martes, 29 de mayo de 2012

CAPITULO 30.



El celular sonó, y se removió en la cama. Se giró muy despacio para no despertarla, ya que la tenía amarrada a su cintura. Miró la pantalla con ojos totalmente achinados y leyó que era un mensaje de Eugenia.

Blda, tu amigo está re borracho, se le tiró a Rochi y le dijo tu nombre :| WTF?

...


- Mm... Buen día.- abre los ojos y le sonríe cuando lo ve de ojos abiertos y curiosos. Se mueve un poco en la cama y se acomoda mejor a su cuerpo, hacía un poco de frío.- ¿Cómo amaneciste?
- Bien ¿Vos?
- Bien...- sonríe, él seguía mirando detrás de ella.- ¿Qué hay en la ventana que te impida de darme una respuesta linda?- consulta, y recién ahí fijó sus ojos en los suyos.- ¿Pasa algo?
- Si, algo así.- se encogió de hombros.- Te llegó un mensaje, cuando estabas durmiendo, y lo leí...
- ¿Me agarraste el celular?- levanta las cejas.
- Si, no te enojes. Es que era Eugenia, entonces pensé que era una pavada y lo leí...
- Y no era una pavada, por eso tenés esa cara ¿No? - él negó y le pasó el celular. - Bueno Pitt, no sé ¿Qué querés que haga? No es mi culpa si el pibe se manda cualquier cosa cuando está en pedo.
- Ya sé, no es eso. Es que me preocupa Lali, ese pibe está obsesionado con vos.
- Y vos tenés un millón de pibas obsesionadas con vos.- recuerde.
- Pero yo no las veo ocho horas al día.- señaló.
- Bueno, a ver, vamos de vuelta.- se gira, cierra los ojos y los vuelve a abrir.- Hola mi amor, estoy feliz y te amo ¿Cómo amaneciste? - él se rió y se mordió el labio.
- Siempre que duermo con vos amanezco bien, y más hoy después de lo que pasó ayer.
- Ah, ahora me gustó más.- se abraza de su cuello.- No te hagas tanto drama por esas cosas, Pi. Lo que le pase a Gastón conmigo, no va a ser importante si yo no siento algo por él.
- ¿Y no sentís nada, nada?
- Siento todo, todo... pero por un señorito de lunares, no sé si sabés quien es. - él sonrió.
- Éste señorito de lunares se tiene que ir.- se le borró la sonrisa.
- No ¿Cómo que irte? No. - se apega más a su cuerpo.
- Siii me tengo que ir...- pero él también la agarró fuerte.- Tengo que ir a firmar la renuncia con Ricardo, y después a contarle todo a mi mamá.
- ¿La renuncia, seguís con eso? No seas idiota, Peter.- solicita.
- Pensé que te iba a gustar la idea de que dejara todo ésto. - la miró.
- No, porque la fama ya te la hiciste. No me molesta que seas modelo, me molesta la fama, y eso ya no se te va a ir. Me parece una gilada que por lo que pasó renuncies.
- Bueno, pero ahora ya dije que iba a renunciar.
- ¿Y te pensás que si les decís que te arrepentiste no te van a dejar volver?- lo mira obvia. Se agacha, agarra el buzo de Peter y se lo puso.- Aparte, mirá, no te podés ir porque me puse tu buzo y no me lo voy a sacar.
- Te lo saco.- obvió.
- No creo que seas tan malo de dejarme a la interperie, con éste frío que hace...- se hace la pobrecita.
- Ay, te amo...- se rió y dejó un beso en su cara.- Bueno, me quedo, pero un ratito solo. - se volvió a acomodar.
- Un ratito largo. - señala, acurrucada entre sus brazos.- ¿Te pregunto algo? Pero sin que te pongas mal, eh...
- Si, dale.- sonrió.
- ¿Puede ser que tu viejo haya sido tu representante en algún momento?
- ¿Eh? Nada que ver ¿Por qué decís eso? - la miró extrañado.
- No, por nada.
- Dale, ahora decíme.
- Ayer me dijo eso, que había sido tu representante.
- Cualquiera ¿Por qué te dijo eso? - empezaba a molestarse.
- Dejála por esa, Pitt, no vale la pena hablar de él ¿O no? Lo importante es que ya pasó.- se encogió de hombros.
- Lo importante es que estás al lado mío... Eso es lo importante. - le dio una sonrisa demasiado tierna.
- ¿Sabés de qué me di cuenta? De que la semana que viene cumplimos un mes.
- Está pasando medio rápido el tiempo ¿No?
- Si, mejor. Así termino el año, recién estamos en Abril y ya estoy fulminada.- se queja.
-Se va a hacer corto. Cuando quieras ver va a ser verano otra vez, y vamos a estar todo el día pegados.- la abrazó fuerte.
- ¿Decís que en verano vamos a seguir juntos?
- ¡Qué mala!- la zarandeó un poco.- Cuando estoy en una relación siempre pienso que va a ser para siempre.
- Ah, yo no. Siempre pienso que se puede terminar en cualquier momento, te ahorra desilusiones...- acaricia su pelo.- Por eso todo ésto me asusta, Peter. Tenerte se está haciendo algo demasiado importante en mi vida y me da miedo.
- ¿Miedo por qué? No te voy a dejar.- obvió.
- Estamos bajo muchas presiones. De nuestros amigos, de los medios... Y no puedo dejar de pensar que un golpecito nos puede separar. No me gusta sentir que dependo de vos, yo nunca me até a nadie.
- Si no te gusta, no te sientas así. Yo no lo veo como una dependencia, sino como que tengo a alguien con quien contar siempre, y a quien le puedo contar todo. Yo creo que eso es lo importante, confiar lo suficiente en algo como para serle siempre sincero.- respira hondo.
- Hay algo que no te conté... sobre lo que pasó ayer.- él la miró preocupado.- No te enojes, no te lo quise decir para no ponerte nervioso.
- Sé que no te gustó, verme así ayer.- asiente.- Dale, contáme.
- Me dijo que él era tu representante y que habías tenido una actitud infantil en el divorcio, dejándolo en la calle.- él se empezó a reír pero con amargura.
