamas y se tiran en la cama con música de fondo. Se quedan unos cuantos minutos mirando el techo, y Rocío es la que primero habla.

-
Hoy en el colegio, Pablo me preguntó que se ponía para la fiesta de mañana... - suspira.- Le dije que se pusiera una corbata roja para ser el único que combine conmigo. Viste que a nadie más dejo ir con algo rojo.- recuerda.
-
¿Te dijo algo?
-
Si. Que combinar nos iba a servir para el regalo que tenía para darme.
-
Jodéme. Te chapa.
-
Si, no sé.
-
¿No sé? Es obvio. Mañana te chapa, te chapa, te chapa.
-
No quiero perder la amistad de Pablo, La.- la mira preocupada. 
-
Nunca tuviste la amistad de Poli porque siempre hubo algo más profundo. 
-
Es verdad.- Lali la mira, porque es la primera vez que confiesa que pasa algo.
-
Estoy enamorada de Pablo.- la mira.
-
Ya lo sabía, pero ¿Cómo te diste cuenta?
-
El otro día, leí una frase. Mirá, la anoté acá...- abre un cajón y la saca.- “Siempre existe en el mundo una persona que espera a otra, ya sea en el medio del desierto o en medio de una gran ciudad. Y cuando estas personas se cruzan y sus ojos se encuentran, el pasado y el futuro pierden completamente su importancia y sólo existen aquél momento y la increíble certeza de que todo lo que hay bajo el sol fue escrito por la misma mano, la mano que despierta el amor, y que hace un alma gemela para todo aquel que trabaja, descansa y busca tesoros bajo el sol. Sin eso, nuestros sueños humanos no tendrían sentido”. Mientras leía esto, no podía sacarme a Pablo de la cabeza.- confiesa y la mira.- ¡Ay! ¿Por qué estás llorando?
-
Eso es una frase de Paulo Coelho ¿No? - se muerde el labio.
-
Si, ay ¿Qué tiene? 
-
No, nada. Que es re linda la frase.
-
¿Pensaste en Peter mientras la leí? 
-
No importa, estábamos hablando de Pablo. Aparte es tu cumple, no da hablar de mis cosas.
-
No es más mi cumpleaños, son la una de la madrugada.- se ríe. - Dale, contáme boba.
-
Ayer... va a sonar como una cosa re cursi ¿Eh? Pero me recitó frases de Paulo Coelho. Nada. Me pareció mucha casualidad.
-
O causalidad. ¿Qué onda ustedes? Porque van desvariando, primero se odian, después se ven y se llevan bien, ahora te ponés a llorar.
-
¿Qué onda va a haber? Seguramente mañana salís a la calle y ves una revista en la que sale diciendo cosas de mí, mentiras.
-
Yo prefiero que sean mentiras y que no esté contando cosas de su intimidad. 
-
Ay, Rochi. El otro día dijo que yo era bastante fácil porque a la semana ya nos habíamos besado.
-
Sabés que realmente no piensa así.
-
Entonces ¿Por qué lo hace? 
-
Tiene motivos.
-
Si, ya sé. Pero si no sé cuales son, no me sirve de nada. No me saca la angustia. - la mira.- ¿Vos sabés porque es?
-
Si. Pero no te puedo decir.
-
Ya sé. No te iba a pedir que me dijeras porque sé que es tu mejor amigo y respeto su relación y sus secretos. Pero, decime una sola cosa... ¿Vale la pena todo lo que está haciendo? 
-
… Digamos que si. Hay algo importante atrás, La. A lo mejor tiene otras formas de resolver lo que le está pasando, pero viste como es él. No deja que nadie lo ayude.
-
Si, es verdad.- suspira. - No sé, ahora estamos en una relación, como... Rara. Me seduce y me chamuya como si nunca hubiésemos estado juntos. Bah, o sí. Se zarpa, eh.
-
¿Si?
-
Si. El otro día cuando se fue a nadar y yo le fui a decir algo, me dijo que si las paredes no fueran de vidrio... 
-
Okay, no es necesario que sigas, comprendí como sigue la frase. - se ríe - ¿Te molesta que te “seduzca”?
-
No sé. Me gusta pero después se me viene a la cabeza todas las cosas que dice y me da mucha bronca. 
-
¿Qué te da tanta bronca?
-
Que diga cosas horribles de mí ¿Qué va a ser?
-
No, digo. A lo mejor lo que te da bronca es que a pesar de las cosas que está diciendo, cuando te seduce te hace sentir todas esas cosas que no te gustaría sentir ¿No?
-
… Si, eso también.- asiente.- ¿Qué hago, Rochi?
-
Dejá que fluya. Si en el momento respondes a lo que él dice o hace, dejáte llevar. 
-
Vamos a ver que pasa. 
-
¿Mañana cantás una canción conmigo?
-
Si, dale.
-
¿Vamos a dormir? Quiero descansar mucho así en la fiesta estoy con todas las pilas. 
-
Dale. Buenas noches.- se gira para darle la espalda, siempre duermen así.
-
Que descanses. 

