lunes, 20 de mayo de 2013

CAPITULO 100.




Mariana vivió el mes más agónico de toda su vida. Incluso peor de aquél en que su padre la había golpeado por primera vez. No hacía más que ensayar, ir a las galas y estudiar las cosas del colegio le mandaba al mail. Porque, está clarísimo, que no volvió a aparecer por allí, más que para tres pruebas. Y en esos tres días, ni siquiera había visto a Peter. Hace un mes exacto que no lo veía y aunque era lo correcto, sentía que se estaba destruyendo a sí misma. 
Gimena estaba alojada en España hace cinco semanas haciendo un curso intensivo de diseño, lo había conseguido por contacto. Emilia se pasaba todas las noches en la casa de Camilo, apenas la veía en el departamento. Rocío iba de acá para allá, enloquecida en mil giras. Había un concierto el próximo sábado y la entrada de primera fila estaba pinchada en su cartelera. 
Hace un mes que no veía a Pedro, y por supuesto que eso había incluído su cumpleaños. El día 24 no se lo había podido sacar de la cabeza ni un segundo. Él se había ido a Brasil, y como regalo de cumpleaños, todos sus amigos habían aparecido allá de improviso. Le dijeron que fuera, pero claro que no se aceptó. No quería verlo, porque a pesar de como se sentía, el no verlo hacía que pudiese estar superando el dolor. 
En realidad, en todo le iba bien. Si no estaba ensayando, descargando toda su bronca sobre el baile o cumpliendo sus necesidades básicas, estaba estudiando, enviando las tareas por mail. Se sabía todas las lecciones de pies a cabeza y ni siquiera necesitaba repasar para las pruebas porque entendía todo perfectamente. Cuando le enviaron las notas por mail, se sorprendió al ver el 10 en literatura. Para Belén, debía de ser gratificante el hecho de no tener que verla en su clase y cerca de Pedro,  más que su desempeño académico. 
Dentro de todo, no podía quejarse de su vida académica. A la oferta de un cartel en Carlos Paz, se le había sumado otra de una compañía distinta y habían echo un forcejeo, hasta que ella había detenido la batalla anunciando que se quedaría con quien le había dado la chance al primer momento. En el colegio tenía puros dieces y todo indicaba que dentro de dos meses se graduaría sin rendir ninguna materia en un exámen. Estaba extasiada académicamente, pero a nivel emocional, muy bloqueada.
Eugenia y Pablo eran los que más la visitaban en la casa, algunas veces por semana. Con el resto, se mandaba mensajes debés en cuando o se encontraban en un bar a tomar un café. Es que ella lo entendía: la vida les estaba yendo demasiado bien como para meterles la obligación de encerrarse en su casa solo para charlar con ella. 
Aquél sábado en particular salió de ensayar bastante tarde. A medida que las parejas se iban yendo del certámen, y siendo solo 9, la exigencia era altísima y había que ensayar más que nunca, hacer que todo fuera perfecto. Había hecho dos coreografías besando a Nicolás, pero lo único que había sentido a nivel interior era una profunda pena. Tacho debía de pensar que era la mujer más frívola del universo. 
Llegó a su casa, comió algo y revisó el mail. No había ningún correo nuevo. Se echó una siesta y para cuando se levantó, se preparó para ir al concierto de Rocío. Partió con Eugenia, María y Benjamín. Se encontraría con el resto allá. 
Llegó al Luna Park y se ubicó en su asiento sin ningún problema. Esperó un rato largo hasta que Rocío apareció en la pantalla. ¡Bienvenido Buenos Aires! ¿Están listos para la fiesta?  Era una filmación en vivo. El lugar estalló en gritos. ¡Muy pronto vamos a estar cantando todos juntos, pero ahora, una bienvenida a mi telonero preferido, Peter Lanzani! Mariana se levantó automáticamente para salir del lugar, pero Eugenia la sostuvo de una mano. 

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Si sos lo suficientemente fuerte, como yo creo, tenés que quedarte y demostrarle que nada de él te importa.- le pidió mientras la obligaba a seguir allí sentada. Pedro se acercó al micrófono en un mar de aplausos y empezó la balada.
Todavía yo siento tus caricias, 
Y tu respiración sobre mi piel. 
No hay quien me haga olvidar tu sonrisa, 
Y sigo amándote hoy más que ayer, 
Soñando con volverte a ver.
Cada día que pasa más me mata tu ausencia, 
Y pierdo la fé.
Quisiera poder olvidarme de ti, 
Con otra sacarte por siempre de mí, 
Decirte a la cara que no me haces falta para poder vivir. 
Quisiera borrarte de mi corazón, 
Quitar de mi boca tu dulce sabor, 
No echarte de menos al llegar la noche, 
Y sin reproches, resignarme a tu adiós.
Más cuando creo que ya te he olvidado, 
Descubro que aun te amo... 
Sé que soy culpable de mi suerte, 
Y que mi sufrimiento no te hará volver,
En mí otra vez creer. 
Te hice llorar y me arrepiento, 
Amor cuanto lo siento, 
Si no te vuelvo a ver, no sobreviviré... 

Mariana cantaba la canción, la conocía. Era de Luis Fonsi, solo que no sabía porque Pedro la estaba cantando. Seguro después le hacían una demanda por derechos de autor. 
Cantaba la canción porque había ido a un concierto. Pensaba eso, pero en el interior, cada palabra se le clavaba como un puñal que la hería más que el anterior. No miró a Pedro ni una sola vez, sino a la pantalla gigante que había un costado. Era una imágen mucho más superficial que tenerlo a medio metro mirándola. Porque si, por la pantalla podía ver que él miraba hacia abajo, en un punto fijo. 
Escuchó sus agradecimientos en el micrófono y desapareció de la escena. Rocío provocó los gritos de todos en aquél lugar, mientras se acercaba al micrófono con la guitarra colgada en sus hombros. Se sentó en la banqueta. Vamos a empezar con un lento que me gusta mucho, y después vamos a subir el ritmo, le sonrió a su público.
Y me puse a pensar en vos, 
En esos días en que todo estaba bien entre los dos, 
Con vos, 
En esos días en que yo, tenía tu amor. 
Peter la miró desde un costado del escenario. Hace mucho tiempo que no la veía y descubría todo nuevo en ella. Tenía el pelo más largo, obvio, y el flequillo se lo había cortado hacia al costado. Estaba mucho más blanca y no parecía mostrar una pizca de sentimiento. No la había mirado ni una vez desde que él había cantado. Si ella solo supiera lo mucho que le había tenido que rogar a Emilia para que le dejara abrir el concierto, sabiendo que su sobrina iba a estar ahí se oponía. Pero no había provocado absolutamente nada en ella. 







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6 comentarios:

  1. Me duele el corazon de leer que sufren tanto. Quiero entender por que?, espero que todos este sacrificio sea para bien.
    Más Me encanta!

    @vale_cadenas

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  2. quiero que se arreglen, dalee jaja
    @cande_petti

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  3. capitulo Corto y sin nada interesante. Me gusta la novela pero cae empicada. Sorry

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  4. mas noveeeeeeeeeeeee me encantaaa

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  5. llegamos al capitulo 100 :D me encanta la nove, pero no los hagas sufrir maas :( jajaj

    @francigatica

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