lunes, 26 de marzo de 2012

CAPITULO 10.



- ¡Piiiiiiitt!- sintieron la voz al otro lado de la calle y enfrente había un parque enorme. Habían entrado en un barrio privado, y en la plaza habían muchos chicos, de los cuales conocía a la mayoría.

Mientras se acercaba, después de cruzar la calle, divisa más claramente a las seis personas, sentadas sobre una gran manta a cuadros, con una bandeja en el medio, una guitarra a un costado y el mate en manos de Candela.

- Lali ¿Qué hacés acá?- Eugenia la miró sorprendida cuando se sienta a lo indio al lado de Peter.
- Yo la invité.- sonrió Pitt, orgulloso.
- ¿Pasa algo de que haya venido?- consulta.
- No, obvio que no. Solo que no te esperábamos...- sonrió Rocío.- Ellos son María y Benja, son mellizos y van al cole, no sé si los viste.
- No, no presté mucha atención. Un gusto, soy Mariana pero me dicen Lali.
- Igual.- sonrieron los dos.
- Agustín y Vico habían ido a comprar facturas, estaban por volver así que se van a volver locos...- sonrió Euge.
- Si, eso espero, ni siquiera se aparecieron por el colegio ésta semana...
- La vagancia en persona...
- ¿Hablaban de mí? - Agustín y Victorio se sentaron con una bolsa entre manos, despistadamente.
- Si, su amiga nos estaba contando de lo vago que eran y complementábamos la opinión diciendo que lo siguen siendo.- sonrió Meri.
- ¡Na, jodéme! ¡Volviste petiza!- Agustín atravesó la manta arrodillado, llegó hasta ella y la abrazó.
- ¿Vos me estás jodiendo, Agustín? ¡Te mandé como mil mensajes avisándote de que volvi!
- Lo tengo sin batería petisa, estoy desconectado de la sociedad.
- ¿Cómo estás loca?- Victorio la levanta y la gira por los aires.
- ¡Ay para Vico! Jajaajaja pará, basta, me vas a hacer arrojar todo. - se ríe y él la baja.
- Yo si tengo batería, y a mí nunca me llegó ningún tipo de mensaje avisando que volviste. Sino sabés que sería el primero en estar ahí.
- Pero el primero fui yo.- se enorgulleció Poli, que tenía un pan con grasa y el mate entre manos.
- Y no me avisaste nada, cara rota.- le dejó un golpe pequeño en la nuca antes de sentarse y sincharla a ella de la mano para que se sentara a su lado.
- Es que supuse que alguien te iba a avisar... pero parece que no fue tan relevante el hecho de que volviera después de tres años ¿No? - lo mete al pasar. - Ayer no me avisaste que no pasabas por casa, Ro.
- Si, es que me quedé a dormir en la casa de Cande, y nos dormimos, para cuando me desperté me pareció que ya debías de estar en el cole hace horas.
- Ah... ¿Vos también te quedaste Euge?
- No. Yo me dormí a secas, en mi camita.- Eugenia + Cama = Un solo corazón.
- Chicos ¿Ustedes piensan arrancar el año así? ¿Ustedes con una semana de faltas?
- Bueeno, las reponemos y no faltamos a fin de año.
- Si, los quiero ver. Mientras yo esté durmiendo, empezando mis vacaciones una semana antes porque voy a faltar como siempre, ustedes van a estar yendo a clase.
- Ah, pero volviste más filosa que cuando te fuiste, eh... - se rió Agustín.
- Bueno, basta, estoy muy cansada de hablar, charlen ustedes mientras yo descanso.- se tira hacia atrás, apoyando la cabeza en las rodillas de Vico.
- Volviste menos fiestera también, eh... Aunque siempre fuiste la menos fiestera del grupo.
- La más cuidadosa del grupo.
- Ah, si. La invité a la fiesta del sábado que viene, también.- sonrió el que, se enteró, se llamaba Pedro en realidad.
- Bueno, la estás invitando a muchos lados vos ¿Qué anda pasando?- Eugenia lo miró con picardía.
- Y nada, como tiene unas amigas que no le dan ni bola, yo la invito para que se sienta bienvenida ¿viste?
- Ay... ¿Te sentiste muy sola? - Eugenia estiró su mano hasta acercarla a la suya.