- Pobre tipo, me da una lástima. - se mordió el labio.- Es mentira, nunca fue mi representante. Nunca me apoyó en nada de lo que quería, lali. Cuando hubieron unos problemas de plata en mi casa, le pedí que me hiciera fotos para ver si entraba de modelo, y se me rió en la cara. Me dijo que no tenía aptitudes para eso.
- Pero lo lograste... ¿Cómo?
- Me descubrió ricardo en una obra de teatro del colegio.
- Entonces lo que tiene tu padre es bronca, porque conseguiste lo que querías.
- Lo que tiene es desempleo. Lo despidieron de la empresa fotográfica y me vino a joder a mí.
- Es increíble la genética, Pitt. Es que me dió impresión de lo idénticos que son.- explica.- Igual, no sé. Le faltaba lo más importante, lo que te hace más vos.
- Los ojos.
- Si. Tu mirada es especial, traspasa.- lo mira a los ojos.
- Eso es porque te gusto, La. Cuando te gusta alguien, esa mirada es muy importante.
- Capaz. No sé, Peter. Tenés algo que nadie más tiene porque lográs cosas de mí que nadie más logra. No sé que es.- explica.
- Yo si sé que es lo que más me gusta ed vos. Es que sos totalmente diferente, desinteresado. Es muy difícil encontrar a alguien así hoy. Pero también tenés algo que no sé que es... porque, no sé, Rochi por ejemplo, no es interesada, y sin embargo no la quiero como a vos.
- ¿Y de Belén? ¿Qué te gustaba por ejemplo?
- Belén es muy enérgica, muy alegre. Siempre me tiraba buena onda, me ponía de buen humor.- sonrió.
- ¿Y por qué se terminó?
- Porque exigió cosas que yo no quería darle. Ella me quería para si todo el tiempo, no entendía que tenía amigos, trabajo, estudios.
- Me pone rabiosa escuchar que hables así de ella.- confiesa, pero en calma. Algo en su estómago le daba ganas de llorar cuando hablaba así.
- Lo importante es que Belén es del pasado y vos del presente.
- ¿Y del futuro?
- Ojalá que también.
- Mirá de lo que estamos hablando...
- ¿Qué?
- Apenas cumplimos un mes y ya estamos pensando en el futuro.- se ríe
- Eso se llama estar enamorado en tercera fase.
- ¿En tercera fase? ¿Qué es eso?- se vuelve a reír.
- Se supone que el enamoramiento tiene fases. La primera es la atracción, la segunda es cuando no podés dejar de pensar en esa persona, y la tercera es la de la pasión y el futuro.
- Qué inteligente que sos.- él sonrió.- ¿Dormimos un ratito?
- ¿Más?
- Si, tengo mucho sueño...
- Bueno, dale.- la apretó a su cuerpo.
..........
- No, no te vayas...- lo ve sentado en la cama, poniéndose las zaptillas. Se agarra a su espalda.
- Si, me tengo que ir... Tengo que hablar con Ricky para decirle que no renuncio.- ella sonrió.
- Llamálo por teléfono, por fa, no te vayas...- pucherea. Él se levantó y queda sostenida en su espalda.- por favor, por favor quedáte, te voy a extrañar mucho si te vas.
- Me tengo que ir, dejáme irme.- la sentó a horcajadas de su cuerpo, y caminó hacia el baño.
- Si te vas, no te dejo volver.- él levantó las cejas.- Mentira, pero dale... Te amo.
- Yo tambieeeén.- se quejó y dejó un beso en su cuello.- Pero me tengo que ir.
- Bueno, te vas a tener que ir conmigo colgada.
- Podés ir conmigo a Piñeiro, pero no te aseguro que no vayas a cruzar con una cámara. En Piñeiro y Multitalent siempre hay un móvil fijo.
- Ufa...- se queja.- ¿Nos juntábamos con los chicos hoy?
- Si, me dijo Vico que en lo de María, se quedaron todos ahí. Si querés te vengo a buscar.
- No, no me vas a venir a buscar porque no te vas a ir.- él se rió.
- Si me dejas irme, cuando venga te traigo un regalo.
- No, no te vayas.- puso los pies en el suelo y lo abraza fuerte por el cuello.
- Eh... hola, chicos.- los dos giraron la cabeza. En el living estaba Emilia con Camilo.
- Hola.- se sornoja y baja el buzo de Peter, para que llegara hasta la rodilla. Peter escudó su pecho desnudo en ella.
- Em... creo que ésto es tuyo, Peter.- Emi levantó la camisa del suelo y se la extendió, tratando de esconder su risa. La cara de verguenza de Pedro era para cuadro.
- Gracias...- dijo riéndose, nervioso. Se la puso.- Me voy, Lali. Cuando salga de allá te llamo.
- Yo también me iba, bajamos juntos.- se levantó Camilo.
- ¿Vos no te vas?- mira a Emi.
- No. Como trabajé toda la noche, tengo el día libre.
- ¿No viniste a dormir? - y la puerta se cerró, por lo que estaban a solas.
- No... Parece que te entretuviste tanto que no te diste cuenta de nada, sobrinita.
- ¡Basta!- le golpea el brazo avergonzada. - Peter se quedó a dormir, dormimos, no me enteré de si llegaste o no. Siempre que llegas estoy dormida.- avisa. Ella metió la mano en su bolso y sacó una bolsa, repleta de golosinas y tabletas de chocolate.
- Hay un helado en la heladera... Me parece que tenemos que charlar ¿No?- lo sacó de la heladera.
- ¿De qué? ¿Te pasó algo?
- Si...- empezó a caminar al cuarto.- Y a vos también. - entró al cuarto y dejó las cosas en la cama. Se sacó las botas y se sentó a lo indio, tanteó la cama.
- Yo no tengo nada que contar.- bosteza sentándose a su lado. Ella levantó las cejas, y le atravesó con sus ojos claros.- Fue lo mejor que me pasó en la vida, Emi.- se muerde el labio y la mira feliz.
- ¿Te sentiste bien? ¿Te cuidó?
- Si, si. Fue... no sé, fue perfecto. Me cuidó, fue re lindo. - sonríe.
- Ay, qué lindo, me encanta verte así de feliz... - le acarició el brazo y le alcanzó unos caramelos.
- Hablamos de muchas cosas... después, digo.
- Dale, contáme.- solicitó.


