La charla se prolongó por
las siguientes dos horas. Lo que menos hacían era comer, porque el
caso era que ambos estaban muy interesados en conocer datos y
anécdotas sobre el otro.
- Gastón...
- ¿Qué?
- ¿A cuánto estamos del
gimnasio?
- Cómo a veinte minutos
¿Por?
- Porque son siete menos
cinco.
- Jodéme.- se puso serio.
- ¡Vamos a llegar tarde
Gastón! - tse queja. Él rubio levantó la mano y enseguida
vinieron, pagó y cruzaron la calle corriendo.
Llegaron al gimnasio y
Jimena los esperaba sentada en el suelo.
- Te juro que no fue
intencional.- ella se excusa.- Se nos pasó el tiempo, enserio,
disculpa.
- Ahora no hay problema,
porque van a tener que quedarse más tiempo... pero cuando tengan
ensayos, cada minuto es muy valioso. Ténganlo en cuenta, porque es
muy importante. Hoy empiezan a entrenar los soñadores, no sé si
estuvieron siguiendo los castings por televisión, pero son
reconocidos, responsables y exigentes, así que van a tener que estar
al ritmo.
- ¿Los soñadores, enserio?
- Si. Ah, y van a tener que
venir cinco horas mañana, a menos que quieran venir dos mañana y
tres el domingo.
- ¿Cinco horas?- la
molestia de Gastón se hizo notar.
- Si ¿Algún problema?
- No, Gastón no tiene
ningún problema ¿Por qué no empezamos? Para no gastar más tiempo
¿O tenemos que esperar a los otros chicos?
- No, no hay que esperarlos,
vienen en media hora. Empiecen a calentar, a ver si le sacan ventaja.
A
la media hora empezó a llegar gente. La mayoría era masculina, y en
total, eran 10; el gimnasio constaba de dos pisos, y al segundo se
fueron otros diez, con otro personal
trainer.
Lali
teníaa a Julieta
y Judith
a sus costados; por parar la oreja se entera de que los dos chicos
junto a Gastón se llamaban Facundo
y Leandro.
Las
cosas se hacían más amenas cuando estaban de a muchos; ver al de al
lado trabajar motivaba, pero también desanimaba: Mariana encuentra
que su cuerpo no era tan trabajado, ella apenas tenía marcas de los
músculos, cuando Judith tenía abdominales
marcados.
- Ah... me duele, me
duele...- se quejó Gastón.
- Sos flojo, eh...
- ¿Flojo? ¿Vos me estás
jodiendo? ¿Vos viste todo lo que nos hizo hacer? Lali, entramos acá
a las siete y son las once y media de la noche ¡Cuatro horas y media
en el gimnasio!
- Y mañana tenemos cinco.
- ¿Vos estás buscando que
pongan un bailarín de prueba remplazo?
- No, estoy buscando hacerte
caer en la realidad. Hay que trabajar, Gastón, vos mirále el lomo a
todos los soñadores y miranos a nosotros... si queremos llegar a
algún lugar, vamos a tener que laburar, no queda otra.
- ¿No te duele nada?
- Todo. Pero pensálo de
ésta manera, vos llegas a tu casa y no tenés nada que hacer. Yo
tengo una millonada de deberes para la semana que viene.- recuerda.
- ¿Cómo podés con todo?
- Ésto es lo que quiero. Lo
elegí yo, nadie me obligó, entonces no tengo derecho a quejarme. -
sube al auto y se abrocha el cinturón, después de cerrar la
puerta.- Llegó a mi casa, hago todas las tareas, como bien,
descanso, y mañana voy a estar como nueva. Quejarme no me sirve de
nada.
- Si, esperemos... yo creo
que ni como y paso directo a la parte de dormir.
- ¿Estás loco? ¿Cómo no
vas a comer? Te vas a levantar re mareado y débil.
- ¿Cómo sabés tanto?
- Me interesa mucho la
salud. Siempre dije que voy a estudiar comunicaciones, y talvez
después estudie nutricionismo.
- Tenés muchos planes para
tu vida...
- Claro ¿Vos no?
- Mi plan es triunfar en la
música... pero para eso no hay una facultad ni nada por el estilo.
