- ¡AHHHHHHHHHHH! ¡Ay me
muero, hola, hola, hola! - se colgó de la cintura ancha y enrosca
sus brazos alrededor.- ¡Ay me muero! ¡¿Cómo estás?!- deja un
beso en su mejilla y se baja del koala.
- Bien, y por lo visto vos
también... a ver, una vueltita...- la hizo girar de la mano.- Sos
como el vino, eh... pasan los años, y cada vez estás más buena.
- Calláte tarado... Rocío
me dijo que llegaban hoy, pero no pensé que tan temprano. ¿Cómo
estás, Pablo? Contáme todo, veni pasa.- lo sincha por la mano para
hacerlo entrar.
- Estoy bien, igual que
siempre... vos estás muy diferente, aunque seguís de la misma
altura.
- Malo...- le pega en el
brazo.- ¿Querés comer algo?
-
Y... vengo de un viaje de seis horas sin un mango, así que un
sanduchito
no me viene mal, viste...- se tocó el estómago.
- Tomá, comé el mío que
voy a la cocina a preparar más.- le sonríe dejando un beso en su
cabeza y va a buscar más ingredientes.
-... Y nada, el pelotudo de
Agustín se olvidó de apagar las luces cuando buscábamos las llaves
que se habían caído, y nos quedamos sin batería en el auto. Como
no teníamos plata para pagar una carga, tuvimos que conseguir por
ahí y tardamos más en volver.
- Mirá que son tarados
eh...- se rió, apoyada en los brazos del morocho.
- Bueno, pero no fue mi
culpa, fueron ellos, a Vico se le cayó la llave y Agustín se olvidó
de apagar las luces.
- Pero vos tampoco te diste
cuenta, no le eches la culpa a ellos.- se ríe otra vez, pero dejó
de reír y miró la puerta cuando sonó el teléfono que estaba al
lado. Se levantas para agarrar el teléfono.
-
¿Quién es?
-
Hola Lali, soy Gastón.
-
¿Gastón?
-
Si... me quedó de pasada y te quise venir a buscar ¿o te va a
llevar alguien?
-
No ¿Qué hora es?
-
Las siete menos cuarto, tenemos que estar a las siete ¿Te acordas?
-
Si, si. Ya bajo, dame un minuto.
-
Dale, te espero.
- Poli, me tengo que ir, se
me hizo re tarde.- agarra el bolso que, afortunadamente, había
dejado pronto en el sillón.
- ¿Disculpáme? ¿Quién es
ese Gastón por el que me estás cambiando? - se cruzó de brazos,
pero se paró.
- Ya te dije que es mi
bailarín, y hoy me acaba de salvar la vida.
Bajaron por el ascensor. En
la puerta despide a Pablo en la puerta y él se fue enseguida, Gastón
esperaba en el auto.
- Te juro que hoy me
salvaste la vida.- se metió en el auto dejando un beso en su
mejilla.
- ¿Por?- se rió y aceleró
la marcha.
- Nada, estaba con un amigo
al que no veo hace más de tres años, y no me di cuenta de la hora
que era. Si no me hubieras pasado a buscar, llegaba tarde, iba a
quedar como la más irresponsable.
- Tenés 17 años, tampoco
se te pide que seas tan responsable.
- No importa la edad, si voy
a trabajar tengo que ser responsable. - suspira.
- Bueno, tranqui que estamos
bien de tiempo.- sonrió.
- Gracias, me salvaste la
vida.
- De nada.- sonrió otra
vez.
Llegaron al gimnasio. Se
cambiaron y cuando Jimena entró ya estaban los dos estirando sobre
el suelo y conversando sobre vaya uno a saber que cosa.
- ¡Ah pero muy bien! Que
chicos tan responsables eh...- sonrió. Mira a Gastón y los dos se
rieron.- Y que bueno que ya estén estirando, porque hoy vamos a
hacer trabajos de estiramiento, porque la mayor cantidad de lesiones
que hay son por problemas de estiramiento...
- Ah la pelotita...- sale
agarrándose las piernas.
- Estuvo bravo, eh...-
Gastón, en cambio, se tocaba los brazos.
- Por dios, pobre
bailarines por lo que tienen que pasar.
- ¿Y vos? ¿No tenes
aspiraciones de que te pongan de remplazo de algún soñador en algún
momento? Por lo que tengo entendido, éste año no tienen mucho
bailarín de repuesto eh...
- No, ni loca, no quiero.-
niega.
- ¿Por?
- No me gusta la fama, las
cámaras, nada.
- Pero entonces ¿Haces ésto
como un hobbie? ¿No pensas triunfar en el baile? Todavía no
ensayamos juntos, pero por la agilidad parece que te movieras bien.
