CAPITULO 39.

- ¿En dónde estamos?- consulta por décimo tercera vez. La única diferencia era que ésta vez, ya estaban en la puerta algo vieja de un lugar.

- En un lugar lindo.- esa había sido su respuesta en todo el viaje. Y ella siempre habías puesto mala cara, y él siempre se había reído. – Es un parque de diversiones.- explicó al bajar.

- ¿Esto?- señala la puerta sin abrir.

- Si, está un poco abandonado. Fue uno de los proyectos de Ricardo que no sirvieron mucho. Quiso meterse en el área infantil pero no le fue muy bien. – hizo fuerza para correr la puerta movediza, la dejó pasar y cerró.

- Wow… - mira a su alrededor.- Esto es muy grande.

- Si. Nunca entendí porque no uso el lugar para algo más, pero bueno. Yo me aprovecho.- ella movía sus manos por algunos juegos, aunque no le importaba que se ensuciaran de tierra.

- ¿Ya viniste con alguien más?- lo mira de ojos fruncidos, ya que el sol le pegaba en la cara.

- No.- levanta las cejas.- Bueno si, pero no es muy lindo el recuerdo. Ese día tuve una pelea gigante con Belén…Pero se supone que no se habla de ex en las citas ¿No?

- No – y ella niega muerta de risa. Se detuvo cuando quedó enfrentada a la calesita https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEhd6gAyTeaGer2iAVMrQD6saAHzzS81WpgNKanDY7uLgsQsv0pWfjZ0Nhc1solU3Y1-j4LYpaJRacq4Oi4A0PJNV9KID1vUiJBfVpFsI-tYFljt1c_KrWMR_RCJTg6ibs0-pNNTYB2mg/s1600/calesita+%25281%2529.JPG] . La miró con detenimiento y luego a Peter, avergonzada por sus pensamientos.

- ¿Te querés subir?- la miró con una sonrisa demasiado tierna.

- Si, pero me da un poco de vergüenza. Voy a quedar como una nena ¿No?

- Me encanta cuando sos nena.- la rodeó por la cintura.- Y no tenés que sentir vergüenza de nada… acá estamos solo vos y yo.

Unos minutos después, cuando limpió el caballo que más le gustó y Pedro encontró la forma de hacerla funcionar, estaba encima del caballo que daba vueltas y se reía como loca. Cada una vuelta veía a Peter mirarla con una amplia sonrisa y manos en los bolsillos, y a cada vuelta lo veía más hermoso, más a su medida.

Pero en una de las vueltas desapareció, y Mariana se asustó.

- ¡PETER!- grita fuerte, el hecho era que no quería bajarse de ahí.- ¡PETER! ¿¡DÓNDE ESTÁS?!

- Acá.- una voz le habló del otro lado y se giró tan rápido que casi se cae.

- ¿Qué hacés acá?- lo mira con una sonrisa.

- Necesitaba hacer esto más perfecto. – sonrió, antes de juntar su boca con la suya. La calesita seguía girando, y ella perdía la noción de las vueltas.

Cuando empezó a quedar un poco mareada, se bajó y él la ayudó. Caminaron un rato por el borde de un rió, y se metieron en un bosque, en busca de un lugar llano para armar el picnic – que Peter había armado en su mochila, con ayuda de Luz.

- No, la reconcha de mi madre.- se frenó y la apretó por la espalda. La obligó a girar, pero seguía dándole la espalda.

- ¿Qué pasa?

- La puta madre, la puta madre… - estaba gritando como loco.

- ¿Qué pasa?- insiste.

- Una araña, una araña.- se apretó más fuerte a ella.

- ¿En dónde? – y él la señaló de ojos cerrados.- Ay, sos un exagerado… - http://www.meruadventure.com/joomla/components/com_ponygallery/img_pictures/20071111_1029234873_la_bebe_arana_mona.jpg. Acerca su mano a la altura de la araña, y ésta se subió a su mano.- No hacen nada ¿No ves? Son inofensivas a menos que las ataques.- se dio vuelta y se la mostró.

- No, qué hija de puta, la puta madre sacála, Lali…- y ella se la acerca más.- ¡Sacála, sacála, por favor, sacála! ¡Tengo miedo, sacála!- se quejó y ella se rió. La deja en un árbol y la trepadora escaló, perdiéndose de vista.