- Si, un poco... nada grave.- negó.
- ¿Nada grave? Si no llegaba yo se tiraba por la terraza del colegio, más o menos.- se rió Peter. Le pasaron el mate pero lo siguió hacia Rocío, sentada a su lado.
- Ah bue, ah bue, ah bue ¿Me vas a cobrar toda tu vida el hecho de haberme acompañado por un día?
- Sh... estoy intentando hacerlas sentir mal.- le habló bajito, pero obviamente todos escucharon.
- Ah... Ah, bueno, dale, dale nomás.- los dos se rieron.
- Y ahí viene la parte en la que nos confiesan que están perdidamente enamorados el uno del otro, se acercan en cámara lenta, desaparecemos todos de cuadro, las hojas secas se levantan en el aire y se besan ¿No?- que imaginativa que podía ser la flaca Candela.
- Si, claro.- se ríe.
- No, aparte parece que Lali ya tiene un candidato al final de película, eh...- lo mira de ojos grandes, apreta los dientes rogando que se callara y él se ríe.
- ¿Y eso?
- Nada, pavadas que inventa.
- ¿Ah, si? No sonó muy a pavada.- y Rocío conocía a su amigo para saber cuando inventaba y cuando no.
- Nada, presenció media discusión con mi compañero de trabajo y cree que puede enjuiciarme.- le sacó la lengua y él se rió.
- ¿Tu compañero de trabajo? ¿El bailarín?
- ¿Bailarín?- María te miró sorprendida.
- Soy asistente coreográfica general.- y se sentía mucho mejor de llamarse así.
- Hasta hace dos días eras “bailarina de prueba” - se rió Euge.
- Bueno, pero ahora encontré un nombre más técnico. Nada, hubo un... algo así como un roce con él y nada, después no sé que le pasó que se puso re loco porque le dije que no me tenía que llevar porque iba para el otro lado.
- ¡Jodéme que se puso celoso! - Candela tenía la bombilla entre sus labios delgados (como el resto de su figura) y parecía presenciar todo como una película.
- El caso es que no puede ponerse celoso porque lo conozco hace cuatro días y lo único que hubo fue un beso... o bueno, dos.
- ¿Coreográficos o Reales?- levantó las cejas Victorio con recelo.
- Co... - todos la miran.- Bueno si, fueron besos reales, que quieren que les diga...
- ¿Y se puso celoso el flaco ese? ¿Le dijiste que venías para acá?- cuestionó Agustín.
- No, le dije que no iba para mi casa, tampoco le voy a contar lo que hago y dejo de hacer en mi vida.
- ¡Esa!- Euge levantó su mano y la chocó con la suya, era la mujer que tenía más cerca después de María. Benjamín la miró y ella se sonrojó completamente.
- ¿Perdón? ¿Me perdí de algo?- se vuelve a sentar con la espalda recta, habían demasiadas cosas interesantes como para poder descansar.
- ¿Eh?- la miró ella.
- La mirada de rubios ¿Por algo en particular?
- Otro que roce... - Pablo metió un comentario entre tosidos falsos y Mariana ríe. Siempre ríe.
- ¿Estuvieron barra están juntos? - los mira, primero al que no conocía y luego a su amiga de años.
- No pasó nada.- los dos al mismo tiempo, con voz rápida y alta.
- Ah bue, ese no pasó nada me sonó a “pasó todo” - se ríe, y algunos más la acompañan.
- Desliz en un boliche con mucho alcohol de por medio. Los chupones los vimos todos, menos ellos que no se acuerdan.- explicó Meri.
- Ah, pero entonces no vale si estaban en pedo.
- ¡Esa!- Benjamín chocó su mano.
- ¡Ay por dios! ¡Se tienen las re – ganas! Para mí que se acuerdan y se hacen los boludos, si se sonrojan todos cuando se habla del tema.
- No te olvides de las fotos, Cande.- se rió Agustín cuando le pasó el mate.
- ¿Ay fotos? ¡Ay yo las quiero ver!- habla con la boca un poco llena, una factura de dulce de leche que Vico le había pasado.
- En éste momento estoy tan feliz de que hayas vuelto...- ironizó la rubia de pelo corto.
- ¡Mala! - todos se rieron.

