viernes, 28 de diciembre de 2012

CAPITULO 75.



Y Mariana comparte un buen ratito en la mesa con esa parte de su familia que tanto le gusta. Cuando termina ya son las doce, porque claro que hubo una sobremesa. Se ofrece a lavar los platos pero Luz no la deja – como siempre – le dice que vaya a descansar que al otro día tiene colegio, que ella se encargaría de despertarla con el desayuno. 
Se despide de su hermano y le arranca al chiquito de las manos. Quiere llevarlo y tener su cuerpito caliente al lado del suyo. Sube las escaleras, se cepilla los dientes con Angelo apoyado en su cintura, queriendo agarrar el cepillo rosa. Se fija si tiene el pañal limpio y después de cambiarlo, lo mete en la cama junto a ella. Le canta una canción y se queda dormido enseguida. 
I see the moon of 25 bedtime songs, 
I see the moon, the moon sees me.
Under the shade of the old oak tree, 
Please let the light that shines on me, 
Shine on the one I love.
Over the mountains, 
Over the sea, 
Back where my heart is longing to be, 
Please let the light that shines on me, 
Shine on the one I love.

- ¿Hola?
-
Perdón, perdón, ya sé que estabas durmiendo.
- ¿Qué pasa mi amor? 
-
Mamá me mandó un video en el que vos le estás cantando a Angelo, te tenía que llamar.
- Ah... No me di cuenta. Igual fue hace un rato, perdoná que me olvidé de llamarte, me dormí.
-
Mi amor, te juro que te amo.- confiesa.
-
Yo también... ¿Qué te pasa, Peter? - se ríe despacito.
-
Quiero que seas la mamá de mis hijos. Por favor decime que sí. 
- … Esas cosas se ven en el futuro, Peter.
-
Vas a ser la mamá más dulce del universo, te lo juro. Quedás hermosa como madre, ya sé que te lo dije pero te lo quiero decir otra vez. Y también que no quiero perderme por nada de cuando seas madre, y la única forma de que no me lo pierda es que tengamos los mismos hijos. 
- Ay, mi amor, gracias... - se ríe por la voz de su novio. Derrocha ternura.
-
Te amo tanto, Lali. Cada día me demostrás un poquito más que sos perfecta. Te siento perfecta, aunque me digas que no lo sos... Y cuando volvamos, quiero que Angelo se quede a dormir en casa más días, y que durmamos los tres juntos, por favor, decí que sí... 
- Obvio. Igual la cama va a quedar un toque chica para los tres, me parece. 
-
No sé, yo veo como lo arreglo. Te dejo dormir mi amor, que mañana tenes que amanecer temprano. Yo estoy en el aeropuerto apunto de embarcar.
- Dale. Hablamos mañana.
-
Te amo mucho, La...
- Yo también, gordo.- él corta y por eso ella vuelve a cerrar los ojos.
Los abre y mira la hora. 6.43 de la mañana. Deja a Angelo durmiendo solo en la cama y aprovecha que se despertó antes, para darse una ducha. Sale del baño ya vestida y ve a Luz parada con una bandeja en la mano, y mirando a Angelo con una cara de amor profundo que perfectamente hace recordar a Peter. 

-
Buen día...- le sonríe.
-
Hola, te despertaste antes...
-
Si, aproveché a darme una ducha así me levanto con más pila.- confiesa.
-
¿Y, cómo la pasó el gordo?- lo mira, dormido despatarrado en la cama de una plaza y media.
-
La verdad, espectacular. Se despertó una sola vez de noche, pero no lloró ni nada y se durmió enseguida. Se porta hermoso.- se muerde el labio.
-
Peter te llamó ayer ¿No?- y se ríe.
-
Sí... no me acuerdo mucho porque estaba medio dormida ya, pero me dijo algo como que le prometiera que iba a tener hijos con él...- pone cara de no entender nada, Luz se quiere reír a pata suelta pero no quiere despertar al bebé.
-
Es que  le mandé un video que te hice cuando le estabas cantando a Angelo. Cantás muy lindo.- le sonríe.
-
Bueno, gracias.- sonríe. 
-
Bajemos mejor, así no se despierta.- la invita. Van a la cocina, Mariana desgusta las galletitas de avena – que le encantan – con el café con leche. Saca el auto, saluda a Luz, y se va al colegio. 
….
Por otra parte, los días de Peter, pueden llegar a ser incluso más rutinarios que los de Mariana. Cuando se despierta, está en el avión. Y aunque el viaje es de apenas tres horas y pico, él se duerme porque pasó gran parte de la noche mirando el video de Mariana cantándole al bebé. También se la pasa soñando despierto, imaginando a un pequeño o pequeña de los dos al que Lali le pueda cantar así.
Lo sabe, sabe que son apenas dos adolescentes pasando a la adultez. Pero él quiere ese chiquito, llegue ya. Quiere ver a su novia con un niño todos los días. Y claro, si lo piensa se da cuenta de que tiene que ser paciente y esperar. Aunque la ama con toda su alma, con Mariana está hace 4 meses,  ya está  casi en el quinto. Todavía el quedaban etapas de la relación para superar antes de los hijos. Como la convivencia, el casamiento, las peleas... sabe que no quiere pelear, pero asume que vendrán peleas. Porque no siempre piensan igual.
Se entretiene tanto pensando en todo lo que sucederá en su vida si tiene a Lali al lado, que no se da cuenta de que ya aterrizó en Moscú. Su cuerpo se guía solo dentro del aeropuerto y se queda en una silla.

