Se
sentó en la cama de golpe y se mareó. Peter estaba dormido a tu
lado, Emilia no estaba.
- Peter... Peter...- lo movió y él se sentó enseguida.- Lleváme al baño por favor, quiero vomitar.- solicitó. Él se paró, la levantó en brazos y caminó hasta el lugar solicitado, abrió la tapa del váter y la dejó allí, pero no vomitó. Peter solo esperó, parado a su lado.- Andá a dormir, dejáme acá.
- ¿Eh? No quiero dormir, son las tres de la tarde. ¿Cómo te voy a dejar acá?
- Si. Así si vuelvo a tener ganas de vomitar, ya tengo el water al lado.
- No seas tonta ¿Querés? Es solo náuseas fuertes por el golpe, el doctor lo dijo. – la levantó en sus brazos dirigiéndola hacia la cama.- Estás un poco caliente… Creo que tenés fiebre.- confesó.
- Estoy bien. Solo necesito… no. Ahora no necesito nada, no quiero comer ni dormir.
- Voy a buscar al médico
- Te estoy diciendo que estoy bien.
- Ya vuelvo.- salió y ella bufó.
El
médico volvió y le dijo que tenía 38 grados de fiebre; anunció
que no era grave, solo un síntoma. Y entonces dio el golpe de gracia
“Por como estás, no creo que salgas mañana” Y eso la
puso furiosa, quería irse a casa. El doctor se fue después de unos
minutos y la habitación se quedó en silencio.
- ¿Me
odiás?- Peter la miró, sentado en el sillón.
- Si,
te odio. Estoy bien, necesito irme a mi casa. Pero no, vos tenías
que llamar al médico ¿No? Para que me dijera que no salgo mañana.
– bufó cruzándose de brazos, y aunque el yeso le heló el otro
brazo, no lo iba a sacar. Cuestión de orgullo.
- Lali
es por tu bien.
- Vos
no sabés cual es mi bien. Yo sí sé. Y mi bien, es estar en mi
casa, con mis cosas, en paz. No metida acá adentro con todas éstas
agujas, y todo éstos aparatos malditos.- y se le mojaron los ojos.
- Mi
amor, aguantá. Va a estar todo bien ¿Si? Cuando vuelvas a casa, vas
a estar mucho mejor. No podemos correr el riesgo de que te pase algo
estando allá y que haya que traerte de emergencia para acá. No
quiero que te pase nada.
- Me
quiero ir a casa, Peter. No me banco más estar acá encerrada, de
verdad.- lo mira suspirando.
- Ya
sé, mi amor.- apoyó la cabeza en su pecho.
- Hace
un día entero que lo único que veo son estas cuatro paredes
blancas, necesito salir a caminar, necesito estirar las piernas.- él
la miró suspirando.
-
Bueno, está bien. Vamos, pero yo te voy a sostener por las dudas
¿Sí? – ella asintió. Él la ayudó a pararse y empezó a
caminar.
En
teoría, sabía caminar: un pie adelante del otro consecutivamente.
Pero su cuerpo no; los pies estaban totalmente descoordinados.
- Me
cansé. No quiero intentar más.- se sentó en una silla en el
pasillo, él a su lado.
- Vas
a mejorar, solo tenés que dejar que pase el tiempo ¿Si? –
asintió.
- Te
amo.
- Yo
también.- sonrió.- Me dio tremendo miedo cuando tu mamá dijo que
te iba a llevar para allá.
- No
me va a llevar. No la voy a dejar. – negó apoyando la cabeza en su
hombro.- Mi mamá siempre me dio muchas cosas materiales, todas las
que yo quisiera… Pero no sé por qué, en cuanto a los afectos
siempre fue mucho más reservada. Creo que por eso me llevo tan bien
con tu mamá… no sé, es la madre perfecta.
- Es
cierto, lo es.- sonrió orgulloso.- Pero creo que hay otros hijos que
van a tener una mamá todavía más perfecta… tus hijos.
-
Dijiste que no te gustaba hablar de eso.- lo mira sorprendida.