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miércoles, 27 de marzo de 2013

CAPITULO 91.




Mariana se pone seria y lo mira. No entiende lo que el productor está diciendo. Queremos que seas la titular en el bailando.

-
Pero ¿Y Judith? Ella ya se curó...
-
Judith lo va a entender. Hay más chances de que tú dupla con Nicolás llegue más lejos que con ella, por un tema de raiting. 
-
Pero yo... no le quiero sacar el trabajo, ella tiene un bebé.- el hombre la mira y sonríe.- Me gustaría seguir en el programa, es alucinante, pero... no sé.
-
No tenés mucho tiempo para pensarlo. Hay que ensayar el próximo ritmo.
-
¿Ella sabe?
-
Si. Está esperando tu decisión... Está afuera.
-
¿Puedo hablar con ella? Para saber que piensa... Yo no quiero enemistades.
-
Claro, pueden charlar acá. Yo la llamo, Mariana.
Judith entra y se sienta. Lali la mira. Es una mujer hermosa, con los ojos muy claros.

-
¿No querés volver al certamen?
-
Si, quiero. Pero también quiero que se cumpla el sueño, y el Chato dice que vos podés llegar más lejos. Hasta te tiene fe en un final.
-
Yo no quiero que te enojes conmigo. Vos y Julieta me trataron como una más cuando nos entrenamos en el gimnasio, y... 
-
No me voy a enojar con vos. Aparte, me estoy perdiendo de muchas cosas en la vida de mi bebé, y quiero disfrutarlo. Aceptá lo que te ofrecen, es una oportunidad única.
-
Está bien, voy a hacerte caso.
-
Aprovecha todas las oportunidades que la vida te ofrece porque una vez que se van, demoran mucho en regresar.- le dio una sonrisa.- Que te vaya muy bien. ¡Los voy a seguir, eh! - dejó un beso en su mejilla, y salió. 
 

-
¡Ay! ¿¡Qué te pasó?! - consultó Gimena cuando vio llegar a su hija con un corte arriba de la ceja.
-
Una pavada. Es que voy a seguir en el bailando, má. Me pidieron que me quede.
-
¿Enserio? ¡Te felicito, qué bueno hija!
-
Gracias. Y nada, después de Este es el show que ¿Lo viste?
-
Si, hija. Te bancaste todo como una campeona, te preguntaron mucho y saliste bien parada, toda una diplomática.
-
Si. Y nada, me quedé ensayando dos horas, en una me mareé porque no había comido nada, me caí y me golpeé con una barra que hay al costado. Me dieron tres puntos, pero voy a estar bien y probablemente para la fecha en que baile ya no lo voy a tener. 
-
Ay, hiji... ¿Cómo no vas a comer por tanto rato? 
-
No tuve tiempo, má.
-
Le voy a preguntar a Cristóbal, por las dudas... 
-
No, mamá, calláte. Cris se pone insoportable.- le agrada que a pesar de ser Cristóbal el motivo por el que su madre está allí y su padre en Inglaterra, se lleve bien con él. Hasta se puede decir que lo quiere.- ¿Sabías que voy a ser la madrina de Angelo? El bautismo es el próximo fin de semana. 
-
Si, Cristóbal ya mandó las invitaciones para mí, Emilia y Camilo. Tiene tu nombre y el de Peter... ¿Está todo bien con que él sea padrino? - le pasó la tarjeta Marina Fuentes y Cristóbal Espósito te invitan coordialmente al bautismo de Angelo Benjamín Espósito Fuentes, junto a sus padrinos Mariana Espósito y Pedro Lanzani el próximo Domingo ...
-
No pensé que las fuera a hacer tan rápido. Apenas me avisó hoy. Y no, no hay problema, es una decisión que tiene que tomar Cristóbal porque es su hijo. - se encoge de hombros.
-
Si, pero ¿Te pusiste pensar realmente en lo que supone ser padrinos? Eso quiere decir que si a Marina y Cristóbal les pasa algo, Vos y Peter tendrían que hacerse cargo del bebé. - Mariana se sienta y mira el techo. Nunca lo había pensado. 
-
Tocá madera sin patas, ma. A Cris y Marina no  les va a pasar nada.- avisa.- Estoy un poco cansada ¿Qué vamos a comer?
-
No sé, ahora veo que preparo. Estuve un poco ocupada... con diseños. 
-
¿Me los mostrás? 
-
No. Quiero que veas todo cuando esté terminado para que me puedas dar tu opinión.- agarra el libro de la mesilla y lo deja en la mesa más grande. 
 