-
¿Te vas a quedar ahí sentado?- y Manuela lo mira de brazos cruzados, aunque con una sonrisa.
-
Me distraje.- mueve la cabeza y se para.
-
Ahora tenemos que esperar un poquito.- lo hace volver a acomodarse en el asiento, y se acomoda a su lado.- ¿En qué te distrajiste? Últimamente andas bastante distraído, vos.
-
Nada, cosas... 
-
Ah, bue, no me querés contar, veo.
-
No es que no te quiero contar. Es que... no sé. A veces me siento como un boludo importante imaginándome la vida con Lali.
-
¿Lali?- y Manuela sonríe. La morochita novia del modelo le cayó muy bien, y hasta puede decir que la quiere.- ¿La extrañas?
-
Mucho.- asiente.- Pero no es por eso... Es que, no sé si sabías pero Lali tiene un sobrino, Angelo, de nueve meses. Ayer Lali durmió con él en casa, y mamá me mandó un video en el que ella le está cantando una nana.
-
¿Y...?
-
Yo que sé, me puse imaginarme a Lali con hijos, y eso. Obvio que con hijos míos.
-
¡Sos un tierno!- le pega despacito en el brazo.- Pero les falta para los hijos, no están pensando en tener ahora ¿No?
-
A mí me encantaría tener uno ahora, ya.- confiesa.- Pero sí sé que tengo que esperar... Lali quiere tener una carrera y todo eso antes de un hijo. Además estamos hace cuatro meses... Pero no sé, te juro que me muero de ganas de verla a Lali con una pancita. - y sonríe compradoramente pensándola.
-
Los hijos llegan cuando tienen que llegar, Peter. Si me dejás darte mi opinión, creo que no es el momento porque ustedes son re chicos. Miráme a mí, tengo 26 años y todavía no me siento preparada para un hijo. Es un cambio muy grande. 
-
Pero pensálo así. ¿Qué se necesita para tener un hijo? Amor, y plata. Yo trabajo, Lali también... Y nos amamos. 
-
¿Y los estudios? Lali estudia a la mañana y trabaja todo el día. ¿En qué parte de su vida va a poder meter un niño ahora? No creo que quiera. Sobre todo para una mujer, un hijo es algo muy groso y a lo que se le tiene que dedicar mucho tiempo. Les quedan etapas Pitt, no las quemen.- le palmea la espalda.- ¿Por qué no aprovechás a ese sobrinito hasta que les llegue el momento a ustedes?
-
Si, ¿No? 
-
¿Quieren que les traiga un cafecito, un whisky? - aparece Maxi.- ¡Vamos, loco!
-
Bueno, nene. Estábamos teniendo una charla de amor.- le pasa un brazo por la espalda a Pedro y caminan. 
-
No me digas nada. Le estabas diciendo a Peter de lo muchísimo que me amás y como estás esperando a que te proponga matrimonio ¿No?- apuesta Maxi.
-
Si, claro. Ya te dije que no me pienso casar jamás en la vida. No creo en el matrimonio, es un papel nada más. Estábamos habando de Pitt que ya quiere tener hijos con Lali.
-
¿¡Hijos?!- abre los ojos enorme.- ¿¡Vos estás loco?! ¿Sabés lo que es un hijo? Es levantarte de madrugada y bancártelo llorando, es mancharte con puré de zapallo, cambiar pañales llenos de... eew, no me hagas pensarlo que me erizo todo.- se queja. 
-
¡Qué malo! Es lo más lindo del mundo tener un bebé, todo tierno.
-
¿¡Todo tierno!? ¿¡Y cuándo crece?! Porque no son bebés para siempre, te recuerdo. Después tenés que bancarle todos los caprichos, caídas y llantos hasta que se calman a los 10 años. Y eso no es nada ¿¡Cuándo son adolescentes?! ¡NO! Yo ahí me mato, yo a mis hijos cuando cumplan los 13 los doy en adopción. Son insoportables los adolescentes, loco.
-
Bueno, bueno. Técnicamente yo sigo en la adolescencia.- le recuerda.
-
Bueno, si salen como vos que traen plata a casa desde los 14, lo pienso. 
-
Sos tan insensible.- se queja.
-
Pero vos me querés así.- le recuerda y se besan. Peter los mira, y mira su celular para ver la foto de Mariana. 
Recién llegado a Rusia, extrañando mucho a @laliespos :'(“ twittea y espera a que ella responda, pero no lo hace. Averigua la diferencia horaria y entiende que, mientras en Rusia son las once de la mañana – porque atrasa siete horas en relación a Japón – allá son las cinco de la mañana. 
Llega al hotel, acomoda sus cosas y enseguida parte al shooting. En Rusia pasará solo tres días, haciendo dos campañas por lo que – piensa – estará bastante ocupado. 
Vuelve a llegar al hotel y son las 19.00 horas en Rusia. Saca la cuenta y calcula que en su Argentina natal, son recién la una de la tarde, y su novia estará en el colegio. Entra a darse una ducha solo para refrescarse un poco, y acompaña a Manuela y Maximiliano en la pileta del hotel, por dos horas. Después se va al gimnasio. Es que en los trece días que viene viajando, ninguno faltó hacer por lo menos una horita de ejercicio. Quiere mantenerse en buena forma, porque siente que tiene un par de kilos de más. No le interesa, pero su cuerpo es su trabajo. 
Son las 23 en Rusia y Manuela le pide a Peter que deje el gimnasio para comer y acostarse a dormir. Al otro día amaneceran temprano. Pero claro, la diferencia horaria entre los distintos países a Pitt le viene haciendo mucho peso y prácticamente no duerme. Cuando se acostumbró al horario de un lugar, ya se tiene que mover a otro.
Vuelve a calcular la hora y en Argentina son las 17. Decide que esperará al receso que tiene su morocha entre baile y canto para llamarla. Quiere escucharle la voz un poquito porque lo necesita, como si fuera el pan de cada día. 
Son la una y media y él se siente cansado pero quiere llamarla. Marca el número, pero no contesta. Lo marca otra vez, y nada. A la tercera, es de ella de quien llega una llamada.