- Cada
vez me gusta más la idea de que vos seas la mamá de mis hijos. –
no puede evitar morderse el labio.
- Sos
más tierno…- él se rió.
- Te
tengo que contar algo, ahora que estás más tranquila.- confesó.
-
¿Qué?
-
Salieron más fotos de nosotros… ahora están circulando en la
tele.- lo mira fijo y suspira.
- No
puedo decir que no me la ví venir. No fuimos lo suficientemente
cuidadosos.
- Lo
bueno es que de acá, no salió nada, al menos por el momento. Ayer
cuando tu compañero me llamó estaba tan asustado que salí echo un
loco, ni siquiera me fijé si alguien me estaba persiguiendo o algo.
Por suerte, acá adentro no puede entrar la prensa… no libremente.
-
¿Libremente?
- Y…
en la recepción tiene que pedir la tarjeta de visitante diciendo el
nombre de la persona a la que vienen a ver. No saben quien sos, así
que no pueden saber. Dentro de todo, es seguro éste hospital.-
sonrió.
- ¿Y
hay prensa afuera?
- Sí.
- ¿Y
cuando te vas, te preguntan?
- Ayer
me preguntaron… hoy no.
- ¿Qué
te preguntaron, qué respondiste?
- Me
preguntaron porque venía acá, si estaba mal de salud. Les respondí
que no estaba mal de salud, nada más.
- ¡Ah,
es buena esa! Evadiste la pregunta del porque venías.- señaló y él
se rió. - ¿Vamos al cuarto? No me gusta estar así, toda fea en el
pasillo.- él se paró.- Lleváme, no... no quiero ver que no puedo
caminar.- la levantó entre sus brazos.
- Me
gusta llevarte, igual. Es una onda príncipe azul.
- Si,
con una princesa descalabrada.- él se rió.- ¿Cómo te bancas todo
ésto? Yo si te viera en éste estado no sé, me sacaría de quicio.
- Ni
tanto. Yo tengo la tendencia a pensar siempre lo peor. Cuando Diego
llamó... no sé, pensé que estabas en terapia intensiva.. Y cuando
llegué, vi que de última no fue tan grave.- la dejó en la cama,
tapándola.- Lo único que me molesta de todo ésto es que alguien
pueda intentar decir cosas malas de ésto. Por un lado... me gustaría
que todos sepan de ésto tan lindo. Y por otro lado, no sé, siento
que no estás lista para todo ésto.
- ¿Por
qué?
- No
es que vos no seas capaz... en realidad creo que yo no estoy listo,
es por mí. Te van a llegar propuestas de todo tipo y sé que no me
la voy a bancar... Lo más probable es que te inviten a programas, te
pongan ropa que no me va a gustar, y te hagan desfilar enfrente de
muchas cámaras.
- Mirá
si me van a hacer desfilar, con lo fea que soy.- él la miró mal.
- Eso
es un golpe a mi buen gusto.- se quejó.- Sabés que me pareces la
más linda del mundo
- ¿Y
ahora? ¿Con cuello, yeso y ojeras, sigo siendo la más linda?
- Si.
No importa lo que hagas, siempre sos hermosa.
- Mm,
a cuantas le habrás dicho ese chamuyo...
- A
unas cuantas...
- Ah,
bue...
- Pero
a las otras les mentía, a vos te lo digo enserio.
- ¿Y
cómo sé yo eso? - se rió.
-
Sabés como comprobarlo.- agarró una de sus manos y la puso en su
pecho.- Sos la única que me importó lo suficiente como para ponerme
nervioso, a la única que le presenté a mi mamá y... ah, a la única
que no denuncié por robarme el perfume. Ayer lo busqué, no lo
encontré, mi mamá me dijo que no sabía donde estaba y cuando fui a
dormir a tu casa lo encontré.
- ¿Yo?
Yo no te robé ningún perfume, no tengo ni idea de como llegó a
casa...- se rió avergonzada.- ¿Quién va a querer poner tu
exquisito perfume en el ambiente para tenerte cerca? A nadie se le
ocurrió.
