- Hola, Rochi.- le sonríe
cuando llegó a la puerta del edificio donde la rubia la esperaba,
después de avisar por mensaje que ya había llegado.
- Hola ¿Qué es esa
sonrisa?
- ¿Por qué no debería
sonreír?
- ¿Por que son las siete y
media de la mañana, y vamos a hacer lo más tedioso del día,
estudiar?
- Por lo menos tengo la
oportunidad de estudiar... hay gente que no tiene esa chance. Y no
creo que se pueda llegar muy lejos sin estudiar.- empezaron a
caminar.
- Bueno, yo pienso triunfar
como cantante cueste lo que cueste, y no creo que estudiar me haya
ayudado en nada.
- Tenés que tener cultura
general si pensas recorrer el mundo, y poder entender lo que pasa
afuera para no ser ignorante. Mirá si un día en una conferencia de
prensa te preguntan “¿Qué opinas de la crisis mundial actual?
¿Estás de acuerdo con la solución momentánea que Estados Unidos
le dio, deteniendo la deuda?” Y vos ni siquiera vas a ser capaz de
saber porque empieza una crisis, como afecta y cuales son las
soluciones.
- ¿El positivismo es
inyectable? ¿Te lo inyectaron en Londres, es muy caro?
- No, no es inyectable. Es
solo ver las cosas buenas de la vida, quejarse no sirve de nada. - te
reíste y procedieron a hacer el camino al colegio.
Una vez llegadas fueron
directo al aula. Eugenia dormitaba sobre el primer banco, la/el
profesor/a todavía no había llegado. Se ubicó sentada en una de
las mesas, Rocío en las de al lado. Atrás Euge con Candela, una
chica muy buena onda que había entrado al colegio el año anterior y
con la cuál se habían hecho buenas amigas.
- Hola chicas ¿Cómo
andan?- una voz habló de espaldas y se giró por inercia. Un morocho
de ojos claros, pelo despeinado y mochila en un solo hombro las
miraba con una sonrisa de flash.
- Hola, Peter.- Rocío fue
la primera en dejar un beso en su mejilla, con una sonrisa.
- Hola. ¿Igual de
somnolienta que siempre, Euge?- la rubia apenas levantó la mano para
saludar, sin sacar la cabeza de entre el hueco de sus brazos. Dejó
un beso en la mejilla de Candela y la miró a ella, la más pequeña
del grupo.- ¿Te conozco?- levantó las cejas.
- Soy Lali... algo así como
que nueva ¿Yo te conozco a vos, Peter? - frunce las cejas. - Tu cara
se me hace familiar.
- Ah, es que soy una cara
común.- le dio una sonrisa de costado. - ¿Algo así como que nueva?
- Me fui de viaje por tres
años... pero estudié acá antes.
- Si. Peter llegó el mismo
año en que te fuiste, por eso nunca llegaron a cruzarse.- respondió
Rocío.
- Disculpen, pero...
¿Ustedes dos son algo?- los señala a ambos.
- Muy amigos.- Rocío cruzó
sus brazos alrededor del cuello de él, que sonrió.
- Ah, me alegro entonces...
- pone la cola en el asiento ya que la profesora había entrado, con
su mejor cara de mala onda.
- Me contas ya que onda con
el morocho ese...- termina de comprar la barra de chocolate y mira a
la rubia, mientras empezaban a caminar.
- Es mi amigo.
- Ay si claro, y yo nací en
Croacia.
- ¿Enserio?
- ¡Dale Rochi!
- Enserio que no pasa nada
Lali... es mi amigo, de verdad. Es un pibe muy buena onda... estaba
re solo cuando llegó y yo fui la primera persona en acercarme. En
realidad pasa más tiempo con nosotras que con los chicos.
- Y a todo ésto ¿Victorio,
Agustín, Pablo? No los vi desde que llegué.
- Los muy giles se fueron de
acampada el fin de semana, tuvieron un problema con el auto y recién
llegan hoy. Para encubrirse con sus madres todos dijeron que se
quedaban a dormir en la casa del otro, así que por ahora no tuvieron
muchos problemas.
- Son tan tarados...- y
sonríe, recordando lo mucho que le hacían reír aquéllos chicos a
los que llamaba amigos.- ¡No me cambies de tema, nena! ¿Enserio
son amigos? Porque se miraron raro cuando les pregunté si eran algo.