-
Ay ¿Y te duele mucho? - Eugenia es morbosa. Ve la herida de Mariana y enseguida quiere saber que le pasó, como fue, cuanta sangre derramó y si dolió mucho cuando la cosieron. Están sentadas a lo indio en el pasillo del colegio, junto a Rocío y María. Candela anda dando vueltas por ahí.
-
No, más o menos. Ayer me dolía más.- se toca por inercia.
-
Ah ¿Y cuál es el próximo ritmo? Yo quiero ir a verte.
-
Baile árabe.. 
-
¿Podemos hablar de otra cosa? Parecemos unas viejas hablando de nuestros trabajos.
-
Si, es verdad, perdón. ¿De qué querés hablar? - le sonríe Lali.
-
Y... no sé, podríamos hablar de la mega fiesta de cumpleaños que me organizó la disquera... ¿Recuerdan que cumplo años el viernes?- consulta. 
-
¡Es verdaad!- María se le abraza.
-
Yo me acordé. Ya tengo pensado tu regalo y todo. 
-
Estoy muy emocionada. Va a ser en el Palacio Leloir, y es formal eh, así que vayan lindas. Y no vayan de rojo a las aniquilo. Mañana les traigo las tarjetas. - señaló. 
-
Estamos ahí. Eso sí. Alguna falta al bautismo de Angelo y las mato. Ya le di la lista a mi hermano y están a la cabeza, eh. 
-
Fin de semana de fiesta, que genial. 
-
Y yo que creo que bailo el viernes...- se aprieta la cabeza.
-
¿EL VIERNES? - Rocío la mira.
-
No sé, quedaron de avisarme o el jueves o el viernes ¿Por? ¿Ibas a hacer algo ese día?
-
Si, tenía pensado salir a comer con ustedes y después que te quedaras en casa...- la miró dolida. Mariana era la mejor amiga de Rocío, ella se lo había hecho saber a lo largo del año. 
-
Bueno, dejáme que vea que hago. Les pido a ver si puedo elegir el jueves, o sino que me pongan primera el viernes.
-
Hace lo posible.- solicita.- Vos sos la que me puede dar esas charlas profundas sobre la vida y la necesito para empezar bien mi nuevo año. 
-
Euge ¿Podés venir un segundo? 
Peter la llama desde mitad del pasillo. ¿En qué momento apareció? No se sabe. La rubia se levanta y va hasta ella, con un lollipop en la mano. Queda en evidencia de quien habla cuando se gira y mira a Lali. Están unos segundos hablando y ella vuelve a la ronda, como si nada. Rocío y María la miran con curiosidad. 

-
Ay ¿Qué? ¿Les tengo que contar todo ahora?
-
Si querés yo me voy, eh.
-
Igual fue una pavada...- se encoge de hombros y juguetea con el sabor frutilla en su boca.- Me preguntó que te había pasado... - se señala su propia ceja como si fuera ella la que está lastimada.
-
Ah... 
-
Precisamente ¿Qué pasó entre ustedes? Porque hasta hace unos días se preguntaban las cosas en la cara, se hablaban mal pero era todo entre ustedes, no hablaban con los otros eh...- María tiene uno sabor manzana. 
-
Nada, charlamos ayer y como nos dimos cuenta de que nos hacíamos mal, decidimos apartarnos. 
-
Va a haber mucha prensa en mi cumple ¿Es un problema?- Rochi tiene uno de cereza. 
-
No, todo bien.- se encoge.- Digamos que me acostumbré. No sé porque pero desde que lloré frente a un millón de cámaras, me siento más en confianza con el medio. 
-
Ah, puede ser. Yo lloré mil veces en concierto.- se averguenza.
-
¡Ay, sí Euge! No sabés, yo cuando estuve en frente de una cámara también lloré.- ironiza María. Se sabe que no estuvo en el medio jamás. 
-
Cuando cumplas años, te voy a invitar al programa, y voy a decir “Muchas Gracias a mi amiga Mery por haber venido, hoy es su cumpleaños” Te voy a señalar, te van a enfocar y vas a ser feliz. 
-
Ya cumplí. En todo caso si el año que viene te vuelven a agarrar en el Bailando.
-
No creo.- se ríe. - ¿Vamos a caminar? Necesito estirar las piernas...
-
Con lo cortitas que son ¿Qué tanto tenés que estirar? - consulta Rocío y se ríen. 
Te espero en cuanto salgas del colegio para hacerte estudios. Me llamó Peter. 