Salí de Piñeiro, fue un toque. Vamos a lo de Vico? De: Peter.
Paso, hoy me quedo con Em. Estamos charlando de cosas que pasaron :$ Para: Peter.
Ojo con lo que decís, eh! No des tanto detalle.Te amo.

El mensaje e llegó cuando estabas en plena charla con Emilia, ella le contaba que "Puede que haya encontrado alguien para besar abajo de la lluvia" Ese alguien era Camilo, está clarísimo. El jovencito de 29 años le había resultado sorprendentemente agradable desde que había vuelto de un viaje de 2 años. Al parecer, Camilo y Emilia habían arrancado en la productora a la misma vez, por lo que se conocían muchísimo. Al volver se habían encontrado muy unidos y las cosas se habían ido dando con mucha naturalidad.

- Quien hubiera pensado ¿No? Las Espósito enamoradas.- se rió Emi. 

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viernes, 25 de mayo de 2012

CAPITULO 29.



Subieron por el elevador y entraron en el apartamento, Emilia todavía no había llegado a pesar de ser más de las once y medio de la noche. Se ubicaron en el sillón, como solían hacer siempre, y engancharon una película en el cable.
Pedro cayó fulminado en el sillón apenas media hora después, y ella estaba bastante desinteresada, también por dormirse, apoyada en su pecho, cuando le vibró el celular arriba de la mesa y la sacó del ensueño.