-
¡Mi amor! ¿Cómo estás? - se le nota el buen humor. Mariana es la mina más feliz del mundo siempre y cuando pueda bailar.
-
Cansado y extrañando ¿Vos?
- Bien de bien... Ché, te tengo que contar una cosita.
-
¿Qué pasó?
- Nada malo, antes de que te asustes... Bah, no sé si es malo, pero necesito tu ayuda. 
-
¿Para?
- Se lesionó Judith Kovalovsky. 
-
¿Y esa quien es?
-
La soñadora de Nicolás Riera... te estoy hablando de Show Match. 
-
Ah ¿Y? 
- Y me dijeron si puedo... estem, remplazarla, digamos.
-
¿Remplazarla como? 
- Claro, lo que tiene Judith es como para un mes entonces le tienen que poner una bailarina a Tacho  para seguir en el certamen. Y me dijeron a mí si podía entrar como soñadora.
-
¿A vos?
- Si.
-
¿Por cuanto?
-
Un mes.
-
Es demasiado tiempo.
-
Son cuatro ritmos, nada más. Además, te podría decir que voy a tener más tiempo libre. Porque no tengo que grabar los demos, o sea, me dedico exclusivamente a ensayar para el certamen. Me dijeron que no tendría que ensayar más de 5 horas al día a menos que lo necesite. Yo trabajando de asistente nunca estoy menos de 7 horas. 
-
No sé Lali, es que es mucha exposición, me parece.
- Ya sé. Tengo hasta que termine hasta el sábado de mediodía para avisarle y ya la otra semana empezaría a ensayar con Nico. 
- Odio a ese pibe.- ella ríe.- No es gracioso. 
- Por otro lado, sé que capaz me van a hacer preguntas sobre vos. Por eso quería charlarlo.
-
No sé si quiero que lo hagas.
- Quiero que lo pienses. En un punto sería muy importante para mí en lo profesional, y quiero que me apoyes. 
-
Está complicado, La.
-
Pensálo ¿Si? Yo quiero saber tu decisión antes de tomar la mía. ¿Me podés decir mañana?
-
Sí, mañana te llamo y te digo. 
-
¿Cómo la estás pasando en Rusia?
- Bien... Estuve bastante libre hoy, trabajé de doce a siete nada más.
- Ah, bien entonces. ¿Qué hora es allá?
-
Una y media de la mañana.
-
Es tarde amor ¿Por qué no estás durmiendo?
-
Te quería llamar a vos.
- Ay, sos hermoso, gordo. Te extraño mucho ¿Sabés? Ahora solo faltan cuatro días.
-
Yo también los estoy contando. 
-
Te dejo, tengo que comer algo antes de grabar los demos. Te amo mucho.
-
Yo también, mi amor. Un beso.- y corta. 
Pero claro, ahora no puede dejar de maquinar. Se pone a pensar en que no soportaría ver a Mariana en frente de las cámaras, y encima medio desnuda, con coreografía pornográfica. En Show Match todo es así, sexo bailado, como le había dicho Rocío. 
Pero por otro lado, sabe que es importante para ella. Que lo que más ama Lali en la vida es bailar y un mes frente a las cámaras le podría traer muchas oportunidades en la vida, en una carrera con la que ella ni siquiera se atreve a soñar. 
Se pone boca abajo y suspira. Mañana tiene una decisión que darle a su amor, que puede cambiarle la vida a los dos. Cierra los ojos, y prefiere dormir. 

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martes, 25 de diciembre de 2012

CAPITULO 74.



Y los días se siguen pasando igual de rápido: Mariana está a mil por hora. Por las mañanas asiste al colegio, se va directo a su trabajo – en el auto de Peter, que Luz le ofreció.- Llega y come algo rapidito en la cafetería, mientras hojea sus cuadernos de clase y anota en la agenda lo que tiene que hacer. Se tiene que organizar para que rinda el tiempo. 
Se choca la palma con Diego, cuando este llega comiendo un sándwich. El morocho vive del jamón y queso. Charlan sobre trivialidades, como por ejemplo el tiempo que le queda de licencia. El explica que le alargaron una semana porque el titular todavía no se recupera y Mariana se sorprende. Ella, con tres fracturas, una fisura y un derrame, se re integra al mes. Gastón, con un esguince, ya lleva 6 semanas. Vaya uno a saber, no le importa. Ella es feliz bailando, con quien sea. 
Casi a las siete terminan sus ensayos de baile y juega una carrera a las duchas con Diego. Se baña rapidito – en veinte minutos – y aprovecha los diez que le quedan para merendar en el bar. Una chocolatada con medialunas. Diego se pide tostado y café con leche. Cuando están terminando de merendar los llaman para que vayan a hacer los demos. Los terminan a las nueve y cuarto y por eso Lali se sube al auto para ir a casa.
Llega y enseguida pone música. Es que está sola en la casa y no se quiere poner bajón. Gimena todavía está en el hospital, con un tratamiento psicológico, Emilia trabajando hasta tarde, seguramente dormiría en lo de Camilo. Es que últimamente, esa pareja estaba como uña y mugre. 
Hace las tareas para el día siguiente en el colegio. Se deja la mochila pronta, el bolso de los ensayos también pronto, y la ropa que usara al levantarse la mañana siguiente también. Está por pensar en acostarse a dormir sin comer, aunque recién son las once, cuando le llega el mensaje. Cristóbal y Angelo están acá conmigo Agrego un plato más y te venís a comer mollejas? Y si tenés ganas te quedas, así no estoy sola. Y claro, ¿Cómo negarse al pedido de una casi madre como lo era Luz? Mete la mochila y el bolso en el auto mientras responde afirmativamente, y vuelve a frenarlo cuando ya está en la puerta de la casa Lanzani. 

