CAPITULO 26.

Se despierta cuando todavía no había salido el sol, aunque faltaba poco. La causa de su despertar fue el frío, aunque sin embargo, tenía todo su cuerpo cubierto con la sábana. Se gira comodamente y ve que Peter estaba encogido en un rinconcito de la cama, él único que le había dejado.

- Peter... Peter...- lo mueve por el brazo porque estaba de espaldas.

- ¿Queeeeé?

- Vení, te estás por caer...- se ríe. Él se giró, y fue más al centro.- Te estás congelando.- se ríe compartiéndole la sábana.

- ¿Siempre sos así de inquieta cuando dormís?- cerró los ojos y la agarró por la cintura.

- No sé, estoy durmiendo, no me entero. Según mi madre cuando duermo sin moverme mucho es porque me pasa algo, así que agradece que me muevo.- sonrió.

- ¿Qué hora es?

- Seis y media, todavía nos queda un ratito.

- Ahora ya no me voy a poder volver a dormir.- se quejó.

- Bueno, pero estabas acurrucadito y muriéndote de frío, me dio pena.

- Para que empieces a conocerme más, te cuento que me molesta dormir menos de lo que pueda, porque me cuesta mucho conciliar sueño.- bostezó.- Y también te cuento que me molesta mucho que no me den el beso de buenos días.

- ¿Y quién te de lo dá cuando dormís solo?

- Nunca duermo solo.

- ¿Dormís con tu mamá?- bromeas.

- Les gusta más que les diga mamita.

- Idiota.- le pega en el brazo.

- Dale, dame un beso...

- No, ahora no te doy nada.

- Mirá que puedo chantajearte... yo también sé que te molesta.

- Imposible.- se agranda.

- ¿Y qué pasa si hago ésto?- bajó su mano hasta su pierna.

- ¡Salí!- le grita fuerte y lo patea.- ¡Te odio!- se queja. - ¿Quién te dijo?

- Nadie.

- Ah, te lo contó el aire.- ironiza.

- Cuando estabas durmiendo te abracé, puse la mano en tu pierna y me diste una patada que casi me volás de la cama.

- Odio que me toquen las piernas Pitt, enserio, no lo hagas. - pide.

- Entonces dame un beso.

- Ya te dije que no. Aparte no me cepillé los dientes todavía. - él bajó su mano, pero antes de que le llegara a tocar, lo empuja tan fuerte que se cayó de la cama y sonó fuerte contra el piso.- ¡Ay, ay!- se para y gira en la cama para verlo agarrándose la cabeza.- ¡Ay, perdonáme!- se agacha tapándose la boca.

- Ay, me acabo de desnucar.- tenía los ojos fruncidos.

- Perdón, perdón, me zarpé, no te quería tirar.

- No pareció.- se levantó y le dio la espalda.

- Perdonáme...- se muerde el labio y lo abraza desde atrás, por la espalda desnuda.

- Bueno pero si me das un beso.- se dio vuelta y ella ríe. Junta su boca con la suya y todo era lindo, todo era fácil.

Cae en la cama con él sobre su cuerpo, y los dos se rieron cuando rebotaron contra el colchón. Continuó besándola y ella acarició su espalda.

- Lali te ll... ¡Ay! Perdón, perdón.- Emilia entró y salió del cuarto en el mismo segundo.

- No, no... - se sienta en la cama y Peter también aunque se tapó la cara muerto de verguenza.- Entrá, Emi.- solicita.

- ¿Puedo?- entró con los ojos medio tapados.

- Te estoy diciendo que sí, boba.- obvía..

- Perdón, no sabía que Peter estaba acá... Venía a dejarte ésto, como sentí que estabas despierta te lo doy en mano.- le pasó el sobre.

- ¿Qué es?- mira el sobre como si tuviera visión láser.

- Es la plata de tus viejos, estaba en mi buzón cuando llegué.- explicó.

- Ah... Gracias Emi.- se levanta de la cama, y a duras tientas agarra la caja de zapatos vacía que estaba sobre el placard.

- ¿Qué hacés? - Peter se destapó la cara, una vez que Emilia había salido y la miró.

- Guardo mi plata.- obvía.

- ¿No se supone que la tendrías que gastar?

- Cuando la necesite. Ahora no necesito nada ¿Vos necesitas algo?

- No.- se rió.- Que verguenza.- se volvió a reír.

- Ná, ¿Verguenza por qué? Mi tía no nos va a decir nada, somos grandes ya.- se encoge de hombros.

- Bueno pero pensó cualquier cosa, no dá que hagamos cosas raras con ella acá adentro.

- ¿Y nosotros sabíamos que estaba acá?- pregunta retórica.

- Bueno, no sé. Mejor me visto.- abrió su mochila. Sacó una remera, y un jean. Ella lo miraba, sentada en la cama.- ¿Disculpáme? ¿Me vas a mirar mientras me visto? Cerrá los ojos.- señaló.

- No te vas a poner en bolas Peter, no voy a ver nada.- se ríe mientras tapaba sus ojos. Siente algunos ruidos y luego como dejaba un beso en su boca.- Tarado.- se vuelve a reír.- ¡Emi!

- ¿Qué? - te gritó desde el living.

- ¿Cuántos grados dice que hay en la tele?

- ¡13!

- ¡Gracias!- porque así podría saber que ponerte.

- ¡De nada!

- ¿Siempre se llevan así?

- Si. Mi tía es la mejor.- sonríe. 

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