-
Los odio.- se queja Lali cuando lee el mensaje de su hermano.
-
¿Qué pasa? - consulta Meri.
-
Nada, que como me mareé dos veces ayer, ahora  mi hermano ya me quiere hacer estudios... En realidad, Peter quiere.- se gira y mira a Pedro que está junto al resto de los chicos – y Candela – en la mesa de ping – pong. El morocho la mira, y ella saca la mirada. Marca el número.- Cris, no puedo cuando salga del cole. Mañana probablemente baile y tengo que ensayar todo el día.
-
No vas a ir a ensayar hasta que hagas los análisis.
-
¿Vos les hacés análisis a todas las personas que se sienten mal un día de su vida? Me vas a dejar sin sangre, Cris. Decile a Peter que estoy bien, hacéme el favor.
-
¿No está ahí con vos? Lo tenés más cerca, decile vos.
-
No, decile vos yo no me hablo mucho con él. Nos vemos el domingo.
- No te hagas la viva, eh. Si seguís así, te traigo de arrastro a la clínica ¿No tendrías que estar en clase?
-
Si, pero no teníamos ganas de entrar y nos fuimos todo.
-
Qué bonito eh, así les va. Te dejo que tengo paciente, te quiero.
-
Yo más. - cuelga. Sigue charlando con las chicas.

Peter está apoyado contra la mesa de ping pong. Cada unos segundos, y después de haberse asegurado de que nadie le va a reprochar nada, mueve sus ojos y mira a Mariana, que está sentada en el suelo a unos metros de donde él estaba con sus amigos. La mira, de lejos, está tan increíblemente hermosa que le dan ganas de llorar. Pero luego, ella ríe y lo hace sonreír.
Lali no quiere hacerse el chequeo. Lee el mensaje en la pantalla amplia de su celular y suspira. Lo sospechaba. Levanta los ojos y ve que ella lo mira. Se siente afortunado de que lo mire solo unos segundos antes de volver a su conversación. Parece ser de lo más interesante, porque Lali está muy atenta. En realidad, él sabe que ella siempre es atenta a todo, así sea la conversación más banal del mundo. 
Se sienta en uno de los pequeños sillones y suspira, al tiempo que se tira hacia atrás quedando apoyado en el respaldo. Desde allí, puede verla por debajo de la mesa sin que ella lo note. Y por supuesto que hace eso, se queda mirándola fijo. Saborea un chupetín, debe de ser de cereza – su favorito. Lo disfruta con una encantadora sensualidad. Le recuerda a cada uno de los besos que ella le había dado, y le da ganas de ser él quien le dé uno ahora. 
Ella carcajea y tira su cuerpo hacia atrás, sosteniéndolo con los brazos. La blusa se le levanta, mostrando un poco de su vientre. Cuando se ríe, se le tensa mostrando las marcas de los músculos. El pecho se le contrae. Recuerda ese día en que la vio desnuda frente un espejo, y como fue él quien tapó con un brazo su busto. Se le eriza la piel, y se recuerda a sí mismo que tiene que respirar. 
Abre su mochila y saca los shorts azules. 

-
Me voy a la pileta.- avisa al aire, porque en realidad cada quien está muy concentrado en lo suyo y no presta demasiada atención.
Al fondo del colegio  había un pequeño club. Tenía una sala con algunos artefactos para hacer ejercicio, una cancha y una pileta. Se mete en el vestuario y se cambia. No hay nadie, todos son correctos y están en clase. Se para encima de un cubo y se tira en la pileta aunque sabe que está fría. Mejor. Así se calma un poco. 