-
¡Buenas, buenas!- entra de buen humor. Es que realmente, detesta estar sola. - Traje helado.- confiesa mostrando la bolsita.
-
¿Helado en Julio? - se ríe Luz que está poniendo los platos en la mesa. 
-
No hay época para el helado.- se entromete en la cocina y lo guarda en el freezer. 
-
Ché ¿Te llamó Peter, hoy? - quiere saber la madre. Mientras, Lali toma al mini Cristóbal en brazos. 
-
No ¿A vos?
-
Tampoco, lo voy a buscar a ver si está conectado.- Y prende la compu sentada en la mesita del living. Según Cris, para la comida falta un poquito. 
-
¡Hijo! ¿Cómo estás? - le sonríe a la pantalla. 
- Ma... Todo bien, cansado ¿Vos?
- Bien, acá, acompañada...- y Cristóbal saluda desde atrás cuando pasa.- ¿Cómo te fue hoy, qué hiciste?
- Tuve...- y se queda en silencio. Se está restregando la cara.- Nada, terminé la sesión en Tokio, el lío que se arma con la gente es impresionante. - porque ya está en Japón, aunque estaba por partir a Rusia. Se había enojado cuando Ricardo le había avisado que, desde Francia, no volvería a Argentina, sino que se quedaría todo el día allí hasta viajar. 
-
¿A qué hora viajás para Moscú? 
-
Como a las dos de la tarde...- bosteza.-  En tres horas, nomás.- mira su reloj. Es que entre Japón y Argentina, la diferencia es de doce horas. - Un embole tengo, que me estoy muriendo. 
-
¿Y por qué no estás tomando sol?
-
Es que está re fuerte, me dio dolor de cabeza y baje.
- No te insoles.
-
No, mamá. Encima ¡Cada imágen fea agarré! Posta que no es mentira eso de que acá comen cualquier bicho. Había una tiendita que tenía como un espeto corrido, todo de gusanos, cucarachas, caracoles... Maxi me dijo de ir, pero ni loco. 
-
¿Querés que te muestra una imágen linda, linda? - le sonríe su mamá.
- A ver, dale... - ella gira la computadora y le muestra como Lali, sentada en la mesa del comedor, juega con Angelo. Le hace cosquillas, lo llena de besos y se ríe. Ella ni se percata de que hacen los demás, no sabe que su amor está en la pantalla, porque con ese chiquito se le desdibuja el mundo. 
-
Ná, me muero, más tierna es...- y se muerde el labio.- ¿Qué hace Lali ahí?
- Nada, vino a comer y se queda a dormir, como ella está sola en la casa y yo también... 
-
Llamála.- pide.
-
Lali ¿Querés hablar con Peter? - y ella recién mira. Cruza el living y se sienta en el sillón.
-
¡Hola!- lo saluda.
-
¿Cómo estás, mi amor? - y la mira. La extraña con locura.
-
Bien ¿Vos? ¡Estás quemadito, eh! Qué guacho.- lo rezonga. Luz le saca a Angelo de los brazos para llevarlo a la cocina, y solo la morocha queda frente a la cámara.
-
Y vos estás hermosa.- confiesa.- ¿Qué es eso que estás usando?- y frunce los ojos.
-
Ah, mi nuevo pijama ¿Te gusta? - y se estira a lo largo del sillón para mostrarle que lo que tiene puesto es, nada más y nada menos, que su boxer y camiseta. Él ríe. 
-
Te queda muuuuuuy bien. Demasiado. Esperáme así,  que  en 5 días te lo saco con la boca.
- ¡¡Peter!! - se averguenza.- Sh...- mira para los costados y ve que Luz ni está escuchando. Pero cuando gira, Cristóbal está estirando la piel debajo de su ojo frente a la pantalla. 
-
Ay, te extraño mucho.- confiesa.
-
¡Ya pasaron 15 días! ¿Viste que se pasó re – rápido?
-
Bastante... Igual, quiero llegar ya.- confiesa.- Tampoco me banco el ritmo de entrevista tras entrevista, foto tras foto, evento tras evento, me está matando.
- Uh, que vida difícil...
-
Hablando de vidas difíciles...- y Cristóbal aparece en pantalla.- ¿Por qué no le contás de tu problema, Lali? - la acusa.
-
Sh, calláte.- le golpe el brazo.
-
¿Qué problema? - quiere saber el novio.
-
Nada.- niega ella.
-
No, no es nada...- y Cristóbal se pone bien de frente.- Lali tuvo una epistaxis anterior, le mandé dos días de reposo porque no puede hacer movimientos, y no se los tomó. 
-
¿Eh? - él no entiende nada.
-
¡Es una pavada! - ella reta a su hermano. Es que no lo quiere preocupar. 
-
Lali...
-
Epistaxis anterior Peter, es cuando sale sangre de la nariz, pero es un 90 % o sea, no es de la común porque sangró más de 5 minutos.
-
¿¡Más de 5 minutos?! - se queja.
-
Si. Igual es por una Rinitis alérgica... medio idiopática, pero... - se encoge de hombros.
-
Ah ¿Pero está bien?
- Si. Ahora está con un descongestionante nasal, pero va a estar bien. El tema es que no se quiso tomar los dos días que le mandé. 
-
¡Pero no me pasó nada! Fue un sangrado de la nariz, nada más.- se queja.
-
¿Cuándo fue que pasó eso?
- Y... yo estaba en casa, así que fue... el domingo.- y están a un jueves.
- ¿Y porqué me entero cuatro días tarde? - y pone cara seria.
-
Mejor me voy ¿No?
-
¡Claro, armá el lío y andáte, nomás!- lo rezonga. Y cuando vuelve a mirar la pantalla, aparece desconectada. No tiene tiempo de preocuparse que le está sonando el celular.
-
¿Otra vez ocultándome cosas, Lali?
- Ay, era una pavada, Pitt.
- Me dijiste que me ibas a contar si pasaba algo ¿O no?
- Si pasaba algo grave, Pi. Ésto fue una pavada.
-
Si, más de cinco minutos sangrando. Flor de pavada, eh...- se le siente la voz enojada.
-
Ay, me debo de haber dado un golpe sin darme cuenta, yo que sé. Cuando bailo no me doy cuenta de lo que hago.
- ¿Y por qué no te tomaste los días que te mandó Cristóbal?
- Porque me los mandó de exagerado, nomás. Fui los dos días y no pasó nada más allá del lunes.
-
¿Más allá del lunes?
- Si, sangre pero fueron dos gotitas nada más, posta.
-
Lali ¿Hasta cuando le vas a exigir tanto a tu cuerpo?
- Le exigo lo que puedo exigirle. Tampoco es que me estoy muriendo Peter, fue una pavada, de verdad.
-
Me hacés sentir mal.
- ¿Por qué te pensás que no te lo dije?
-
No porque no me lo digas. Es que, Lali, yo no te pido que me cuentes las cosas que pasan allá por un capricho. Te pido que me cuentes, porque quiero sentirme parte, no quiero por 20 días no saber nada de lo que te pasa. Y ésto es importante, podrá ser una pavada, una cosa chiquita pero a mí me resulta importante saber. 
- ¿Querés que te diga lo que me pasa?
-
Si, todo.
-
Me pasa que te extraño muchísimo, demasiado, y mi cuerpo reacciona a eso. Nada más.
- Ah, qué ¿Me estás diciendo que es mi culpa?
- No, te estoy diciendo que te amo con el alma y que no puedo esperar a que sea martes para tenerte acá otra vez.
-
Ah, mirá vos...
-
Dale, Peter, aflojá. ¿Vos no me extrañás?
-
Un montón.
- ¿Entonces? Dale bobo, no es nada grave. Tengo algo para contarte.
-
¿Alguna otra mala noticia?
- Depende desde donde lo mires. Hoy voy a dormir con otro hombre.
- ¿Disculpá? - y el tono de voz es totalmente frío.- ¿Depende de donde lo mire, me estás cargando?
- Si, depende de donde lo mires. Porque el hombre con el que voy a dormir todavía no tiene 1 año de edad y en este momento está comiendo puré de zapallo.- y él se ríe suavecito.
-
¿Vas a dormir con Angelo?
- Si, le dije a Cris que me lo deje. Total, mañana temprano ya se lo tenía que traer devuelta a tu madre. Aparte, no sé. Es re tierno, es el más lindo.
-
¿Más lindo que yo?
- Lamento informarte que sí. Igual no te preocupes eh, tenés el segundo puesto, cabeza a cabeza... Aunque también podrían compartirlo. 
-
Por el único hombre por el que no me enojaría ser el segundo en tu vida, sería por Angelo. Así que no te avives y pongas a otro después. 
- Obvio que no, gordo. Ay, te extraño. 
-
¿Y yo? Me estoy volviendo loco.
- Todavía te tengo que preparar algo lindo para cuando llegues. Me había olvidado.
-
Con que me esperes vos, alcanza.
- Ay, que lindo.
-
¿Me vas a esperar al aero?
-
No sé... ¿a qué hora llegás?
-
Como a las 10... Ah, claro, no podés. Estás trabajando todavía a esa hora.
-
¿Por qué ese horario de mierda, desde cuando llegas de noche?
- Yo que sé, preguntále a la aerolínea que inventó el vuelo a esa hora. 
-
Bueno, te dejo que me apuran para ir a comer. 
- Dale, andá. ¿Me llamás cuando te acuestes? O timbráme, así no gastas. 
- Si, te llamo. Te amo, besito.
-
Otro.