- ¿Quién te escribe a ésta hora? - Peter te habló medio dormido, acostado a lo largo del sillón.
- Nada, Euge.- explica.
- ¿Qué quiere?- bostezó.
- Que vayamos al boliche...
- ¿Querés ir?- abrió los ojos y la miró.
- ¿Decís? ¿Vos querés?- frunce la nariz.
- Me da igual, si querés ir vamos. - y el celular volvió a sonar.
- Creo que ésto te va a hacer cambiar de opinión. - se ríe y le pasa el celular.
- A ver... Dice Rochi que está tu amigo Gastón acá. Si, por eso te dije que no tenía ganas de ir.- y la hizo reír.- Vos fijate, ese chico es un fiestero, va a un boliche todos los fines de semana. Se cree un pendejo y es tremendo viejo...- no pudo seguir hablando por su carcajada.- ¿Qué? - la miró ofendido.
- Me encanta cuando te ponés así, todo celosin.- deja el celular en la mesa y se acuesta a su lado.
- Vos hablás porque no fuiste al meet, porque si hubieras ido, no me estarías hablando de los celos que tendrías.
- ¿Ah, si? ¿Te toquetearon mucho las loquitas de tus fans?- se puso de frente a él.
- Y si...- lo mira con las cejas levantadas.- No, mentira. Había una que era medio loquita, pero las otras eran bien.
- ¿Y qué pasó con la loquita?
- Ésto pasó... - se desprendió un par de botones de la camisa y le mostró un rasguño en uno de los pectorales.
- Ay Peter, que bestia que es...- le toca el rasguño.- ¿Te desinfectaste eso? Andá a saber donde metió la mano esa chica... - tenía el entrecejo fruncido por la molestia.
- Na, no es nada.- minimizó el asunto, y la sinchó del brazo para que volviera a quedar acostada en su pecho. Se quedaron los dos en silencio. - ¿Por qué tenés esa cara? - la miró y se rió.
- ¿Qué cara? - lo mira.- Ah ¿Ésta cara? - se la señala.- Ésta cara, es cara de que me molesta que una tarada que no se sabe controlar te deje un arañazo en el pecho, Peter.
- Era más escueto decir que tenías celos ¿no?- se rió.
- ¡No son celos! ¡Me revienta que te lastime! Cuando alguno de los chicos te vea eso va a decir ¡Uy, mirá que bestia Lali lo que te hace! Y yo voy a tener que explicar que no fui yo, que fue una pelotuda. - si, eran celos.
- Si querés podes hacerme uno del otro lado, como para emparejar.
- No me parece gracioso tu chiste.- avisa, levantándose.
- No seas boba, éstas cosas pasan.- él se paró atrás de vos.
- Bueno, no sé.
- Lali...
- ¿Qué?
- Te quiero. Te quiero a vos, y a más nadie en éste mundo quiero igual a vos. - se gira mordiéndose el labio. No podía ser más tierno.

Besa sus labios, parada ahí mismo. Después de unos minutos lleva sus manos al primer botón de la camisa, blanca con rayas verdes.
La respiración de Peter se hizo más irregular, cerró los ojos como si la situación le gustara. Llega al cuarto botón y baja los ojos para ver como el abdomen de Peter subía y bajaba, rapidísimo. Desliza la camisa por sus hombros hasta que llegó al piso y lo volvió a besar, mientras él caminaba hacia atrás, en dirección al cuarto.

Y atravesaron la puerta mientras Pedro tl sacaba la musculosa, la apretó fuerte, por la cintura y contra su pecho. Y para cuando se apoyaron en la cama, uno sobre otro, no quedaba ningún tipo de prenda contra el cuerpo, y el roce entre ellos ya era éxtasis, mayor lo fue cuando se unieron y todo pareció concentrarse en un solo punto.

Las manos de él viajaban, acariciando el torso entre su cintura y el pecho; las de ella estaban posicionadas, una quieta en la cintura, otra se enredaba en el pelo de él y manejaba la cabeza, para llevarla de su boca a su cuello, en una serie inigualable y placentera.

Llegaron al clímax prácticamente juntos y se escurrieron a los lados. Recuperaron el aliento, se pusieron solo las prendas interiores, y después de trancar la puerta, se quedaron así, boca arriba.

