CAPITULO 78.

- ¡Buen día bombón! ¡Arriba! - le deja un beso en la mejilla y descorre las cortinas para dejar que entre el sol. A pesar de que se está en pleno invierno, el día beneficia con un sol medio tibión.
- ¿Ya me tengo que levantar? - habla de ojos cerrados.
- Si, son siete y diez... 
- ¿Por qué me despertás más temprano?
- ¡Ay Peter! Dale, hay un día lindo, dale, dale... - él abre los ojos y la ve, con el pelo desacomodado porque se acaba de bañar, pero ya se vistió.
- Dejáme dormir un poquito más...- se gira para darle la espalda. Ella se tira sobre su cuerpo, besa su oído y luego su cuello. 
- Y simulando mojarle el oído, le besó el cuello y le dijo... Me gustas tanto... quisiera aprenderme tu nombre... - le canta y él se ríe. Se gira y ella queda sobre su cuerpo.- Dale, levantánte... 
- Bueno, pero con una condición... 
- ¿Cuál?
- Que me despiertes todos los días...- muestra todos sus dientes.- O sea, que me despiertes todos los días después de haber dormido, comido y... vivido, acá.
- Uy, que pesado que estás eh...- se ríe y deja un beso encima del lunar. 
- Ná, con otra condición... No esa, con eso no presiono más. Ya que hay tiempo ¿Me acompañás y vamos a comprar facturas a la confi?
- Bueno, pero comes vos. Yo no que estoy a dieta, eh.
- No, no, no. Vos comés conmigo.- señala.
- Dale, Pitt, no me hagas ésto.
- A ver, yo soy modelo y trabajo con el cuerpo ¿No? Y me doy el lujo de comer facturas y todo lo que se me antoje. Entonces vos también. Aparte estás bien... - ella se muerde el labio y se para a alcanzarle ropa para que se vista.- Si querés estar en forma, andá a un gimnasio, no te prives de comer cosas ricas. Yo voy al gimnasio debes en cuando, hago los entrenmientos intensivos y listo.- ella la mira con desconfianza.- Dale, vas conmigo si querés.
- Es increíble como me modificás la vida.- niega con la cabeza y se mete en el baño para, finalmente, peinarse. 
- ¿Eso es un sí? - ella suspira.
- Es un sí a todo. No sé para que aplazo cosas que sé que te voy  terminar diciendo que sí. 
- ¿Todo? ¿Todo, todo? ¿Lo de vivir acá también? - y ella suspira mientras se peina el flequillo.
- Primero voy a hablar con tu mamá, a ver que opina. Y después te digo.
- Ah, hablando de mamá... No le habías dicho que papá estuvo acá.- recordó la charla de la noche anterior. 
- Decime que no le dijiste.- lo miró y él asintió. - ¡Peter!- se queja. 
- Bueno ¿Yo que sabía que no le habías dicho? 
- No la quería preocupar, Peter. No sé para que le habrás sacado el tema ¿La querías amargar? - se queja mientras revisa que esté todo en su bolso marrón. 
- Le quise preguntar como estaba, nada más.- bosteza mientras se pone las zapatillas. Pedro es lento como él solo cuando recién se levanta. - Ayer me exalté un poco y no te pregunté... ¿Qué pasó realmente? No te  hizo nada ¿No? - ella lo mira.
- No. Golpearon, abrí la puerta, cerré porque tu madre estaba adentro, le pregunté que quería. Me dijo que quería hablar con tu mamá, le dije que no estaba y se fue.- él levanta las cejas.
- Rarísimo que mi padre te haya creído y se haya ido.
- Si, no sé. Vos sabrás.- se encoge de hombros.
- Estás segura ¿No? No mientas. 
- Ay Peter ¿No me ves que estoy bien? - da una vueltita. 
- Muy bien, estás.- y sonríe.- ¿Vamos a comprar? - le estira la mano y salen juntos. 
Están en el colegio y tienen hora libre. No se sabe que le pasa a los profesores del instituto, últimamente, que faltan todos al mismo tiempo. Ningún estudiante se queja. 

- ¿Y de Italia? - quiere saber Euge. Pedro habla con ella sobre los regalos que le había traído a su novia, aunque todavía no se los dió.
- De Italia...- frunce la frente para pensar.- Ah, una máscara veneciana... y un vestido que me dijo Manu que le iba a gustar. De todos los lugares le traje algo típico y ropa en realidad. 
- Ropa de todos los lugares del mundo... Un sueño hecho realidad.- Candela se apoyó en el hombro del único hombre que en ese momento se encontraba en el grupo. 
- ¿Dónde están Vico, Agus y Lali? Tengo hambre, ché.- Eugenia se agarra la panza. Los mencionados fueron los encargados de traer los pedidos de la cafetería o el kiosco. Fue cuestión de minutos para que los tres llegaran: Agustín con una bolsa y una guitarra, la morocha en los hombros de Victorio y gritando para que la bajara.
- ¡Basta!- le muerde el hombro, y el castaño la deja en el piso. 
- ¿Qué es eso que tenés en la espalda? - Lali se tapa y le sonríe.
- Un golpe.
- ¿Cómo te lo hiciste?
- Me golpeé ensayando.- revolea los ojos y mira a Eugenia. Detesta que su novio se preocupe tanto.
- ¿Para qué trajiste la guitarra? - quiere saber Rocío, mientras le da de punta a una tableta de chocolate.
- Lali dijo.
- Si, es que como ahora por un mes no voy a grabar demos, no quiero perder la práctica. ¿Cantamos una todos juntos? - está de buen humor.
- Yo no puedo, tengo que cuidar la voz para los conciertos del fin de semana.- anuncia Rochi.
- ¿A dónde vas? - quiere saber Pedro.
- A España.- aplaude emocionada. Está feliz de al fin a ver atravesado algún océano. 
- ¡Esa!- choca la mano con Mariana. - Bueno, entonces canto yo sola. 
- Tomá.- Agustín le pasa la guitarra.
- ¿Me estás jodiendo? No sé tocar la guitarra, solo unas pocas canciones.- le recuerda.
- Bueno, entonces cantá una de las que sepas. Tengo los dedos entumecidos por el frío y  no puedo tocar.- explica.
- Dame, yo toco.- Peter agarra la guitarra. Ama escuchar cantar a su novia, y por eso no le molesta digitar la guitarra. - ¿Cuál?
- ¿Conocés “El amor de mi vida” de Ricky Martin?- y él sonríe embobado.- No te emociones, no te la voy a cantar a vos.-  y él ríe, antes de empezar con los acordes. 
No sé como empezó, 
Solo sé que sucedió... 
Fue talvez sin darme cuenta.
No podía ver la luz, 
Hasta que cerré mis ojos, 
Y desperté pensando en ti... - claro que en la primera estrofa, tiene que mirar a su novio. A ese que ama. 
A veces me parece, que es todo una locura, 
Un sueño sin sentido... 
Mientras estas lejos, espero siempre aquí, 
Que lo nuestro vuelva a ser, 
Porque pude comprender... - y después mira a sus amigas, porque le hace gracia que tengan las manos elevadas en el aire y las muevan como si estuvieran en un concierto. 
Que eres el amor de mi vida, 
Me lo dice mi corazón que no te olvida... 
Ahora tengo una razón para existir, para vivir... 
Y puedo ser feliz, 
Porque ahora sé, 
Que eres el amor... 

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