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FELIZ NAVIDAD PARA TODOOOS! 
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viernes, 21 de diciembre de 2012

CAPITULO 73.



Cuando Peter sale, con el cuerpo envuelto en una toalla, abre el placard. Busca ropa, pero se gira cuando ve por el espejo que Lali está dormida sobre la cama, pero no está sola. Sobre el pecho tiene al pequeño Angelo que también está dormido.
Se muere de amor y se muerde el labio. La escena es muy conmovedora y por eso saca foto. El flash la despierta. Se ríe cuando ve la cara enternecida de su novio, que se viste rápido y se acuesta a su lado, con la cabeza apoyada en su hombro. 


-
Quedás muy linda de madre.- confiesa.
-
¿Si? Igual cuando sea madre voy a estar con kilos de más y ojeras.
-
No es porque seas linda... No sé, es que quedás muy tierna.- acaricia la mano del chiquito. 
-
Es hermoso.- se muerde el labio y lo mira.- Me encanta que haya un bebé en la familia...
-
A mí me encantas vos.- confiesa anonadado y ella le sonríe.- Después de Angelo viene el nuestro ¿No?
-
Falta mucho, Pitt.
-
Ponéle que 5 años más... Angelo va a ser un nene. 
-
Es verdad.- se gira y el bebé queda en la cama, entre medio de los dos.
-
Lali, no me quiero ir...- la mira y se pone mal.
-
Ay mi amor, se va a pasar rápido.- le hace una caricia.
-
Es que son muchos días, siento que me voy a perder mil cosas...
-
Peter no dejes de pensar en lo que realmente es. Vas a viajar, vas a estar en muchos países lindos... No todos tienen esa oportunidad, aprovechála.
-
Si, ya sé.- y bufa.- Es que no te quiero extrañar, veinte días es mucho tiempo. 
-
Ay Peter, no llores...- se ríe bajito cuando ve que se le humedecen los ojos.
-
No me quiero ir, veni conmigo...- pide.
-
Sabés que no puedo, tengo que bailar... Además esos pasajes valen muy caro, no hay que abusar de Ricardo, bastante que me pagó todo lo de Israel.
-
Te amo.- la mira conmovido.
-
Yo a vos también.- le sonríe.- Dale, durmamos un ratito los tres juntos... 