- ¿En qué pensás?- la miró.
- En pavadas...- ella tenía los ojos en el techo y una mano sobre su estómago.
- Estás... ¿Decepcionada, quizás?- quiso sonar tranquilo, pero mucho no le salió.
- ¿Decepcionada? No, nada que ver.- frunce el ceño.- Solo pensaba en que valió la pena esperar.
- ¿Esperar, qué?
- Nada, pavadas.- alcanza la sábana, tapa a ambos y apoya la cabeza en un brazo de él, mientras con la mano recorría las líneas que dividían los músculos de su pecho. Se quedaron así, en silencio, como una hora.
- Lali...
- ¿Mm?- estaba de ojos cerrados, a punto de dormirse.
- ¿Vos eras virgen?
- ¿Por qué?- abre los ojos.
- ¿Eras? - se alejó unos centímetros con cara de miedo.- ¿Eso era por lo que valió la pena esperar?- ella se encarga de asentir.- ¿Vos estás loca? ¿Cómo no me vas a decir?- se quejó.
- ¿Iba a hacer alguna diferencia?
- ¡Si! Estás cosas no se hacen así nomás, se piensan, se controlan.- estaba ofuscadísimo.
- Dejáme dormir, Peter, tengo sueño.- le da la espalda.
- Perdón... ¿E-estás bien?- la sostuvo entre sus brazos.
- Si...
- ¿Segura? A lo mejor fui un poco bruto y te hice mal... Decímelo, no me mientas.
- Peter...- se gira para mirarlo.- Mírame ¿Te parece que tengo cara de estar mal?- le da una sonrisa.
- No, pero...
- Pero nada. Estoy bien, feliz, más enamorada y no hay ninguna decepción.- deja un beso en su boca.
- ¿Te sentiste bien?- acarició su brazo.
- Si... un poco perdida, no sabía que hacer, pero si. ¿Vos? ¿Cómo te sentiste?- le dió otra sonrisa.
- Bien. Cuando estábamos en el living estaba muy nervioso... Creo que más nervioso que en mi primera vez.
- ¿Por qué tan nervioso?
- No sé... Creo que porque fue diferente a otras ves, te quería hacer sentir bien, que no pensaras que era un trámite... y te quería cuidar, no quería fuera nada brusco.
- Ay, sos tan lindo...- se muerde el labio.
- Lali...
- ¿Qué?
- Creo que te amo...
- ¿Qué?
- No, creo no, te amo.
- ¿Qué?
- Que te amo...- la zarandeó, a ver si la hacia reaccionar. Se rió.
- Nunca me habían dicho una cosa así, Peter... ¿Qué... qué hago? ¿Te digo que yo también?
- ¿Lo sentís?
- No- No sé...
- Y bueno, cuando sepas que lo sentís, decímelo.
- ¿No te molesta?
- No, prefiero que me lo digas cuando lo sientas y no sin sentirlo.- se acomodó mejor y cerró los ojos.

Era caballero, dulce, tierno, sensible, bueno. Estaba cuando lo necesitaba, era delicado, inteligente, la tocaba con un solo dedo y era suficiente para hacerle erizar, le daba una sola sonrisa y el mundo podía caerse a pedazos que igualmente serías feliz. Era muy fachero y le daba la chance de tenerlo ahí, en el estado más inocente, al desnudo - y nunca más literal - confiando en que no le haría daño, dándole la confianza de que jamás la dañaría, entonces ¿Por qué no amarlo? ¿Eso que le hacía latir muy fuerte el corazón, era amor?

Tenías casi 18 años y lo mejor de la vida ¿Qué habías hecho para ser tan afortunada?

- Peter...- nada. - Peter...- lo muevee un poco.
- ¿Qué pasa?- abrió sus ojos despacio.- Mi amor ¿Qué te pasa, qué te duele?- se incorporó y sostuvo su cara de ojos húmedos entre sus manos.
- Que te amo, eso pasa.- él se calmó.
- ¿Qué?
- Te amo, Peter.- se muerde el labio.
- Yo también, mi amor.- sonrió y dejó un centenar de besos en su boca.- Yo también te amo.- sonrió feliz.

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miércoles, 23 de mayo de 2012

CAPITULO 28.




Llega a Casa Natura apenas pasadas las nueve. No tiene ningún tipo de problema con la entrada, y aunque podía ir a los camerines con su tarjeta V.I.P prefiere sentarse en uno de los asientos con el cartel de reservado, exactamente en la primer fila, pegado a la pasarela.
Come algunos dulces que había traído mientras esperaba a que empezara el desfile, era nueve y media y estaba retrasado.

Estás hermosa.- le vibró el celular y le apareció una sonrisa enorme cuando lee que era de Peter. Lo busca, moviendo sus ojos por entre las filas de sillas pero no lo ve.- Me encanta cuando sonreís así por mí, me hace sentir importante. No me vas a ver desde donde estás ¿Por qué no venís al V.I.P? :(

No sé donde es.- así de simple.

Caminá por la pasarela hasta donde termina, boba.- le respondió.

Me da verguenzaaaaaaaaa :$

Si no venís vos, te voy a buscar caminando por el medio de la pasarela con un reflector para que me vea todo el mundo, elegí 8) - bufa, pero luego se ríe y se levanta. Se sube a la pasarela y todos le prestaron atención, baja la vista al suelo y la atraviesa. Podía ir hacia la derecha o la izquierda, se movería hacia el primer lugar pero le hablaron desde el otro.