- Es que todo el mundo
piensa que somos algo, por la relación que tenemos... pero no es
así. Nos queremos muchísimo, como si fuéramos hermanos. Creo que
Peter es el único que entendió realmente lo difícil que es para mí
todo el proceso de grabar el disco, de conseguir entrevistas y todo
eso.
- ¿Las chicas no te
entienden?
- Candela y Eugenia están
fascinadas con que sea medio reconocida acá. Yo amo cantar Lali, y
lo sabés, pero a veces puede ser muy agotador estar todo el día
metida adentro de un estudio de grabación... a veces ni siquiera
tuve tiempo de estudiar. Y ellas no entienden eso, piensan que es una
cosa re fácil cantar bien.
- Te entiendo... Es muy
cansador estar todo el día intentando alcanzar las notas más
altas... yo me quedé sin voz muchas veces hasta que pude aprender a
respirar bien...- suspira.- O es como el baile, que muchas veces hay
un movimiento que no te sale, y lo intentas mucho hasta que te sale
pero después estás re cansado... a simple vista parece el
movimiento más sencillo del mundo.
- Exacto.- le sonrió.- Me
gusta que estés metida en el mismo mundo que yo, Lali.
- No es el mismo mundo... yo
no soy la cara visible de nada, me imagino que para vos debe de ser
muy difícil mantener la imágen todo el tiempo por si te agarran los
fotógrafos en algún lado... mi tía me dijo que te habían
relacionado con un modelo que es compañero de clase ¿Quién es?
- Ah, mañana te lo muestro.
- ¿Te querés quedar a
comer Rochi? - llegaron a la puerta del edificio.
- No, mejor otro día,
gracias... tengo que ir a grabar unas propagandas para el concierto
que doy en unas semanas, así que no vas a encontrar a tu tía.
- No te preocupes, lo
dejamos para otro día... pero si me voy a enojar, si no tengo una
entrada para tu concierto.
- Obvio.- se rió.- Nos
vemos mañana, o charlamos más tarde.
- ¡Rochi!- sintió el grito
y luego los pasos acelerados.
- Pitt ¿Qué hacés acá?-
el morocho llegó agitado.
- La campera, tarada.- le
pasó la campera negra.
- ¡Ay, gracias, sos re
tierno! - le dio un abrazo pero enseguida se alejaron. - Me voy
chicos, tengo los minutos contados hasta la productora. ¡Los amo! -
se alejó varios pasos acelerados, y en la esquina paró el remis
para que la llevara.
- Em...- deja de mirar hacia
la esquina y mira a Pedro con un poco de incomodidad.
- ¿Así que vivís acá? -
el sacó el tema.
- Si... en realidad antes de
irme de viaje a Inglaterra vivía en una casa en Recoleta, pero ahora
vivo acá con mi tía.
- ¿Y tus padres?
- Se quedaron allá, por sus
trabajos.
- Ah...- asintió.- ¿Qué
pasa?
- Nada, tu cara me parece
muy familar, nada más... debe de ser una pavada.
- A lo mejor nos conocemos
de otra vida.- se rió.- Me tengo que ir, llego tarde. Nos vemos
mañana, - Lali. - dejó un beso en su mejilla.
- Dale, nos vemos mañana. - lo saluda con la mano mientras él se alejaba algunos pasos.
Entra en el edificio y sube
hasta su piso. Deja la mochila en el sillón, se cambia para ya
quedar pronta para la hora de ir al gimnasio, deja el bolso con las
cosas necesarias prontas y se sienta a comer los sándwiches de
lechuga, tomate y jamón que Emilia le había dejado preparado en la
heladera. Y estaba mirando un poquito de tele, para enterarse de lo
que acontecía en el mundo: la situación de Inglaterra era igual de
violenta, y eso le hacía agradecer que estaba en Argentina, y que
sus padres estaban lo suficientemente lejos y protegidos para que no
les pasara nada.
Y el timbre sonó,
directamente en la puerta. Fue a abrir extrañada de alguna
presencia, que seguramente era para su tía.
Me intriga mucho esta historia! quiero más!
ResponderEliminar@vale_cadenas
Yo también quiero más!
ResponderEliminarAi por fin se conecem mas plis besos...
ResponderEliminarUn poquito tirante,Lali.
ResponderEliminares intrigante de donde se conocen
ResponderEliminarkiero mas
beso
@Ari_StaFe
Amo la novela :) BESOS http://espositoylanzani95.blogspot.mx/ lee la mia
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