-
Peter, ey, hijo...- la madre lo llama.
-
¿Qué?  - se refriega la cara. 
-
Te vinieron a buscar Manuela y Maxi.
-
¿Ya? - ella asiente.- No...- se queja.- No quiero ir, deciles que estoy enfermo o algo, no voy, no voy.
-
Peter, no juegues así con tu trabajo, dale...
-
No, mamá, no quiero ir, por favor. 
-
Peter, dale...- Lali se sienta en la cama.- Si no vas me enojo. 
-
Lali, por fa...
-
Peter, dale, no seas idiota. Dale que te acompaño.- se levanta y lo sincha de la mano. Van hasta la puerta y ella se queda allí nomás porque está descalza.- Dale, anda. 
-
No me quiero ir.- la abraza y mete la cara en su cuello.
-
Dale ché... ¿Vas a ponerte mal cuando tengas que dejarnos a mí y a tus hijos para ir a trabajar? - y él sonríe, pero muy poquito.
-
Ahora no hay hijos, yo que sé que voy a hacer. - ya se pone de mal humor.
-
Dale bobo, no te pongas mal.- lo abraza.- Te amo mucho, amor.
-
Yo también. Dame un beso.- junta sus labios con los suyos, ella se separa cuando siente su cara mojada.
-
Mi amor, no llores...- le seca la cara.
-
Prometéme que si pasa algo, me vas a llamar. Por favor.- pide.
-
Si, Peter. Ya dije que si. Dale, andá. Pasála lindo por mí.- le sonríe y le suelta la mano. Él se muerde el labio porque no quiere partir. 
-
¡Lali!- la saluda Manuela desde el auto, ella tiene que avanzar para saludar.- Ay, mi compañera de viaje, como te voy a extrañar ¿No querés venir?
-
No puedo Manu, tengo que trabajar. ¿Cómo estás, Maxi?- y choca la mano con el guardaespaldas.
-
Bien, con Manu comiéndome la oreja porque no vas.- Peter sube al vehículo.
-
Cuídenmelo ché, los hago responsables si le pasa algo.
-
¿Y puede estar con otras chicas?- quiere saber Maxi y ella lo mira mal.
-
Bueno, vayan que llegan tarde. Y vos, llamáme cuando llegues a Río.- señala a su amor.- Voy a seguir durmiendo con Angelo. Chau chicos.- los saluda con la mano y saca la cabeza de la ventanilla. 
“Qué difícil dejar mi casa con esta imágen! Brasil, allá vamos :)” - Lali se ríe cuando a la media hora le llega el primer twitt de Pedro con una foto de ella durmiendo junto a Angelo.
…. 
- ¡Mi amor!
-
¡Hola! ¿Ya llegaste a Italia? - porque los 3 días en Brasil pasaron como torpedo.
- Si, se me hizo corto el viaje ¿Cómo estás?
-
Bien ¿Vos?
-
Bien. Embolado, no sé para qué me hicieron venir ahora si mañana recién arrancamos.
-
¿Y por qué no tomás sol? Aprovechá... 
-
Es que está frío... 
-
Ah.
-
La ¿Qué pasa?
-
Nada ¿Por?
-
No sé, estás como apagada.
-
No, no me pasa nada...- y aprieta los ojos fuertes. Odia que la conozca tanto.
-
Ah. Te acordás que me prometiste contar si pasaba algo ¿No?
-
… Si, me acuerdo.- le cambia la voz y él se queda en silencio esperando a que ella hable.- No es nada, Pitt.
-
Lali.
-
… Mi madre se quiso suicidar.
-
¿Q-qué?
-
Fui a verla a casa ayer de tarde... Y la encontré en el baño con las muñecas cortadas, desangrándose y también había tomado pastillas.
-
¿Y cómo está?
-
Está en el hospital... Está bien. No sé, no la fui a ver.
-
¿Por?
-
Estoy muy dolida, Peter. Mi madre se quiso sacar la vida y no se puso a pensar ni un segundo en mí, en que me iba a dejar sola.- y se le caen lágrimas, se sienten calientes contra las mejillas.
-
Bueno mi amor, tenés que pensar que es un momento muy difícil para ella, vos ya estás grande, estás haciendo tu vida aparte... Obvio que no la justifica, pero bueno. 
-
Siento que ya no tengo familia, Peter. Nunca habíamos pasado por algo tan fuerte, no creo que nos podamos recuperar. 
-
Tenés una familia. Mi mamá y yo, Cristóbal y Angelo, Emilia, Gimena, Salvador... están divididos pero ellos son tu familia.
-
Cristóbal está ocupado con su hijo y mi padre, Emilia con Gimena y Camilo... Te juro que lo entiendo y no es de egoísta, pero quisiera que piensen un poco en mí también. Si no fuera por Luz, e incluso por vos que estás lejos, te juro que estaría re sola.
-
Pero no lo estás. Te amo ¿Si? Y estoy acá, para lo que necesites. ¿Por qué no me llamaste ayer?
-
No quería que te preocuparas, Pitt. Ya sé que te dije que te iba a contar si pasaba algo, pero no quería que te pongas mal. No te enojes.
-
No, no me enojo. Te entiendo.- Lali se gira y ve a Cristóbal con Angelo en brazos. 
-
Mi amor, te dejo que vino Cris con el bebé.
-
Llamáme más tarde ¿Si? Te amo mucho, La.
-
Yo también. Un beso. - corta y mira a su hermano.- Hola...- se ríe.- Estaba hablando con Peter y lo extrañé un poquito.- se seca los ojos.
-
¿O te sentís sola porque cada uno está en la suya?
-
¿No te enseñaron que está mal escuchar conversaciones ajenas?
-
¿Y a vos no te enseñaron a no ponerte a llorar en un lugar en el que todos te puedan ver si lo querés ocultar? - los dos se quedan en silencio.- Sé que no se nota, pero todos estamos pensando en vos Lali, todo el tiempo.- se sienta a su lado en los escalones.
-
Igual sé que ya estoy grandecita como para andar exigiéndole cosas a la gente.
-
Sos grande, pero sos la más chica de la familia. Y en realidad todo ésto se trata de vos, porque sos vos la que de la nada se entera que tiene un hermano, un sobrino, sos vos la que tiene a la mamá internada... Para la edad que tenés, esas son cosas por las que no tenés que pasar. Y te la estás bancando re- bien. Yo ya hubiera puesto excusa y hubiera faltado al colegio. Vos no faltaste ni un solo día y encima trabajás. La verdad, sos admirable. 
-
Gracias.- le sonríe.- ¿Y Marina?
-
Estuvimos hablando ayer.- se encogió de hombros.- Todavía está un poco tensa la cosa, pero yo creo que se va a solucionar. ¿Peter?
-
Llegó a Italia hace un rato.- le muestra el celular.
-
¿Cómo te la bancás que pase viajando tanto? Yo re desconfiaría.- y ella se ríe, porque ve el parecido consigo misma.
-
No sé.- se encoge de hombros.- No me preguntes como, pero no desconfío de Peter. Al principio sí, ahora ya no tanto. 
-
Es tremendo pibe. No me olvido más de como se puso cuando estabas en el hospital.
-
Sí, es un amor.- y se muerde el labio.
-
Lali ¿Querés ir a cenar a casa? Te podés quedar a dormir también, si querés.
-
¿Sí?
-
Si, digo, como para pasar un rato de hermanos.- se encoge de hombros.- Roberto y yo nunca nos llevamos muy bien porque pensamos totalmente diferente y no sé... Nunca tuve un hermano con el que me lleve bien... Y menos una hermana menor. 
-
¿Y yo? Ni siquiera tuve hermanos.- ella se ríe. La situación es nueva, pero no le resulta muy drástica. Es más, le agrada.- Si, dale. Me encanta la idea. 

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lunes, 17 de diciembre de 2012

CAPITULO 72.



Peter abre un solo ojo y mira como Mariana bailotea por el cuarto – porque tiene los auriculares puestos – mientras se cepilla los dientes.