- ¿Lo
usaste de perfume de ambiente? Vos no tenés ni idea de lo que vale
ese perfume ¿No?
-
Después te compro uno... Es que los perfumes de hombre me vuelven
loca, y el tuyo es riquísimo.
- Me
lo regalaron cuando hice la campaña.
-
¿Hiciste una campaña de polo? ¡Los más caños la hacen!
- Si,
la del año pasado.
-
Pará, pará... Jodéme que ¡Ay si! ¡Vos eras el caño de la chomba
verde! ¡Ay Peter, me muero, eras vos! - él se rió y asintió.-
Okay, lo dictamino. No se te ocurra ir a Inglaterra, porque mis
amigas pasaban jodiendo con el caño de la chomba verde.
- Si
voy con vos, podés hacer alarde.- juntó su nariz con la suya.
- Me
encantaría.- se mordió el labio y lo besó. Había algo de él que
la volvía loca.
-
Estem, con permiso.- el carraspido los separó.- Veía a ver como
seguías de la fiebre.- le pasó el termómetro y ella lo colocó
bajo su brazo.- ¿Te duele algo?
- La
panza, pero de hambre.- Peter se levantó y salió.
-
¿Cómo está tu papá?- miró las pantallas despreocupadamente.
- ¿Mi
papá?
-
Salvador Espósito, lo conozco.
- Está
bien, en Inglaterra ¿De dónde lo conocés?
- Es
muy cercano a mis padres.
-
Ah...
- Por
eso la relación confianzuda, yo ya te conocía, aunque eras la chica
la última vez que te vi.
- No
es raro que no me acuerde de vos. Las personas tan fastidiosas son
olvidables. - él se rió.- Ná, hablando enserio, me olvide de
muchas cosas de acá cuando me mudé.
-
Igual... vos nunca me viste, aunque yo a vos sí. Tu burbujita rosa
te impedía ver más allá de la vereda de tu casa.
- Ey,
no me agredas. Siempre fui muy consciente de que tenía mucho más
que otras personas.
- Es
verdad. Una Espósito menor de edad trabajando.. que deshonra para la
familia, no sé como te dejaron.
- No
entiendo como me... nos, conocés tanto.- le entregó el termómetro.
- 37.
Bajó la fiebre... estás mejorando.- sonrió.- Vuelvo más tarde.
-
Esperá ¿Cómo te llamás? Así le pregunto a mi papá.- él se giró
en la puerta.
- Me
llamo Cristóbal. Cristóbal Espósito.- sonrió y salió.
............
- ¿Te
pusieron alguna droga nueva? Estás ida.- la miró.
-
No... dijeron que estoy mejorando.
- ¿Qué
te pasa?
-
Nada... ¿Hoy te vas a quedar?
- No,
Emilia quiere quedarse ¿Por?
- No,
por saber. Quería hablar con ella.
-
¿Puedo saber sobre qué?
- Un
temita familiar.- frunció la nariz, restándole importancia.
- Ah,
mejor no me meto.
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SATURADAAAAA
Si querés que te avise cuando publique un nuevo capitulo, twitteame a: http://www.twitter.com/CamiAmaral7 y te pongo en la lista. Sugerencias, dudas y comentarios respecto a la novela también en twitter.
COMENTARIOS SOBRE EL CAPITULO, EN EL BLOG.
¡Que lindo cap! estuvo bueno... Un beso grande, y gracias por avisar en twitter..
ResponderEliminar@Aremyhapiness
ay me encantaaaa!! me gusto el cap :)
ResponderEliminar@francigatica
mas noveee
ResponderEliminarmaas noveela! me encantoo! quede en shock tiene un hermano? jajhdhfhfff
ResponderEliminarHermano no reconocido ?? Más!
ResponderEliminarvale_cadenas
Apareció un hermano ¿doctor?,creo k en un momento me despisté(sueño,jajaja),y x tantas preguntas pensé k era un periodista k se había colado.
ResponderEliminarWow! Eso no me lo esperaba! Mas noveeeeeeeeeeeeee
ResponderEliminarMas tiernos!!. Mas Nove!!
ResponderEliminarmasss ♥
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