Lali se sienta en un borde, después de secarlo con la mano y respira hondo. Mira como Pedro va y viene una y otra vez, de un lado al otro de la pileta. Apenas saca la cabeza del agua y cuando lo hace, no parece notarla. Tiene una increíble habilidad para el nado, con movimientos muy precisos y perfectos. Le gusta el modo en que los músculos de la espalda se le marcan.
Mariana ya contó 12 piletas cuando él se detiene al otro lado. Sale y apoya sus brazos en el borde, dándole la espalda. 

-
¿Ahora se te dio por la natación? - consulta y él se gira. Cree que se va a morir ahí mismo. Ese debe ser su castigo. Va a allí para calmar sus frustraciones, y entonces ella decide seguirlo. Muy bien se dijo para si mismo Si estás intentando castigarme, te salió perfecto.
-
Me gusta para olvidarme un poco de los problemas.- pasa una mano por su cara para sacar las gotas de agua que lo molestan.
-
Ah... Qué bien. Te venía a pedir que dejes de insistirle a Cristóbal para hacerme estudios, estoy bien... Me va llamando tres veces y no parece que vaya a parar. Por favor, pedíle que deje de llamar. 
-
Atendélo y no te va a llamar más. 
-
No quiero que me diga otra vez que vaya a hacerme análisis. Me siento perfectamente y no veo un motivo por el que tenga que ir al médico. 
-
Yo si lo veo. Primero te mareaste en el baño, y después en tu ensayo. Tuviste suerte de haberte pegado ahí y de que no hubiera algo más peligroso. Cristóbal me dijo que no habían pasado tantas horas desde que habías comido, y que habías comido bastante. No es por falta de nutrientes por lo que te mareaste, Lali. 
-
Cristóbal se preocupa demás porque es mi hermano. Y vos, no sé porque te preocupás tanto. ¿No quedamos en dejarnos, en que lo único que nos iba a unir era Angelo? 
-
No vas a pretender que te deje de un segundo para el otro ¿No? Eso es bastante complicado. Quiero hacerlo de a poco. Tampoco sé si me gusta estar sin hablar con vos.
-
Yo no te dije que dejaras de hablarme. Es más, me parece que tensa más las cosas si no hablamos. 
-
Es que no puedo hablarte como amigo y mucho menos como un desconocido. No puedo hablarte y no mirar como movés la boca cuando me respondés. Es como si te volvieras más sensual ahora que estamos separados.
-
Dicen que uno quiere lo que no tiene.- se encoge de hombros.- Capaz que es por eso.- pone una mano en el agua y hace dibujos que se desvanecen. 
-
Si, capaz.
-
O capaz que es por falta de sexo. Si, debe de ser eso. Porque yo de sensualidad no me veo nada. Tengo ojeras de dormir mal, me puse una remera que me queda chica cuando salí de casa y me hice un rodete muy desprolijo. - mira su reflejo en el agua. 
-
Si, claro.- niega con desapruebo.- Lo hacés a propósito para que te diga que siempre te veo igual de hermosa.
-
No. Lo digo porque de verdad lo veo. Se ve que tenemos miradas muy diferentes. 
-
Si, puede ser que sea por falta de sexo.- vuelve al tema anterior mientras se acerca, caminando por el agua, hacia ella.- ¿No me querés ayudar?
-
No. Yo no necesito el sexo.
-
¿Por qué? ¿Ya tenés a alguien quien te lo haga? - la mira, apenas desde medio metro más abajo.
-
No. Simplemente que hay otras cosas que me parecen más esenciales. 
-
Y ¿Cuando te acordás de alguna vez en la que hayamos estado juntos, no te dan ganas de hacerlo?
-
Esto es muy raro.- confiesa.- Mi ex – novio tratando de seducirme.- se ríe, mirando a un costado.
-
“Tras la máscara de hielo que usan las personas, existe un corazón de fuego” dice Paulo Coelho en el Manual del guerrero de la luz. Yo sé que, aunque pones esa cara de estar hablando de algo aburrido, te morís por que te haga el amor ahora, acá.
-
No sabía que leías a Paulo Coelho. - él hace fuerza con sus brazos, apoyándose en los bordes para quedar sostenido fuera del agua.
-
Tengo toda su colección.- lo dice tan de cerca, que Mariana puede sentir el aliento gélido en su cara. 
-
¿No te cansás de volver siempre a lo mismo? ¿No te aburrís de que te rechace? 
-
La montaña rusa es mi vida; la vida es un juego rápido y vertiginoso; es un salto en paracaídas; es arriesgarse, caer y volver a levantarse; es escalar montañas; es desear llegar a la cima de uno mismo y sentirse enfadado e insatisfecho cuando no se lo consigue.” Exactamente así me siento con vos. Con vértigo cada vez que te veo, capaz de correr cualquier riesgo, deseando llegar a tu cima... Y me siento insatisfecho cuando no te consigo. 
-
Once Minutos. Yo también leo Paulo Coelho, no te pienses que me impresionás. - aviso.
-
No estoy pensando eso. Estoy pensando en que si este lugar no tuviera paredes de vidrio... Te haría el amor, acá. - Lali se eriza cuando le habla cerca del cuello, le deja un beso y ella se levanta.
-
Mejor me voy.
-
No me podés dejar así.- avisa.
-
¿Insatisfecho? Para algo existe lo que se llama masturbación.