- En realidad... no, no es
un hobbie. Pero no sé si me acostumbraría a la exposición que hoy
en día tienen las bailarinas, me gustan las cosas más tranquilas.
- Hoy en día, acá es todo
exposición.
- Es verdad. ¿Vos? ¿Hobbie
o futuro?
- Con el baile creo que es
más hobbie, pero con el canto me gustaría tener futuro.
- Quiero escucharte cantar,
eh... por lo que parece le pones muchas ganas.
- Si. Hace siete años que
hago guitarra y hace tres que estudio canto.
- Aia, yo estudié seis
meses de canto nada más.
- Entonces debes de tener
talento natural, porque acá no eligen porque si.- avisó.
- No sé... supongo que lo
comprobaremos cuando ensayemos ¿Nos toca juntos?
-Si mal no recuerdo somos
los únicos bailarines y cantantes de prueba que hay hasta el
momento, así que vamos a tener que trabajar muchísimo.
- Ufa... éste año me llevo
por los menos cuatro materias a exámen.
- ¿Todavía estás en el
colegio?
- Y si, tengo 17. Estoy en
el último año igual, por suerte.
- No sé porque pensé que
ibas a rendirlas libres o no rendirlas, es mucho trabajo las dos
cosas al mismo tiempo.
- Me es muy difícil rendir
materias libres... supuestamente tengo memoria audiovisual, me
acuerdo de las cosas porque se las escuché decir al profesor, así
que necesito ir a clase. Y no voy a dejar el colegio, lo quiero
terminar. Sino no voy a llegar lejos. El año que viene pienso entrar
en la facultad de comunicaciones.
- ¿Pensas seguir
estudiando?
- Obvio. Quiero tener la
mejor calidad de vida posible, y para tener un buen trabajo necesito
un buen estudio.
- Si todos los adolescentes
pensaran como vos, creo que nos iría mucho mejor a todos.- sonrió y
frenó el auto en la puerta del edificio.
- Gracias... por lo que
dijiste y por traerme.- le sonríe.
-
No, de nada.- abre la puerta. El celular vibró en su bolsillo y lo
saca. Perdóname
hermosa, pero no llego a la cena, pedíte algo, hay plata en el cajón
de mi mesa de luz. Cuidate. De: Emi. Suspira.
- Gas...
- ¿Qué?
- ¿Tenés ganas de quedarte
a cenar?
- ¿Hoy?
- ¿No podés?
- Quedé de juntarme con
unos amigos, lo que pasa... - se rascó la nuca.
- Ah, todo bien entonces.
- Pero podemos comer otro
día, si querés.
- No te preocupes.
- No, enserio. Quiero comer
contigo... aunque sea un almuerzo, que tengo más energía. Pasáme
tu teléfono y arreglamos ¿Te parece?
- Eh... bueno, dale.-
intercambiaron los teléfonos allí mismo.
- Mañana te paso a buscar
¿Querés?
- Eh... si, dale.
- Okay, entonces nos vemos
mañana a la misma hora...
- Dale, chau.- se gira.
- Lali...- te llamó otra
vez.
- ¿Qué?- se vuelve a girar
para mirarlo.
- Perdonáme enserio por no
poder quedarme, tenía ganas, de verdad.
- No te preocupes, enserio.
Nos vemos mañana, Gas.- estira su mano para agitarla en el aire y
entra en el edificio.
La ropa sucia en el canasto,
puso ropa nueva en el bolso para el día siguiente. Se pone el
pijama, deja la ropa pronta para el otro día y también la mochila.
Se sienta en la cama con la computadora en sus piernas y escribe unas
palabras breves, antes de apagarla y acostarse a dormir.
“Les
quería contar que hoy me siento un poquito sola. La tía Emi no
estuvo en casa en todo el día, Rochi no pudo almorzar conmigo porque
se tenía que ir a grabar, Gastón no pudo cenar conmigo porque se
iba con unos amigos. Sé que es una pavada, que es solo un día, pero
en éstos momentos es en los que extraño estar frente a la estufa a
leña, charlando con ustedes sobre las cosas interesantes que nos
pasaron en el día. Ahora no tengo a quien contarle nada y me pone
triste. Pero supongo que mañana será otro día y las cosas van a ir
mejor. Los amo, Lali”
Con Gaston ya va afianzando la amistad.Si k son tristes, los dias k no encuentras quien te acompañe,quien te escuche ,y k te haga sentir bien.
ResponderEliminarme gusta muco como se desarrolla esta historia pero quiero más!!
ResponderEliminar@vale_cadenas
Ai que lindo mas Cami espero laliter logo besos...
ResponderEliminarMas novela! me encantaa! mas porfaas!
ResponderEliminarQuiero laliter ya!
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