- Ey, acá.- la llamó en voz baja desde el otro lado.
- Hola...- le sonríe y él la sinchó por la mano para meterla en el pasillo blanco.
- Hola, te extrañé...- sonrió y dejó un beso en su boca, seguido de dos más.
- Yo también.- se muerde el labio.- ¿Cómo estás? ¿Estás nervioso?
- Ansioso, más bien. Nervios no tengo porque va a salir todo bien.- sonrió.
- ¿Cuánto falta para que empiece? Me re estoy aburriendo.- hace puchero.
- Empieza en diez minutos, siempre los retrasan... ¿Vamos?- le tomó de la mano y empezó a caminar.
- ¿A dónde?
-+ A los vastidores.- obvió.
- ¿Eh, qué? No, yo me quedó acá.- se frena de golpe.
- ¿Por qué? - se rió.
- No voy a ir a donde están todos. Ésto era un secreto, Peter.- recuerda.
- Ellos no van a decir nada... La mitad se encuentra en la misma situación que yo.
- ¿Y las modelos? Me van a mirar re mal las modelos, porque soy petisa...
- Dale, no seas boba. Ni siquiera te van a prestar atención, está lleno de gente.
- No, quedémonos acá, dale y te lleno de besos.- deja un beso en su boca.
- Dale Lali, no seas boba...- se rió y la elevó del suelo por la cintura, empezó a caminar.
- Pitt, te llama Pau... - salió un hombre, su rostro era la perfección personificada.- Ah, pensé que estabas solo. Hola, yo soy Fabio.- le sonrió. Simpático, el hombre.
- Ella es Lali, mi novia.- se rió Peter al ver como se quedaba callada.- Está un poco vergonzosa.- explicó, y los dos se rieron.- ¿Qué quería Pau?
- Creo que saber en donde estabas, nada más. ¿No van a entrar?- sonrió, tenía dentadura perfecta. Peter la miró y asiente, levantó una ceja pero empezaron a caminar hacia el pasillo. Fabio entró primero.
- ¿Disculpá? ¿Desde cuándo te convencen tan fácil?- consultó, frenándote en la puerta.
- Ay, es que me daba verguenza decile que no quería entrar, Pi.
- ¿No será que te gustó Fabi, no? - juntó las cejas con desconfianza.
- Ay, nada que ver...- insinua un que hambre.- ¿Ese chico va a estar en el meet?
- Para tu desgracia, no. Matías y Horacio se llaman los otros dos chicos que van a estar conmigo. - explicó.

Entraron en el vastidor. Habían, por lo menos, media centena de personas, algunos de bata, otros sentados frente a espejos y otros caminando. Peter se ubicó en un sillón color negro y la guió hasta sentarse en sus piernas. No podía dejar de mirar a ningún lado.

Nana, muy fuerte. Si vieras a los caños que estoy viendo yo, te caes de culo y no te levantás más. Para: Euge. Tecla mientras Peter era maquillado (y ella lo burlaba por eso). No le respondió, y por eso vuelve a guardar el celular.

- Pitt, yo mejor voy para allá. Ya está por empezar ¿No?- él asintió. - Bueno, suerte.- se da media vuelta para salir.
- Pará, pará.- se paró y el delineador le dejó una marca hasta la mitad de la mejilla.
- ¿Qué?
- Dame un beso para la suerte.- pidió. Le limpia el delineador con el pulgar y deja un beso largo en su boca.
- Mucha suerte.- se muerde el labio con una sonrisa y sale.
..........
Y está más que claro que no podía evitar deshacerse en suspiros cada vez que veía a Peter aparecer en la pasarela. Bueno, también tiraba algún suspiro cuando pasaba algún modelo lindo. Pero habían diferencias; los suspiros hacia el primero eran totalmente enamorados. Él pasaba, a veces la miraba y le sonreía, a veces miraba hacia el otro lado como para disimular.
Y no podía dejar de moderse el labio, porque cada una de las indumentarias que usaba le quedaba mejor que la otra. Y le prestaba suma atención, porque él le había pedido que le eligiera ropa a su gusto, para que el se la pudiera llevar a su hogar.

Y obvio, cuando pasaban las modelos femeninas les hacía un paneo completo, porque la ropa le encantaba y los zapatos la volvían loca, y si no hubiera tenido cordura les hubiera arrancado todo de las manos.