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jueves, 21 de marzo de 2013

CAPITULO 90.




La (no) relación entre Pedro y Mariana fue distintas fases. El primer día después de pelearse, la que ponía los ojos en el suelo cuando se cruzaban, era ella. Cuando finalmente habían dado todo por terminado, después de los días en que Lali no había salido de casa, los dos levantaban los ojos, se saludaban con las miradas al pasar. Pero esa mañana, la relación llegó a una nueva fase; fue Peter quien pasó por al lado de ella y puso los ojos en el suelo para no tener que mirarla. Hay que admitirlo. A pesar del dolor, a Mariana le dio una gran satisfacción. 

-
Lali...- ella siguió caminando por el pasillo, pero la voz de él la detiene.
-
¿Si? - se gira y lo mira. Ella va a ser cordial. Después de todo, se perdonó por sus errores. Los de él son muchísimo más grandes. 
-
Te... te quería felicitar por el baile de ayer. Estuvo re – lindo. 
-
Ah, gracias. 
-
Y también... Quería que supieras que tenes el derecho a decir de mi lo quieras... Incluso más de lo que dijiste ayer. Fuiste demasiado buena con eso. Podés decir lo que quieras de mí... Lo que quieras.
-
Ayer no se trataba sobre vos. Se trataba sobre mí. Y no me voy a colgar de ese juego mediático, Pitt. Sabes que no es lo mío. Digo lo que tengo que decir y nada más. No busco armar lío con todo esto.
-
Yo quiero que te metas en el juego mediático, quiero.- explica.- A vos te va a ayudar con tu carrera, y a mí... - respira hondo.- A mí me va a hacer bien saber que no soy el único que está diciendo mierdas sobre el otro. Sentiría que es justo.
-
No me interesa tener una carrera en base a escándalos. Sé que es difícil pedir eso hoy pero no voy a cambiar mi manera de pensar. Y, qué lástima que no sientas que es justo. Supongo que ese es tu castigo. 
-
Está bien, tenés razón. 
-
¿Algo más?
-
Si. Ya sé que va a sonar como una excusa barata pero... tengo motivos para hacer lo que estoy haciendo. Si me conociste bien, cosa que creo, sabrías que yo no soy así. 
-
No suena como una excusa barata. Ni siquiera suena como una excusa. 
-
¿Te acordás que una vez me viste en televisión, mintiendo, y dijiste que era yo pero sin alma?... Bueno ¿No me viste sin alma, ahora también? 
-
Si, te vi sin alma.- y él sonríe.- La única diferencia con el antes, es que no te veo sin alma solo en televisión. Te veo sin alma en todas partes... Ahora mismo te miro a los ojos ¿Y sabés qué? No veo nada.- confiesa clavando sus ojos negros en los suyos, verdes. - Es raro. Antes prácticamente podía ver lo que pensabas. 
-
Sé que estás intentando lastimarme, y está bien.- se le humedecen los ojos.- Me lo merezco.
-
Si te lo mereces pero no es lo que estoy intentando. Te estoy diciendo lo que veo, Peter. No sé que te pasa pero no sos la misma persona que eras antes. 
-
Vos, me pasaste. 
-
Te recuerdo que fuiste vos el que me dejó primero.
-
¿Volverías conmigo, ahora?
-
Ni loca.
-
Entonces fuiste vos la que me dejó después. Estamos a mano con nuestros respectivos abandonos.
-
Supongo que si ¿Algo más?
-
Si. ¿Cuándo vamos a cantar las canciones que nos faltan?
-
No las voy a cantar.
-
Lali, son 30 puntos. No los podés perder.
-
Me saqué 10 en todas las otras performances. Incluso tengo un 10+ en la primer coreo que hice con las chicas. Corro con ventaja, no me molesta perder 30 puntos cuando ya tengo 50. 
-
Es en base a 100. Necesitas un mínimo de 80 para que te consideren la disciplina.
-
Eso ya lo sé. Voy a conseguir los puntos de otra forma. No sé si te diste cuenta pero no te necesito. - él asiente.
-
Tenés razón. 
-
¿Algo más?
-
Una sola cosa.- carraspea.- Yo si te necesito.- avisa y se va por el pasillo sin darle tiempo a decir nada.
 

