- ¿Qué pasó?- Peter entra y ve a Cristóbal con otro médico en la habitación.
- Fue rarísimo, a pesar de la anestesia, se despertó y tuvo un caso de disnea.
- Cristóbal, me dijiste que no se iba a despertar.- reprochó.
- Ya sé, no se supone que se despertara. La anestesia es muy fuerte, no sé como pasó. Le pidió un teléfono a la enfermera, dijo que tenía que llamarte.
- Pero no me llamó.
- No se puede tener celulares acá. Le empezó a faltar el aire y perdió la consciencia. Está peleando con la anestesia, se quiere despertar.
- ¿Y si se quiere despertar para que le siguen poniendo anestesia?- se molestó.
- … Okay, se la sacamos. Ahora va a despertar cuando quiera.
- No me muevo de acá.- se sentó en el sillón.
- Peter…- Lali habló toda afligida.- Peter…
- Mi amor, estoy acá…- le tomó la mano.
- Está soñando. No se despertó.- avisó Cris.
- Está soñando conmigo.- el corazón se le apretó contra las costillas, y dio una tonta sonrisa al aire.
- Mateo, dejémoslos un rato solos.- le palmea el hombro al enfermero y sale de la habitación.
- Peter… mi amor… - mueve la cabeza.
- Lali, estoy acá, tranquila mi amor, estoy acá.- le apretó fuerte la mano. – Estoy acá, tranquila.
…
- ¡Hijo! – Luz le sonríe.-- ¿Cómo estás?
- Bien ¿Vos?
- Bien, un poco adolorida de la espalda…- se frotó la zona afectada. Peter se sentó en el pequeño sillón y miró la foto de su novia en el fondo de pantalla del celular. Quería ir ya a estar con ella en el cuarto por si despertaba, pero Cristóbal le había recomendado ver a su madre para no preocuparla.
- No me digas nada ¿Esperando la llamada de Lali? – lo burló. Estaba de buen humor desde que sabía que su vida se había estirado unos 40 años más.
- Si…- se le hizo un nudo en la garganta.
- ¿Cómo la está pasando en Inglaterra, bien con el padre?
- Si…
- Me podrías decir algo más que un monosílabo ¿No? – se rió.
- Perdón, estoy en otra.- movió la cabeza para despejarse.
- ¿La extrañás?
- Mucho.- se le formó un nudo en la garganta, y los ojos se le llenaron de lágrimas irremediablemente.
- Ay, hijo…- rió.- ¿Qué pasa?
- Nada, eso. Que la extraño.- se encogió de hombros.
- ¿Tanto como para llorar? Dale Peter, no me mientas, soy tu mamá.
- … Ma, Lali fue quien te donó la médula.- se tiró en el sillón, vencido. Si había alguien a quien nunca podría mentirle, era a Luz.
- ¿Cómo?- se sorprendió.
- El donante anónimo, era Lali. Lo descubrí ayer de tarde, estoy muy mal.- confesó.
- Ay no, la voy a matar.- se llevó una mano a la frente.
- A lo mejor no tenés que hacerlo y se muere sola.- se acarició una mejilla, secándose la lágrima.
- ¿Se puede morir?
- No, no… Es que estoy nervioso. No puede ni se va a morir.
- ¿Entonces? Hay algo más, me doy cuenta.
- Hay chances de que quede paralítica.
- ¡Ay, no!- se angustió.- ¿Cómo que paralítica, Peter?
- Eso dijo Cris. Igual ella sabía que podía pasar y siguió adelante.
- Yo no te puedo creer que haya llegado al punto de ser tan buena mina… ¡Dios mío! Correr ese riesgo, amando bailar…
- Correr ese riesgo, por mí. Dijo que era para hacerme feliz y me siento muy culpable.
- Si, bueno en parte yo también… Pero ¿Qué hacés acá? Anda con ella, hijo. Te necesita.
- ¿No te enojás?
- ¡Por supuesto que no! Dale, andá…- Peter se levanta del sillón, su madre deja un beso en su frente y sale disparado al piso inmediatamente superior. Entra y le besa la mejilla, acariciando su cabello.
- Estoy acá, chiquita.- le susurra.
…
Mariana
aprieta las manos y los ojos. Se quiere mover, pero gime de dolor. La
espalda la está matando. Vuelve a abrir los ojos y ve la cara de
Peter, observándola con curiosidad.
- ¿Qué hacés acá? – habló con voz agrietada, decepcionada.
- No se te ocurra moverte. Voy a llamar a Cris.- salió del cuarto y volvió al minuto.