- Deberías elegir una
carrera. No todos llegan al mundo de la música y es bueno tener una
segunda opción... - él la miró un segundo antes de doblar – No
digo que vos no lo vayas a lograr, no puedo juzgarte porque no te
escuché cantar todavía... Pero es muy difícil llegar, Gastón.
- ¿Siempre tenés ese tipo
de respuestas?- se rió.
- ¿Qué?
- Esas respuestas tan... que
dejan contenta a la gente, pero dicen lo que pensas.
- Yo digo lo que pienso... y
no siempre dejo contenta a la gente. Pero prefiero ser honesta a mi
misma, y a quién soy.
- Bueno, a mí el solo hecho
de que seas así me deja contenta... Me gusta como sos, que pienses
así... Me gustas.
- ¿Ah si? - menos mal que
ya había salido con los cachetes rojos del gimnasio, si no sería
demasiado evidente. Le da una sonrisa tímida.
- Si.- detuvo el auto en la
puerta del edificio.- Me gustó mucho pasar el día con vos hoy... me
divertí mucho.
- Yo también.- ella sonríe
mucho. - ¿Nos vemos mañana, entonces? Tenemos gimnasio a las diez.
- No me hagas acordar que ya
me siento mal.- se rió.- Te paso a buscar ¿No?
- Si querés...
- Si, quiero. - sonrió.-
Nos vemos mañana.- aumentó su sonrisa. Acerca la cara para dejar un
beso en su mejilla, pero él la corrió en el último segundo y
entonces chocaron sus labios.
La acción fue
principalmente de él; fue un beso con ansiedad, un beso con nervios,
pero un beso lindo. Se separaron al minuto, y ella enseguida baja los
ojos al fondo del auto.
- Nos vemos mañana.- habla
más bajito saliendo del auto. Sube los escalones hasta la puerta del
edificio, se gira y él recién estaba reanudando la marcha. Ambos se
dieron una sonrisa, y él se marchó.
Entra
en el edificio flotando en una nube. Sube a escaleras, tenía algo
así como hiperactividad.
Llega al tercer piso, la puerta estaba abierta para atrás, y Emilia
sentada en el sillón, de espaldas. Cierra la puerta abierta, y ésta
hizo un poco de ruido.
- ¡Ay! - Emila se giró y
la miró.- Lali, dios mío ¿estás bien? - se levantó y caminó
hacia ella.
- En mi mejor momento ¿Por
qué?
- ¿Cómo por qué? Son las
doce de la noche ¿Desde cuándo se supone que llegas a ésta hora?
- Tuve doble entrenamiento.
- ¿Y por qué no me
avisaste? - se quejó, pero más calmada.
- Como siempre llegas muy
tarde pensé que ni siquiera te ibas a dar cuenta, no creía que
fuera a hacer alguna diferencia.- se encoge de hombros.
- ¿Es un reproche?
- No. Me dejaste muy en
claro cuando llegué que no ibas a tener tiempo para estar acá y no
me quejo, bastante agradecida estoy de que me dejas estar en tu casa.
- ¿Cómo no te voy a dejar
acá? Sos mi única sobrina...- sonrió.
- Me voy al cuarto. Tengo
mucha tarea y mañana tengo cinco horas de gimnasio temprano, así
que quiero descansar.
- ¿Qué querés comer?
- ¿Algo liviano, puede ser?
Ensalada o algo por el estilo.
- Okay, ya te preparo.-
sonrió.
- Tía ¿Mamá no llamó, de
casualidad?
- No que yo sepa ¿Por qué?
- Nada, por saber. Desde que
llegué no hablo con ella.
- Debe de estar tensa la
situación allá ¿No?
- Con la comunicación nunca
hubo problemas... pero no importa.- sonríe.
Entra en el cuarto, deja el
bolso. Revisa todos los cuadernos en busca de cuales tenían tarea,
los deja apartados. Saca tres libros de los cuales tenía que sacar
información, hace los resumenes en la computadora para mayor
agilidad, y los pasa al cuaderno.
- Acá tenés, preciosa...-
dejó el plato de ensaladas enfrente.
- Gracias, tía.- le sonríe.