-
Ey ¿Por qué no me despertaste? - se queja mientras busca unos jeans en el placard.
-
¿Vas a ir al colegio, hoy?
-
Y si, ¿Para qué voy a faltar si me voy a las cinco de la tarde? - saca la remera blanca con rayas negras y se la pone mientras se calza. 
-
No, digo, como no hiciste las valijas ni nada...
-
Ah, mamá siempre me las hace.- ella ríe. Él se acomoda el pelo en el espejo y ella lo mira.
-
¿Vos pensás salir así a la calle?- consulta de brazos cruzados http://us.123rf.com/400wm/400/400/nyul/nyul1105/nyul110500209/9537976-deportivo-estudiante-sonriente-en-jeans-y-camiseta.jpg
-
Con una campera encima ¿Por? - se mira en el espejo y  se plancha la remera con las manos, aunque no tiene ninguna arruga. 
-
No, porque estás lindo.- le sonríe y él también le regala una sonrisa, pero después se muerde el labio.
-
¿Estás segura de que querés que me vaya?
-
Y... querer como querer no quiero, pero tenés que ir, Peter.
-
¿Y si pasa algo mientras estoy allá?
-
No va a pasar nada. Y si pasa, tampoco te lo voy a hacer saber. 
-
¿Por?
-
¿De qué sirve amargarte si no vas a poder hacer nada?
-
Bueno, pero tengo que saber como está la situación. Por favor, si pasa algo decime. - la sostiene por la cintura, ella ya estaba por salir del cuarto. 
-
Está bien. Pero después si tenés más ganas de volver, no te quejes.- señala. 
-
Imposible que tenga más ganas de volver cuando ni siquiera quiero irme.- recuerda.- Todo por tu culpa.
-
¿Disculpá? Nadie te obliga a extrañarme.- se hace la ofendida mientras bajan las escaleras. Las manos de él sobre la cintura de ella. 
-
Si, vos me obligás. Uno no se encuentra gente linda todos los días de su vida, viste como es. Cuando uno se enamora, si se va extraña. 
-
Jodéte por enamorarte.- ella se gira y baja los últimos escalones de espaldas, porque está entretenida en sostenerse del cuello de su novio y buscarle la boca. Para besarla, no hace falta aclarar. 
-
Y yo que me andaba preocupando por como estabas... - Lali siente la voz y se gira. Emilia, Cristóbal y Luz están sentados en los sillones tomando café. Se sabe que no son las 7 de la mañana, sino las 10. Es que entran más tarde por la ausencia de dos profesores. 
-
¿Qué hacen acá? - los mira extrañada, claro. 
-
Te vinimos a ver.- sonríe Emilia. Pero algo en la sonrisa le dice que no está todo bien. 
-
Está el desayuno en la cocina pronto ¿Por qué no van? Así no se les hace tarde.- Luz también sonríe, y también hay algo extraño en la cocina. Pitt no nota nada y van a la cocina. 
Yogurt con cereales y tostadas con dulce de leche. Peter se pone a comer tan distraídamente que no se da cuenta de que, cuando su novia está apoyada contra la puerta, es porque quiere escuchar de que hablan los adultos. Porque ella no se la cree la de que la vinieron a ver, sabe que hay algo más. Entonces se sienta en la silla y  se queda callada, mirando los cereales. 

-
¿No tenés hambre? - ella niega con la cabeza. - ¿Qué te pasa?
-
… Nada. 
-
No me mientas. - ella cruza los brazos por sobre la mesa y apoya la cabeza encima. - Ey, mi amor ¿Qué te pasa?
-
… Pasa algo, Pitt. ¿No te das cuenta?
-
¿Algo de qué? 
-
No sé. Están re raros. Tu madre, mi tía y  Cristóbal. Están raros. 
-
Yo no vi nada...
-
¿No viste como nos echaron del living?
-
¿Y por qué no preguntamos?
-
No van a decirnos nada.
-
Ché, Lali...- y Cris aparece en cuadro. Los dos lo miran en silencio.- ¿Pasa algo?
-
No sé, decime vos.- Lali no puede evitar abrir la boca. 
-
… Te venía a preguntar si vos tenés algo que hacer después del colegio.
-
No. 
-
Ah... Porque te quería decir que la mamá de Peter va a cuidar a Angelo hoy, si querés verlo... 
-
¿ Enserio?- y le cambia la cara.
-
Si. Le voy a buscar una guardería cuando salga del hospital,  y Luz se ofreció a cuidarlo. 
-
Bueno, si. Obvio que lo quiero ver.- le da una sonrisa. Se imagina al chiquitito y ya lo ama desde el primer segundo. 
-
Yo ya me voy. Cualquier cosa nos llamamos ¿Si?
-
Pará, Cris.- ella sabe que él va a ser el más sincero de todos los adultos.- ¿Cómo están las cosas?
-
Bien, yo que sé. Tu papá sigue en el hotel, tu mamá está en tu casa... Ayer a la noche le tuve que dar unos calmantes para que pudiera dormir, pero no es nada grave. 
-
¿Y mi mamá no dijo nada sobre que va a hacer?
-
Y no, supongo que lo va a tener que pensar bastante ¿No? Pero ¿Por qué no la vas a visitar? Digo yo que le va a hacer bien que le demuestres un poco de apoyo...
-
Bueno. Gracias.
-
Me voy. Te quiero, linda.- deja un beso sobre su pelo morocho y sale de la cocina.
-
Amm, y éste que te dice linda... - Juan Pedro y sus celos.
-
Es mi hermano, Peter...- ella se ríe.
-
Cierto...- porque le cuesta acostumbrarse.- Igual no se parecen en nada, eh.
-
Él muy guacho sacó los ojos claros. Yo salí igualita a mi madre, según todo el mundo. 
-
Si, es verdad. Bue ¿Vamos?
 
Mariana sale del colegio y sincha a su novio de la mano, apurada. Quiere llegar a la casa y conocer a su sobrino.