Te llamó Cris, dice que lo llames, llega a casa y Emilia ya está de salida pero le da el aviso. Llama a su hermano mayor y le dice que se aparezca en el restaurante a dos cuadras del hospital dentro de media hora. Se arma el bolso, se cambia, llamara al remis y se dirige al lugar. Seguro su hermano quiere un almuerzo con ella. Paga y baja.
Entra al restaurante y lo busca entre las mesas. Cuando lo ve, está con Peter.

-
… Hola.- deja un beso en la mejilla de su hermano y se sienta.
-
Llegaste rápido.- le sonríe.
-
Si ¿Qué pasa?
-
Quise hacer que fuera un acontecimiento... Marina quería venir pero no pudo zafarse del trabajo... Bueno, nada. Oficialmente quería decirle a los dos que son los padrinos de Angelo.
-
¿Enserio?- sonríe Peter.
-
Si. Vamos a hacer el bautismo el próximo fin de semana, ya estamos mandando a imprimir las tarjetas. Háganme una lista de las personas a las que quieren invitar... Chicos, yo sé, como sabe todo el mundo...- y lo último lo reprocha.- Que las cosas entre ustedes no están bien últimamente. Y que vos, Peter, te zarpaste y dijiste cosas que no tenías que decir... Pero eso no tiene nada que ver. Angelo no se siente cómodo con más nadie, y tienen que ser los padrinos. 
-
Es todo un honor.- sonríe Lali. 
-
Se tardan un poco...- mira la puerta de la cocina – Voy a ver que pasa...
-
No, Cristóbal...
-
No te preocupes. Los conozco, siempre vengo a comer acá. Me voy a tardar, pero vuelvo con la comida.- sonríe y desaparece tras las dobles puertas de vaivén. Pedro suspira tan aliviado que llama la atención de Lali.
-
Pensé que me iba a putear por lo de nosotros.- se toca el pecho. Lali lo mira. 
-
¿Sabés si vamos a tardar mucho en almorzar?
-
No sé ¿Por? ¿Tenés algo que hacer?
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Si. Tengo una reunión con los productores y después tengo que ir a este es el show.
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Ah...- sonríe.- Te está yendo bien, parece.
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Por suerte... A vos también. Estás más famoso que nunca.
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Si... No por lo que yo quisiera, pero si.  
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No parece que te desagrade mucho.
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Ya te dije que tengo mis motivos para hacerlo.
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Cierto.- se quedan los dos en silencio. Pedro tiene las mangas de la camisa remangadas, los dos botones primeros desprendidos, y un jean ajustado. Medio flogger, pero el look va con él. Le queda demasiado bien, digamos. 
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… Te extraño un montón ¿Sabés? 
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¿Si? Mirá vos. 
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Dale, La. No te hagas la dura conmigo.
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¿Qué es lo que querés, Peter? Porque me dejás, salís diciendo cosas horribles de mí en televisión, y después me decís que me extrañas. No sé que pretendes ¿Que me tire en tus brazos?
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No soy tan iluso.- avisa.- Solo quiero que seamos completamente sinceros el uno con el otro. - clava sus ojos verdes en los de ella.- Decime ¿Me extrañas... aunque sea un poco? 
Lali se queda en silencio. Por supuesto que lo extraña. Extraña todo de él. Sus besos, sus abrazos, sus caricias, lo hermosa que lo hacía sentir, el modo en que la hacía vibrar en la cama, despertar y tenerlo dormido a su lado. Su risa, sus celos, sus reflexiones... Lo extraña todo. 