- ¿Fan de Peter Lanzani?- un hombre se sentó a su lado y la miró.
- Eh... ¿Cómo sabe? - y si, no le iba a decir que era la novia a un desconocido. Miraba la pasarela, pero hablaba con el desconocido sin mirarlo.
- Digo, porque se te nota en la cara que te babeas por ese chico.
- Es que es muy lindo.- y se siente tan orgullosa. Lo mira y se queda callada. El hombre era el calco perfecto de Peter, exactamente igual, aunque de ojos marrones. Su boca hizo movimientos raros mientras intentaba decifrar que era lo que estaba pasando.
- Si, soy el padre de Pitt.- sonrió.- Si querés puedo conseguirte que entres a conocerlo, tengo una entrada a camerín y te la puedo vender.
- Gracias, pero ya tengo la mía.- le muestra el pase, él la miró sumamente interesado. A ella le empezaba a caer mal, no olvidaba como se había puesto Peter por ese hombre los días anteriores.
- ¿Y si te llevo directo con él? Te podés sacar una foto, un autógrafo...- sonrió.
- No, gracias señor. Miré, sé quien es ¿Okay? ¿Se piensa que no lo vi en televisión intentando ensuciar la imágen de Peter una y otra vez?
- ¿Y vos qué sabés de eso?
- No sé. Lo único que sé es que cada vez que escuchaba su nombre en la tele o veía su cara, cambiaba de canal porque no me caía nada bien verlo. ¿Y ahora que está intentando hacer? ¿Ganar plata de ésto?
- Vos sabés que su madre y yo nos separamos ¿No? Figura en su biografía, si sos una buena fan lo debes de saber.- lo mira.- Lo que nadie sabe es por qué, y yo te lo voy a decir.
- No me interesa.
- ¿Segura? ¿Y si te digo que Peter es muy infantil, y que cuando me divorcié de su madre me despidió como su representante y me dejó en la calle?- ella lo mira muda.
- Ricardo Piñeiro es el representante de Peter, no usted.
- Lo supuse. Como fan de Peter lo vas a defender a él. Pero así del lindos como los ves, pueden ser muy malas personas ocultas detrás de una imágen fotográfica.
- Bueno, ¡Me cansó! No me interesa lo que tenga que decir de Peter, todo el mundo sabe que lo único que intenta es ensuciar su imágen una y otra vez ¿Por qué no se consigue un trabajo y lo deja en paz? - se levantó furiosa y se fue, para entrar en uno de los baños.

Dónde estás? - era un mensaje de Peter, quince minutos después. No quiso salir para no enojarse más, había visto sus pasadas desde la puerta del baño, y percibía su cara de desconcierto. Ahora el desfile había terminado, y todavía se sentía un poco amargada por la situación.

Estoy en los vastidores, te espero acá a que termine el meet & greet. le responde, dirigiéndose a los vastidores. Se ubica en el mismo sillón que había estado con él antes, ya no había tanta gente. A los cinco minutos lo ve llegar.

- ¿Ya terminó?
- Si, fue un toque.- atrás de él venían otros dos.- Ellos son Mati Paz y Horacio.- los señaló. Cual de los dos más caño.- Ella es mi novia, Lali.
- Mucho gusto.- sonrió uno, los dos dejaron un beso en su mejilla.
- ¿Vamos, La?- invitó, pero ella estaba mirando hacia otro lado.- ¿Qué te pasa? ¿Por qué te estás mordiendo las uñas? Ya terminó el desfile, no estés tan nerviosa. ¿Por qué desapareciste del desfile? ¿Y por qué no viniste al meet conmigo?- reprochó.
- Vi a un hombre, en el desfile.- explica.- Era... era idéntico a vos, Peter. Igual. Pero tenía ojos oscuros. Creo que era tu papá.- a él se le transformó la cara.
- Eh... podés elegirte ropa y zapatos de los del desfile ¿Por qué no los vas a buscar? Están por el otro pasillo en la primer puerta. No hay nadie, así que no te preocupes.- en otras palabras, la echó del lugar. No dijo nada y fue hacia donde le había enviado.

Tres pares de zapatos, un tapado, dos pantalones y cinco remeras más tarde (todo apretado en tres bolsas) decidió que era mejor no ser tan abusiva y se dirigió otra vez hacia donde estaba. Se para en la puerta justo a tiempo para escuchar como Peter decía una zarta de insultos en el teléfono, uno atrás del otro. Le dio miedo.
Él la vio parada, asustada, por el reflejo de uno de los cuantos espejos que allí habían. Escuchaste ¿No? Más te vale que te quede claro, así dio por terminada la conversación.

- ¿Qué pasa? - se notaba el nerviosismo en su tono de voz. Algo le decía que había metido la pata.
- Vamos a casa, Lali. No quiero estar más acá.- su cara evidenciaba cansancio.
- B-bueno... - agarra la cartera, que había quedado en el sillón y salen. En el salón ya no quedaba tanta gente, lo atravesaron y salieron por una puerta diferente a por la que ella había entrado. Allí había un estacionamiento, y el auto de Pitt era de los últimos que quedaban.