-
Sh...- la manda a hacer silencio Luz cuando llega toda exaltada. Tiene al niño con la cabeza en el hombro, y este chupetea su propia mano.
-
Ay, que lindo...- habla bajito, para no asustarlo.- ¡Tiene ojos claros!
-
Si. Es un pan de Dios, eh...- confiesa Luz.- Ojalá Peter hubiera sido así.
-
Bueno, bueno. Ya te expliqué que me dabas mucha azúcar.- él se tira en el sillón, Mariana ríe.
-
No te acomodes, Peter. No tuve tiempo de hacerte las valijas.
-
¡Mamá!- se queja y ella lo manda callar.
-
Dale nene, no seas vago.- Lali está entretenida haciéndole caras al pequeño. 
-
Bueno, pero veni a ayudarme vos, entonces.
-
No, Lali no puede. Yo tengo que salir a comprar pañales y la comida, ella lo tiene que cuidar.- y se lo pasa en brazos. Ella lo sostiene con mucho cuidado.
-
Ah, mamá...
-
Dale Peter, no me vas a tener toda la vida para hacerte las valijas.- lo rezonga. Agarra las llaves de arriba de la mesa, y sale.
-
¿Me ayudás? - mira a Mariana, que se mece mientras camina.
-
Bueno, dale.- revolea los ojos y empieza a subir. Cuando ve que él no sube, se detiene.- ¿Y?
-
Te queda re lindo ese bebe.- frunce la nariz enternecido y empieza a subir, hasta que llegan al cuarto. Descorre el cierre y lo pone sobre la cama.- Bueno, ¿Qué llevo?
-
… ¿Ropa?
-
Ah Lali, ayudáme, enserio... - se queja con molestia.
-
Bueno, a ver, a ver, sostené... - le pasa al bebé y abre el placard.- Ah todos los lugares que vas es verano ¿Cierto?
-
Si, salvo Brasil.
-
Bueno. Son 20 días así que llevas 25 manga corta, más 5 de manga larga por si refresca, 2 camperas, un buzo... Más jeans que shorts porque tenés que ser una persona formal, cinco pares de zapatillas...- y ella iba dejando todo encima de la cama.- Ah, y hablando de formal... cinco camisas, cinco corbatas, trajes...
-
¿De dónde saliste? - él le habla y ella deja de agarrar cosas del ropero, lo mira, sentado en la cama.
-
¿Qué?
-
¿Cómo podés pensar tan rápido en que vas a llevar?
-
Años de mi vida viajando.- revolea los ojos.- Tá, ahora me hiciste desconcentrar, Pitt.- se queja, claro. Pero mira el placard y saca algunas cosas más.- Listo.- estira los brazos para agarrar a Angelo, pero Pitt la mira.
-
¿Me doblás? - pide.
-
Ah, Peter. No soy tu madre...
-
Por favor...- hace puchero.
-
Ay, bueno...- bufa y empieza a doblar con cuidado. Él la convence muy fácil, porque le puede. - A  vos también te queda lindo el bebé.- ella se muerde el labio. Termina la primer maleta y él le alcanza la segunda. Le sobra poco espacio. Abre un cajón, saca pares de medias y boxers.- ¿Me puedo quedar con este? - le muestra un boxer blanco con rayas rojas.
-
¿Un boxer? - levanta las cejas mientras acaricia la panza del Ángel. 
-
Si, es re cómodo usar boxers para dormir. 
-
¿Disculpá? ¿Cuándo usaste vos un boxer para dormir y de quién?- ella se ríe. 
-
De un novio que tuve en Barcelona. 
-
¿Eh?
-
Bueno, novio, novio no fue... fue algo así. 
-
Ah, sí. Mentira, si tu primera vez fue conmigo, no hay tanta confianza como para que te dé un boxer.
-
¿Y qué tiene que ver? - y se ríe.- Lo que pasa que salimos a comer, cuando salimos llovía fuertísimo así que fuimos a la casa que quedaba cerca.  Como estaba toda empapada, me dio una remera y un boxer para dormir.- y él la mira mal. MUY mal.  
-
¿Y cómo se llamaba?
-
Alejandro Secadas ¿Por?
-
Así cuando voy a España lo busco. No, no es gracioso, la verdad.
-
No tenés derecho a ponerte celoso.- anuncia.- El caso es ¿Me lo puedo quedar o no? - mueve el boxer frente a sus ojos. 
-
Si. Quedáte con lo que quieras. Mientras más cosas mías mejor. Yo también tendría que tener algo tuyo. 
-
Ay, si. Te puedo prestar una bombacha, si querés.- él se ríe, el bebé lo imita.- Ay me muero, que tierno...- le acaricia la manito. 
-
Daaale seguí haciendome el bolso, esclava.
-
Bueno, calmáte.- ella se queja, deja el boxer en su bolso y le suma una remera blanca. Así se lo agarra de pijama. Va al baño, vuelve con el talco, la afeitadora, el cepillo de dientes y los lentes de sol – vaya uno a saber porque estaban en el baño. También agarra el perfume y el desodorante. - Creo que ya está.
-
¿Ya?- mira el reloj y solo pasó una hora.
-
Y si. Ah, no pará. Le agrego un par de shorts por si tomas sol y eso... - cuando lo está agarrando entra Luz.
-
No. Peter, decime que no estás haciendo a tu novia hacerte las valijas.- lo mira mal mientras agarra al bebé.
-
¿Qué tiene? Me las hizo re rápido, mirá.- muestra la valija cerrada y otra a punto de cerrar.
-
Sos imposible, Juan Pedro Lanzani.- lo reta.- ¿Vamos a comer, chiquito? - le habla al pequeño y salen del cuarto.
-
Ahora si, terminada.- la cierra y la deja sobre el piso. 
-
Veni, estemos un ratito juntos.- pide, haciéndole un espacio en la cama.- 20 días loco, yo no sé como voy a hacer. 
-
No vas a tener ni tiempo de acordarte, Pitt. Vas a estar haciendo mil cosas. 
-
Si no te saco de mi cabeza cuando estoy acá ¿Por qué lo haría en otro lugar? - y ella muere de amor.
-
No podés ser más tierno ¿No?
-
Es lo que provocás.- le sonríe.- Hablando enserio... Me quiero llevar algo tuyo.
-
¿No me querés llevar a mí?- burla, y él se ríe. 
-
Sabés que te llevaría encantado. Ta, basta, enserio que te voy a extrañar mucho.- hace una cara triste. 
-
Se va a pasar rápido.- le sonríe.
-
¿Me vas a extrañar?
-
A sobremanera. - y él sonríe más. - No es divertido que te vaya extrañar, no sonrías.- le pega despacio en la mejilla. Deja un beso largo en su cuello pero después se aparta. - Te iba a dejar una marca en el cuello para que te lleves algo  mío, pero cierto que sos modelo y después jode eso. - entonces Pedro se muerde el labio.
-
¿Te puedo dejar una marca yo?
-
No.- se tapa el cuello.
-
¿Por?
-
Porque queda feo que tenga marcas en el cuello, Pitt. 
-
Dale, una sola... 
-
No.- y deja un beso en su boca.- Te prometo que para cuando vuelvas, te preparo algo lindo.
-
Y yo te prometo que te voy a llamar cada uno de los 20 días y te voy a llorar en el teléfono porque te extraño.
-
¿Por que en vez de eso no me prometes que me vas a traer un regalo de cada país que visites? - lo burla. Porque él sabe que ella jamás pide nada.
-
Eso está más que explícito. 
-
Ay, que tierno que sos...- ella le pasa una mano por la cara.- Te voy a extrañar mucho...- se queja y lo abraza.
-
Ya sé, yo también.
-
Menos mal que mañana ya vuelvo a los ensayos, sino me muero, tendría mucho tiempo libre para extrañarte.
-
La puta madre loco ¿Por qué me enamoré? Me encantaba viajar hasta que te conocí a vos.
-
¿Qué, preferirías no haberte enamorado? - y él la mira. Imposible cambiar, cualquier cosa, por un sentimiento como aquél.
-
No. Preferiría no viajar.- y junta su nariz con la de ella. 
-
Cuatro meses y sintiéndome así... Increíble. 
-
Es verdad. Cuatro meses... Qué loco, hace cuatro meses yo era otro tipo. Lo que hace el amor ¿No?
-
Permiso...- entró Luz.- Peter ¿Qué hacés que todavía no te bañaste? Son tres y media ya.
-
Uy, cierto.- se levanta y entra al baño.

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