- Hola Lali ¿Cómo estás?
- Me duele mucho la espalda…
- Es normal, tenés una herida. ¿Podés mover las piernas? … No, mejor no intentes. Peter, ayudála a sentarse en un borde, con mucho cuidado. Yo voy a buscar a Gonzalo, es especialista en lesiones cervicales.- salió del cuarto y Pedro la ayudó a sentarse, con las piernas colgándole.
- No pruebes moverlas.
- Ya probé y no puedo.-él suspiró.- Estás enojado ¿No?
- Un poco.- se encogió de hombros.- Estoy… maravillado, más bien.
- ¿Maravillado? – lo miró, boquiabierta.
- Si. Por lo que hiciste por mí, por mamá… Por los riesgos que corriste y corres por nosotros.- le dio una sonrisa y la abrazó muy despacito.- Sos la persona más increíble que conocí en la vida, mi amor.
- ¿Me vas a querer aunque no camine?
- Obvio.- le acomodó el pelo.- Nunca voy a pagarte todo lo que hacés por mí.
- Pensé que ibas a estar furioso conmigo si te enterabas… Perdonáme que te haya mentido, pero sino no me hubieras dejado hacerlo.
- Al principio me costó… pero cuando leí la carta que escribiste, lo entendí.
- ¿La leíste? Era si me moría, Peter.
- La leí cuando no tenía certezas de nada y morir estaba entre tus probabilidades. Sos la mina más buena del mundo.
- … Me da vergüenza.
- ¿Vergüenza por qué? Fue muy lindo lo que me escribiste… Y también que me dijeras las cosas que tenía que hacer, fue muy inteligente. Sabías que me iba a quedar perdido sin vos y no iba a querer hacer nada.
- ¿Luz, como está?
- Está bien. Dijo que te iba a matar cuando pudiera.- se rió.
- ¿Le dijiste?
- Intenté no hacerlo, pero me conoce mejor que nadie y a ella no le puedo mentir.
- Hola Lali ¿Cómo te sentís? – entró Gonzalo. No podía ser mucho más grande que Cristóbal, debían de ser de generaciones cercanas.
- No se me mueven, doc.- se tocó las piernas.
- No te preocupes, no significa nada.- negó y se paró delante de ella. Le golpeó la rodilla con el dorso de su mano y esta avanzó hacia delante. - ¿Ves? Tenés el arco reflejo en perfecto estado. Puede que no las sientas por la conmoción, o simplemente están adormecidas. Vamos a hacer la prueba. Agarráte de mí y paráte despacio ¿Si? – estiró sus brazos hacia delante.
- ¿Puedo hacerlo con él? – miró a Peter.- Me siento más segura…
- Claro.- le dio una sonrisa de aliento y Pedro se acercó para extenderle los brazos. Ella se apoyó con fuerza en ellos y se deslizó fuera de la cama. Se paró haciendo fuerza suprema para sostenerse.
- Peter, corréte dos pasos hacia atrás, por favor.- pidió Gonzalo. Él lo miró, suplicándole que no le pidiera que la dejara sin apoyo, pero hizo caso.
- No puedo…- cerró los ojos. Hacía mucha fuerza intentando mover las piernas.
- A ver… no fuerces.- levantó la ropa y le miró la espalda.- Hay que chequearlo con rayos X, pero creo que es una subluxación vertebral ¿Qué opinás Cris?
- Si… Esta vértebra ¿no?
- Exacto. Parece que no tenés que preocuparte, Lali. Si es lo que pienso, se arregla con Quiropráctica. El problema es que tenés una herida en la espalda y no se puede ejercer presión hasta que cierre.
- ¿No puedo caminar hasta que se me cierre la herida?
- No. Pero lo importante es que tu problema tiene solución ¿Si?
- … Supongo.
- Voy a buscar al mejor Licenciado en Quiropráctica del hospital para vos.-le sonrió y los dos médicos salieron.
- No me sueltes.- apretó a Peter por los hombros.
- Nunca.- le sonrió.
- ¿Qué pasó desde la operación, me perdí de mucho?
- No. La operación fue antes de ayer.
- Peter ¿Está todo bien entre nosotros?
- Si, claro ¿Por qué?- frunció el ceño.
- Es que hace rato me desperté y todavía no me besaste.- se apenó.
- No me gusta aprovecharme de vos cuando estás toda frágil.- dejó un beso en su mentón.
- Ay, seguro me muero si me besás.- ironizó.
- ¿Te querés acostar?
- No, quiero que me des un beso. – él se rió y juntó la boca con la de ella.