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Yo... nada. Se me hace todo muy difícil ahora que no estoy con vos. Me había olvidado de lo mucho que podías simplificar mi vida.
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Ah...- responde ella sin saber que decir. Él se levanta de golpe y se agacha junto para quedar frente de ella.
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¿Me extrañas? - pregunta otra vez. 
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… No.- siente el aliento de Pitt en su cara. Tiene el gusto a chicle de fruta que tiene (casi) siempre. 
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Decímelo, otra vez... Decime que no me extrañas.- pide juntando su nariz con la de ella y mirándola a los ojos. Lali siente que se puede perder en aquéllos dos ojos, eran como lagunas verdes, el mar de la tranquilidad de la luna. Ella no puede decir nada.- Entonces lo voy a tener que averiguar por mí mismo. - Hace todo en un solo segundo; junta sus labios con los de ella, y la levanta con una sola mano por la cintura para pegarla a su cuerpo. 
Mariana emite un quejido por el contacto. Es que solo él tiene la capacidad de quitarle la respiración en medio segundo, con un único gesto. La guía, no sabe a donde pero se deja guiar. Entra en un baño  - de mujeres – y luego en un cubículo, están apretados y ella puede sentir el olor de la colonia para después de afeitarse, ese olor que la enloquece. Pega su nariz a su cuello, él la aprieta fuertísimo a su cuerpo. Le molesta que la ropa sea una barrera que no les permite estar más cerca. 
Escucha como la respiración de ella se entrecorta cuando recorre su cuello con la boca. Lo sabe, sabe que ella lo extraña pero el orgullo no la deja decir nada. Ahora es él quien la deja sin palabras. Ella juguetea con sus manos, las metió entre los botones desprendidos de la camisa. Él tiene las manos fijas en su cara. Luego las baja por su falda, hasta tocar su pierna desnuda. Ella lo detuvo.

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Peter, no.- pone las manos en su pecho, apartándolo.
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Lali, por favor...- rogó de voz agitada.
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No, soy pésima en el sexo, lo dijiste vos, no. - lo mantuvo lejos de ella y los ojos en el suelo para ocultar las lágrimas.
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No, mi amor, no, no.- toma su cara entre sus manos y la inmoviliza con su cuerpo apoyado sobre el suyo.- Sos la mejor amante que tuve en mi vida, sos la mejor en todo, nunca nadie me hizo sentir como vos. Ey, miráme. 
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Entonces ¿Por qué dijiste todas esas cosas de mí?- mira sus ojos verdes. 
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Te juro que tenía, tengo que hacerlo, te lo juro, te lo juro.- acaricia su nariz con la suya.- Tengo un motivo para lo que hago, algo más fuerte que yo, que nosotros, te juro. 
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¿Cuál? ¿Por qué hacés ésto? - el aprieta sus ojos, fuerte.
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No puedo decirte.- cierra los ojos.- No puedo, no puedo. Intento mantenerte apartada de todo ésto, pero es muy difícil para mí, perdonáme.
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No me apartes, decime que pasa, por favor... ay.- se sostiene de los brazos de Pedro.
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¿Qué te pasa?
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Me mareé, dejáme salir, me estoy ahogando.- sale del cubículo y se sostiene de un lavabo, después de abrir la canilla y mojarse la cara.
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¿Estás bien?
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Esto me está haciendo mucho mal y no lo soporto más. Yo sé que es complicado, pero, si vos terminaste y yo terminé con ésto, hay que dejarnos en paz el uno al otro.
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Ya sé. Lali, yo no voy a dejar de decir las cosas que estoy diciendo en la tele y en las revistas. No puedo. Lo mejor va a ser que estemos apartados, y que lo único que nos una sea Angelo.
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Tenés razón.- sonríe.- Va a ser mejor que así sea.
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Quiero que sepas que a pesar de todo, contás conmigo Lali.
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Gracias... Dale, andá que si Cris va a la mesa y no nos ve a pensar cualquiera.- él asiente. 
Lali se mira en el espejo y se ve hecha un desastre. Era extraño, pero al lado de Pedro siempre se veía linda. Ahora él se había ido, de aquél baño y de su vida. Ya no era linda. 

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Lali ¿Por qué tardaste tanto? - la miró Cristóbal cuando se sentó en la mesa.
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No me sentía bien y me fui a lavar la cara.
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¿Te sentís mal, querés que te haga estudios?
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No, gracias. Es... vengo con un ritmo muy alto, y a veces el cuerpo me avisa. Después de una noche de buen sueño se pasa.
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Pero ¿No tendrías que ponerte a descansar ahora?
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Tengo cosas que hacer, así que...
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Lali, si el cuerpo te pide que pares, pará ahora.
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No te preocupes, estoy bien. 


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