- ¿Te puedo ayudar en
algo?- titubeó.
- Te quedaste preocupada
porque dije que no estás nunca ¿No?- la mira.
- Cómo me conocés, eh...-
pasó una mano por su pelo, despeinándolo.
- Enserio tía, no te
preocupes. No tengo ningún tipo de reclamo que hacerte, es más,
casi nunca estoy yo tampoco en casa...
- Contáme en que andas.
- ¿Ahora? Estaba haciendo
unos deberes de...
- No, no pregunto que haces
ahora... pregunto en general.
- Y... hoy tuve
entrenamiento con soñadores, y la verdad me decepcioné un poco de
mi misma... creí que tenía un buen cuerpo ¿No? Que tenía
músculo, todo, pero los vi a ellos y, wow, tienen muchísimo más
cuerpo.
- Convengamos que ellos
deben de llevar mucho más tiempo que vos trabajando de ésto ¿No? Y
además vas a sacar mucho más cuerpo cuando empieces con los
ensayos.
- ¿Cómo sabés?
- Por que te das cuenta,
como empiezan todos el certamen y como lo terminan, con cuerpo mucho
más desarrollado.
- Si, puede ser.- sonríe
dejando el lapiz sobre el cuaderno.
- ¿Hay algo más que
quieras contarme?- levantó los ojos.
- Gastón... mi compañero
de baile... hoy me besó.
- ¡AHH! ¿Cómo que te
besó? - Emilia podía ser tan chiquilina cuando quería.
- Si, yo que sé... me
invitó a que vayamos a almorzar juntos, pasamos toda la tarde juntos
conociéndonos... y cuando me trajo a casa después de entrenar, me
besó.
- ¿Y estuvo bueno? ¿Cómo
te sentiste? Contame.
- No sé... nerviosa,
supongo.
- ¿Nerviosa? ¿Nada más?
- Ay, yo que sé, tía... me
agarraste estudiando historia, ya me olvidé.
- Ah, o sea que el beso no
significó nada.
- Si, me dejó contenta, yo
que sé... subí las escaleras de la euforia.
- Ah, esa respuesta me gustó
más.
- Pero...
- Ahí viene la parte mala.
- No sé, por una parte me
parece que es muy grande para mi, tiene 25 años.
- ¿¡25 años?! ¡Esa parte
nunca me la contaste!
- Me gusta porque es como
más decidido ¿No? Más hombre... pero por otra parte puede que a lo
mejor él quiera cosas que yo no.
- Y bueno, fijáte Lali,
dejá que pase el tiempo. Ahora lo importante es que no te hagas
ilusiones, porque un beso no significa lo mismo para todos.- apoyó
las manos en sus piernas.- Y mañana vas a ver como reacciona, si
hace como que no pasa nada, si demuestra interés... y ya sos
bastante grandecita como para darte cuenta de que cosas está
buscando o esperando alguien de vos.
- Tenés razón.
- Cométe esa ensalada con
churrasco que estás muy flaquita, y termina tus trabajos lo antes
posible así descansas. Tenés una vida intensa, Lali.
- La elegí yo. Pero no te
preocupes, solo tengo que pasar éstos resúmenes a los cuadernos y
listo.
- ¿Eso es un resúmen? ¿Por
qué es tan largo?
- Porque ES un tema largo.
No te preocupes, es un toque.
- Okay. Cualquier cosa voy a
estar en mi cuarto.
- Dale.
- Que descanses.
- Vos también.
Come la cena mientras pasaba
las cosas. Termina a las dos y media, acomoda las cosas y se acuesta,
muerta de sueño.
Ai mas plis me cop la nove pero quiero mas laliter besos...
ResponderEliminarNo, con gaston no!! y peter cuando empieza a intervenir más?? Más nove!
ResponderEliminar@vale_cadenas
yo no aguantaria el ritmo de lali
ResponderEliminarsi cuando empiezo a cursar, llego hecha pedazos y eso q no hago mas nada jajaja
beso
@Ari_StaFe
Mas noveelaaa!
ResponderEliminarMe canse nada mas k d leer el ritmo del dia k llevo Lali,x Dios,k desde luego k le gusta,para aguantar tanto,y estar tan fresca.
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