Mariana
sintió como un fuego le subía hasta al pecho y sostuvo a Peter por
la nuca para intensificar el beso. La otra mano la puso en su espalda
y lo apretó contra ella.
- Lali, estamos en un hospital…- se rió.
- Chocolate por la noticia.
- Tenés que descansar ¿Si?
- Aguafiestas.
- No te voy a tocar hasta que estés sana.- avisó.
- No te voy a hablar hasta que me toques.- se cruzó de brazos cuando él la dejó sentada en la cama.
- Vamos a ver cuanto durás.
- Más de lo que pensás.
- Ya estás hablando.- señaló, sonriendo de costado. Mariana se puso boca abajo para poder acostarse, y se quedó en silencio.
- ¿Cómo te sentís, hermana? – entró Cristóbal.
- Me prometiste que no se lo ibas a decir.- lo miró.
- No se lo dije… Lo descubrió solo.
- Ay, si. Seguro.
- De verdad. Le dije que nuestro donante tenía chances de quedarse paralítico y él averiguó en que sala estaba, es tan moral que quería darle apoyo a la familia… y te encontró a vos.
- ¿Y cómo leyó la carta?
- ¿La carta? ¿Qué...? ¿Leíste la carta? - miró a Peter y él asintió con timidez.- ¡Te dije que no! Lali, le dije que no.
- Okay, te creo.
- Tengo que ir a atender otro paciente. Vos y yo, vamos a hablar sobre andar robándome cosas, eh.
- Yo voy a dormir.- bostezó y cerró los ojos, escuchando la suavidad de los pasos de Cris y luego la mano de Pitt jugando con sus mechones de pelo y dejando besos en su mejilla.
- Ahora te estoy tocando ¿Me vas a hablar? - burló.- Dale, no me gusta que no me hables... No es justo que no me hables cuando pasé tres días sufriendo y pensando que te perdía. Hice cosas que nunca había hecho con tal de que estuvieras bien.
- ¿Cómo qué?
- Como rezarle a algo en lo que no creía.
- ¿Rezaste?
- … Estaba desesperado.- se encogió de hombros. Ella estiró una mano, y le tocó la mejilla.
- Estoy bien.
- Pensé que te perdía, mi amor.- confesó y su voz salió levemente más ronca.
- Yo también lo pensé. Pero no pasó nada.
- Prometéme que jamás vas a volver a hacer una cosa así… Que me vas a venir a hablar, a hacerme entender… Prometéme que te vas a casar conmigo.
- Cuando crezcamos, sí.- él levantó las cejas, ella se sentó con dificultad- Cuando… bueno, sabía que corría riesgos, me puse a repasar todo lo que vivimos este año. Y me di cuenta de que hay algo que me falló desde el principio.
- ¿Qué?
- No creía en esto, en nosotros… Decía que se podía terminar en cualquier momento, que no sabía si iba a durar. Eso era no creer.
- Bueno pero vos tenés motivos, por lo de tus viejos.
- ¿Qué tiene que ver eso? Es una idiotez que dije. Mis padres son ellos y yo soy yo. Si yo estoy segura de que te amo, entonces sé que va a durar. – sostuvo la cara entre sus manos y lo miró a los ojos.
- ¿Entonces?
- Entonces ahora podemos hacer todos los planes que querrámos… Porque yo no me voy a ir a ningún lugar. Y sé que vos tampoco, que vas a estar siempre al lado mío.___________________________________________________- Querés "Promesa Rota I" y/o "Promesa Rota II"? Mandáme un e-mail a CamilaAmaral95@hotmail.com y te lo mando.- Querés que te avise cuando suba novela? Twitteame a @CamiAmaral7
¡No desaparezcas tanto, Camila! @SoyDanielaP :)
ResponderEliminarMe encanta!! Al fin las cosas se van acomodando bien!
ResponderEliminarMás!
@vale_cadenas
que bueno que lali despertó, falta que camine y todo regio xd
ResponderEliminarporfaa dales momentos buenos, ya han sufrido bastante jaja
que manera de amar tu nove :)
@francigatica
Me encanto el cap,y no demores tanto en subir please!!!!!
ResponderEliminar@DaniolivaresOK
Masas... me encanto el cap..
ResponderEliminarAngy... =)
me encanto, subi mas seguido.son re tiernos bss @surisasalva
ResponderEliminarq lali pueda caminaarr por favoorr :'(
ResponderEliminarmasss
ay, que pueda caminar por favooooor!!!!!!!!! Me encanta la nove, seguilaaaaaa.
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