Y la tarde continuó así; entre risas, anécdotas sobre algún boliche o salida, algún relato de Inglaterra.
El cielo empezó a nublarse como a las ocho y media, así que prefirieron levantar las cosas e irse antes de que empezara a llover.
Victorio se fue a dejar a Cande – la que vivía más lejos – y Meri que era su vecina, junto a Rochi, Pablo y Agus; Eugenia, Peter y Mariana viajaron con Benjamín en dirección a tu hogar.

Y empezó a llover torrencial.
Y el auto dejó de funcionar a dos cuadras del edificio.

- ¡Mi3rda!- se quejó Benja y golpeó el volante con las dos manos.
- ¿Otra vez la batería? No seas amarrete y lleva el auto al taller, querés..- se quejó Peter.
- ¿Lo empujamos a lo de Lali y llamamos para que nos den energía?
- ¡Yo no pienso bajarme!- Euge se cruzó de brazos, Benja bufó.
- Dejá, Benja. Yo acompaño a Lali a la casa así no se queda acá al pedo. Llamá que yo ya vengo. ¿Vamos La?- consultó y la morocha asiente. No dice nada, pero le encanta que le diga La.


Bajaron del auto y corrieron las dos cuadras al edificio. Llegaron bastante más secos de lo esperado.

- ¿Querés pasar?- lo mira cuando se quedó en la puerta.
- No te diste cuenta ¿No?- se rió.
- ¿De qué?
- Lo hice para dejarlos a solas..
- Ah.- se ríe.- que buen amigo sos, mojarte para ayudar a Benja...- Suelta el bolso y las llaves en el suelo, y se sienta a su lado bajo el techado.
- En realidad, lo hago más que nada por Euge. Le gusta posta pero se pone muy nerviosa y no sabe que hacer...
- Te llevas muy bien con las mujeres...
- Al estar solo con mamá aprendí que es lo que una mujer necesita, como tiene que ser tratada.
- ¿Y no tenés novia, dijiste?
- No. - se rió, miró la lluvia.- ¿Por qué las mujeres se vuelven locas por un beso bajo la lluvia?- y te mira.
- No sé, nunca me besaron bajo la lluvia.
- Lali...
- ¿Qué?
- Tu compañero... Gastón ¿te interesa?
- ¿Cómo hombre, decís? - él asintió.- Hasta ayer, si. Hoy no quedamos en la mejor situación, así que hoy, no. ¿Por qué? - él se paró y estiró la mano.
- ¿Qué hacés?- se levanta, él la sincha despacio hasta bajo el agua.- ¡Estás loco!- se encoge por el frío.
- Hay que aprovechar hoy... Quiero saber que tiene de especial un beso bajo la lluvia.- sonrió y con mucha suavidad, juntó sus labios con los de ella.


Una descarga eléctrica bajo y volvió a subir, desde su pecho hasta los pies unas cuantas veces. Sus manos fueron a los hombros de él, las suyas estaban en las suaves de ella.
Sentía paz, infinita, y una explosión en el estómago, algo que la quería hacer reír, pero, la situación era linda como para arruinarla así.

- ¿Y? ¿Qué se siente ser besada bajo la lluvia?- se separó después de unos minutos y sonrió.


- ¡Lali! ¿Qué te pasó?- apoya su cuerpo empapado en la puerta, después de cerrarla.
- Ser besada bajo la lluvia es la cosa más increíble que me pudo pasar.- se muerde el labio y sonríe.
- ¿Me estás jodiendo? ¡Te vas a agarrar una neumonía!
- Sonaste como mi madre, Emilia.
- ¿No tiene veinticinco años? ¡Un poco más de responsabilidad, ché!
- Eh... si...
- ¿Y ese tono de voz dubitativo?
- Eh... en realidad no fue Gastón el que me besó bajo la lluvia.
- ¿Cómo?- la miró sorprendida.- ¿Quién fue?
- Pedro, un compañero del colegio...- entra en el cuarto sacándose la ropa.
- Mira mi sobri... saliste ganadora, eh... ¡Pero no importa! Sabés que si te enfermás y tenés problemas respiratorios te puede traer muchos problemas con el baile.
- Tenés que pedirle a alguien que te bese bajo la lluvia, tía. A Nicolás.
- ¿Estás loca? Es mi jefe, y está casado.
- ¿Ah, enserio? Bueno, conseguí a alguien que te bese.
- ¡Desubicada!
- ¡Te amo! 

5 comentarios:

  1. Mas novela!" no me encantoo! me encantoo dsjkkhdihjz

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  2. K buena excusa Peter,lo hiciste x Euge y Benja,ni tu te lo crees,lo hiciste para irte tu con Lali, y aprovechaste muy bien la lluvia.

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  3. Ai amei lo cap por fin laliter el beso el la lluvia ai que lindo mas plis...

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  4. No como lo va a dejara peter sólito bajo la lluvia!!! Un tierno el! Más nove!

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  5. hayy sii me encantooo el beso d lali y peter mas chuchis ♥ :D
    masss noveeee ♥♥♥
    nueva lectora jajaja

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