CAPITULO 35.

Se movió inconscientemente cuando sintió los ruidos en la escalera. La voz de Vico se escuchaba, junto a la de Candela. Se levantó rápido y se apoyó en la puerta, justo a tiempo para evitar que él pudiera abrirla.

- ¡NO! - se quejó.

- ¿Qué pasa? - bufó con voz dormida.

- Eh... no podés entrar, Victorio. ¡Victorio, basta!- se queja porque él no dejaba de hacer fuerza para abrir. Apoyó su espalda en la puerta e hizo fuerza.

- ¡Lali dejáme entrar, es mi cuarto!- se quejó. Peter se giró, apoyó todo su peso en los brazos y le sonrió. Así, dormido y en esa posición, odiaba a Victorio más que nunca.

- ¡Te estoy diciendo que no podés entrar! ¡PODES PARAR UN POCO LUCAS!

- ¡NO ME DIGAS LUCAS!- le pegó más fuerte a la puerta, odiaba que lo llamaran por su segundo nombre.

Pedro se levantó de la cama y caminó hacia ella, creyó que ayudaría en algún modo. Parecía un modelo... ah, no. Cierto que era un modelo. De boxer azul, pelo revuelto y sonrisa matadora. Llegó hasta ella, se pegó a su cuerpo y metió la cabeza en su cuello. Le golpeó la espalda, y se pegó a la puerta.

- ¿ME PODES DECIR PORQUE NO PUEDO ENTRAR? ¡LALI ME ESTOY MURIENDO, NECESITO MI ROPA Y BAÑARME!

- ¡ME ESTOY...!- Peter la estaba haciendo erizar- Me ess...toy ¡ME ESTOY CAMB-BIANDO VICO BA-ASTA! - y la última palabra en realidad, era para Peter, también.

- ¡Cuántas veces te habré visto a medio vestir, petiza!

- ¿Cuántas? - Peter la soltó y abrió la puerta.

- Ajajjajaa, pensé que estabas durmiendo, ché... ¿Te sentís mejor?

- No sé si te das cuenta, pero estamos en el medio de algo ¿Por qué no dejás tu ataque urgente de higiene para otro momento u otra habitación? Gracias.- cerró la puerta y ella lo miraba sorprendidísima.

- ¿Vos estás loco? ¿Cómo le vas a decir eso?

- ¿Mentí?

- No pienso hacer nada ahora, hay gente despierta.- señala-

- ¡Y bueno! Me despierto, y vos estás medio desnuda apoyada sensualmente contra la puerta... soy hombre, viste.

- Sensualmente, nada que ver...- insinua un que hambre.

- Dale, un ratito.- besó su boca como todo un seductor. Se separa, mira a su alrededor. - Son mis hormonas, no las controlo.- se quejó.

- Okay, vamos a calmar a tus hormonas. - lo lleva de la mano hacia el baño, él sonrió. Se estira, abre el agua fría y lo empuja.- Un bañito de agua fría, y se te calman todas las hormonas. - Se ríe. Él se resbaló y cayó sentado en el suelo.- ¡Ay! ¿Estás bien?- lo mira.

- Me hice mierda...- se tocó la espalda con cara de dolor y le estiró una mano para que lo ayudara. La tomó sonriendo, y cayó sobre su cuerpo con naturalidad. La ubicó a horcajadas de su cuerpo, con el agua cayendo.- Te engañé...- confesó con su boca en su cuello.

- Yo te engañé... ya sabía.

- Uy, qué mala...- y subió su mano por su espalda hasta encontrar el corpiño. Se deshizo de él y se levantaron, porque sino era difícil sacar las prendas inferiores. La pegó contra la pared, y el contacto total de su masculinidad le arrancó el primer gemido. Se colgó de su cintura y él sonrió, comenzando con los movimientos. Placer, amor... perfección.

Dejame navegar de mi mente a tu cuerpo,

Dejame anidar en tu corazon,

Dejame conectar mis ansias con tus besos,

Tengo sed dame un trago,

Dame agua de amor.

- Lali...

- Mjm...

- Mi amor...- sintió los besos de Peter por tu espalda.

- ¿Queeeeé?

- Vamos a desayunar...- pidió.

- Tengo muchísimo sueño... Andá vos, yo bajo más tarde... - se abrazó más a la almohada.

- Me da verguenza bajar solo, acompañáme... - su voz era la timidez personificada.

- Dejáme dormiiiiiiiiiiiiir.- pidió. Él la giró, dejándola boca arriba y junto su boca con la suya.- No quieroooo, dejáme acá...

- Bueno, me quedo acá... cuando empieces a sentir que me suena el estómago, no vas a poder dormir,y te vas a sentir culpable de tener un novio que se está desnutriendo.

- ¡Sos tan exagerado! - se rió, subiéndose sobre su espalda.- No es mi culpa si vos sos insaciable y querés matraca todo el día nene. Soy una persona, me canso, viste. - él se rió.

- Sos una persona tentadora.- señaló.- Estoy feliz.

- ¿Por?

- Porque estamos juntos otra vez...- obvió y ella sonrió..

- Bueno, ahora que me desvelaste, me visto y vamos a comer.- avisa levantándose, y agarrando el bolso del suelo.

- ¿Te trajiste ropa?

- Si, supuse que me iba a quedar a dormir.

- ¿Y por qué no trajiste pijama? - se sentó en la cama.

- Nunca llevo pijama a las casas de los chicos, siempre me prestan una remera o algo.- él la miró mal.- No me mires así nene, pagá derecho de piso, ellos me conocieron antes.

- ¿Te conocen tanto como yo?- se agrandó.

- Más que vos, me conocen.- responde después de ponerse el vestidito blanco [ http://estaticos01.telva.com/imagenes/2008/06/27/1214565515_extras_noticia_foton_5_0.jpg ]

- ¿Ah, si? ¿Y con cuántos de ellos hiciste el amor en la ducha? - consultó.

- ¿Enserio querés que te responda eso? - levanta las cejas. Él se mordió el labio y miró al costado.

- No podés mentirme en eso... Sé bien que yo soy el primero...- se pegó a su cintura, y juntó su nariz con la suya.- Y el último.- y lo dijo con satisfacción.

- Mmm... confías demasiado en mí... a los hombres les gusta que les digan que sos el primero... Es un truco que nunca falla.

- ¿Ah, si? ¿Y cómo se llamaba el primero?

- Mm... no me acuerdo mucho, creo que era Jhon... o Taylor, ¡Ah no! Creo que fue el del viaje a Francia... Pierre.

- Qué lástima que no te acuerdes... porque yo si me acuerdo de la chica de mi primera vez... Belén se llamaba. Bah, se sigue llamando.

- ¿Ah, si? - y se apegó a sus labios con sensualidad.- No me pongas a prueba, porque puedo dejarte deseando ¿Sabés? Y puedo dejarte solo por mucho tiempo...

- Entonces me voy a tener que ir a buscar en otra lo que vos no me das...

- Vamos a ver si encontrás a una que te haga sentir un poquito de todo lo que te hago sentir yo... - él se rió.- ¿De qué te reís?

- De que tenés razón... Mirá...- llevó su mano al pecho de él. El corazón le latía como loco.

- ¡Ay Peter! Estás loco...

- Suena a un chamuyo, siempre pensé que lo era, pero... por vos, estoy loco. 

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