Los diez primeros minutos de los quince que constituían el viaje transitaron en total silencio. Él miraba por el parabrisa furiosos, y ella alternaba su mirada entre la ventanilla y su cara desencajada.

- Bueno, basta. ¿No me vas a decir nada?
- ¿Qué querés que te diga? - la miró.
- No sé, Peter. Me cansa no saber. ¿Metí la pata? Si hubiera sabido que te ibas a poner así no te hubiera dicho nada.- avisa.
- No, está bien que me hayas dicho. Es que... Lali, es muy complicado. No te quiero meter en todo éste lío de mierda. - ella suspira.- Mi viejo, me arruinó la vida ¿Entendés? Nunca se interesó lo suficiente por mí, y mucho menos después de que se divorció de mi madre y nos mudamos. Pero en cuanto me hice conocido, mágicamente apareció devuelta, interesadísimo en mí. Por supuesto que me di cuenta de las intenciones y lo mandé a la mierda. Estuvo chantajeando a Ricardo por un mes, para que lo acepte como fotógrafo en la empresa, jodió tanto que Ricky le puso una órden de alejamiento, que salió hace pocos días. Y hace pocos días volvió a aparecer, diciendo que quería un pase para el desfile para poder sacar fotos y conseguir un laburo por algún otro lugar o iba a salir armando escándalo por algunos medios. Y yo no voy a dejar que me chantajeé, a mí ni a nadie ¿Si? No me interesa, que diga lo que se le cante la bola, pero a mí no me va a manipular así. Y salió, salió a los medios como viste, a inventar cualquier gilada sobre porque dejamos de vernos. Me pareció rarísimo que estuviera solo dos días jodiendo en la televisión, pensé que había sido porque ningún programa le había dado bola, pero no. Ahora me vengo a enterar de que Ricardo, en contra de mi decisión, le dio una entrada para el desfile, sin mi permiso.
- ¿Por qué te afecta tanto que entre al desfile?
- ¡No es que entere al desfile! Es que se piense que va a conseguir las cosas que quiere. No me dio bola por 15 años ¿Por qué mierda me viene a joder ahora?- estaba totalmente sacado. Ella se quedó en silencio, le asustaba mucho verlo así, cuando era una persona tan tranquila. Respiró hondo.- Perdón, no te quería gritar. Es que éste tipo me saca.- explicó.
- ¿Qué hiciste mientras me mandaste a buscar la ropa?
- Llamé a Ricardo y le dije que renunciaba. Y llamé a mi padre y le dije que no se le ocurra aparecer nunca más cerca de vos porque lo mataba.
- ¿Cómo que renunciar? ¿Vos estás loco Peter, cómo vas a renunciar? - a ella también empezaba a alterarle.
- Mi agente tiene que velar por mi bienestar ¿Okay? Y a mí tener a ese tipo cerca de mí, de vos, o de cualquiera de mis amigos, me hace mucho mal. Si no lo puede entender, entonces que me saque de sus filas.
- Pero está clarísima la intención de lo que hizo, Peter. Él estaba intentando hacer que tu padre dejara de decir todas esas cosas feas que estaba diciendo de vos, nada más.
- Quiero que me digas que fue lo que te dijo mi padre.- parecía no escucharla-
- Primero me ofreció un pase para conocerte, creyó que era una fanática tuya. Como le dije que ya tenía, me dijo que podía hacer que te conociera directamente, que me sacara fotos con vos y consiguiera tu firma.- anunció.
- ¿No ves que es un enfermo? Lo único que quiere es usarme de negocio. ¿Qué más te dijo?- y lo mira dudosa.
- Nada más... Me quiso decir cosas feas de vos, pero me levanté y me fui. Por eso no estuve en los últimos minutos, porque me sentí muy impotente de no poder defenderte, Pitt. - explica, él volvió a respirar hondo. Ella también lo hizo, en parte no le estaba contando todo.
- Perdón, ni te pregunté si te hizo algo o... ¿Cómo estás?
- Estoy bien, pero no entiendo nada, me estoy asustando, Pitt. - explica. Él ya estaba llegando a la puerta del departamento, pero bajó por la rampa para entrar en el estacionamiento.- ¿Te vas a quedar a dormir?
- ¿Puedo?
- Si, obvio.
- Estoy muerto de bronca, te juro.- estacionó y apagó el auto. Bajó del auto y cuando pasó por detrás de él, ella lo esperaba, y se aferró a su boca. Él se sorprendió por la reacción, aunque continuó el beso, con menor efusividad que la suya. Deja un beso en su mejilla y lo abraza.
- Va a estar todo bien ¿Si? Quedáte tranquilo. - le sonríe y él la vuelve a abrazar.
- Ya sé, porque estás acá. 
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