- Sos un llorón…- se rió.

- No soy un llorón. Le tengo asco, es el bicho más repugnante que vi en mi vida.

- No hacen nada, Peter. ¿Sabías que las arañas que te pueden envenenar son las chiquititas? Éstas no te hacen nada.

- ¿Cómo sabés tanto?- pero no deshizo su agarre, ahora caminaba con más cautela.

- Pasé un mes en el verano en las Cataratas del Iguazú cuando papá tuvo que hacer una obra. Nos hospedamos en un hotel que quedaba en el medio de la selva y se veían arañas muy seguido. Al principio yo también les tenía un poquito de asco, pero después de la primera semana me acostumbré.

- Son un asco.- y su cara acompañó la opinión.- ¿Por qué no volvemos para allá, mejor?

- No seas miedoso ¿Querés? – y saca unas hojas de su cara. – Ay, mirá Peter, qué lindo…- se muerde el labio cuando frente a sus ojos ve una cascada de agua. http://lanaturalezahabla.megustaescribir.com/files/2010/12/Cascada.jpg

- ¿Qué hacés?- consultó sorprendido cuando vio que se deshacía de las sandalias y el vestido. Ella era de esas qué, hasta que no hubieran grados bajo 0, andaba como si fuera siempre primavera. No le dio tiempo a que le hiciera otra pregunta, y se tiró de lleno en el agua cristalina.- ¿Vos estás loca?- consultó cuando sacó la cabeza del agua.

- Sos un aburrido… Mucho romanticismo pero no sabés nada sobre diversión.- le saca la lengua y nada mariposa en dirección a la cascada. – Tiráte, bobo. Está re linda. – él se sacó una zapatilla y puso el pie en el agua.

- ¡Está helada!- se quejó.

- ¡Aburrido! – le grita. Se hunde más abajo en el agua, y desabrocha el corpiño. Toma impulso y lo tira a sus pies, él se rió. Se sacó la remera, el short, la zapatilla faltante y se tiró.

- Vos si que podés ser convincente, eh…- señaló, cuando hubo alcanzado su cuerpo.

- ¿Qué, lo decís por el corpiño? Ah, me lo saqué para que no se ensucie.

- Te das cuenta de que somos la pareja perfecta ¿No?- alcanzó su cintura, y la llevó delicadamente, hasta tenerla pegada a su pecho. Pecho con pecho.

- ¿Por qué lo decís?

- Porque nos complementamos. Yo pongo lo romántico y vos lo divertido, vos pones la energía y yo la tranquilidad… No sé, siento que esto es perfecto.

- Lo es.- sonrió.

- Vos sos el factor perfecto. ¿Te acordás que hace como un mes vos dijiste todas mis virtudes?- y asintió, colgada de su cuello y pataleando en el agua.- Bueno, ahora me toca a mí decirte.

- Bueno, te escucho.- sonrió.

- Sos… sos genial. Sos compañera, sincera, divertida, linda, humilde, buena persona, fiel. Podría estar mil horas diciendo todas las cosas lindas que tenés pero creo que en realidad, lo que más amo de vos, es que me enseñaste a amar, a sentir de una manera diferente. Yo sé que… se supone que en la cita perfecta no hay que hablar de ex ¿No? Pero no sé, con Belén todo era totalmente diferente a como es con vos. Y todos los días de la vida me pregunto dos cosas… la primera es porque no te vi antes… y la segunda es de dónde salió tanta suerte como para que hoy te tenga acá. No sé, es que te miro y no lo puedo creer, como me pudo tocar una persona tan perfecta… me pregunto que hice para merecer esto.- y entonces le sonrió, mordiéndose el labio.

- ¿Sabés qué? No te preocupes más por lo de la cita perfecta… me di cuenta de que el momento perfecto, es cualquiera en el que esté al lado de vos. – él sonrió.

- Te amo.- la miró con una intensidad diferente.- Con el alma.

- Yo también, yo también te amo.- le sonrió para unir sus labios con los suyos.

Sólo tú, no necesito más,

Te adoraría lo que dura la eternidad,

Debes ser perfecta para,

Perfecto para,

Perfecta para mí, mi amor.

Debes ser perfectamente,

Exactamente,

Lo que yo siempre soñé.

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